‘Escuchemos las voces indígenas’
Esta charla fue impartida por Mahtowin Munro en el 49º Día Nacional del Luto* el 22 de noviembre en Plymouth, Massachusetts.
Buenas tardes y saludos a todas/os los que vinieron aquí con buen espíritu desde las Cuatro Direcciones. Estamos aquí en el frío y recordamos a todos nuestros adultos mayores que pasaron al mundo espiritual este año. Recordamos a nuestras/os hermanos, incluidos los valientes protectores contra el agua que están en prisión y no pueden estar aquí hoy con nosotras/os.
Saludos a aquellas/os de ustedes que son Nipmuc, de Mashpee y Aquinnah y otras bandas de Wampanoag, Narragansett, Massachusett, Pequot y las demás naciones de la región inmediata, ya sean reconocidas federalmente o no, a quienes les robaron sus tierras por primera vez en los 1600s y se enfrentan a la posibilidad de que ahora se las roben nuevamente.
Bienvenidas/os todos los pueblos indígenas que son de otras naciones de América, y de cualquier otro pueblo indígena de Australia, Nueva Zelanda y otras partes de la Tierra que puedan estar aquí hoy.
Damos la bienvenida a las/os representantes de nuestras/os muchos aliados no nativos, incluidos aquellas/os que representan luchas como el Movimiento por las Vidas Negras, Gaza, Haití, Filipinas y Puerto Rico. Gracias por estar aquí con nosotras/os. Muchas comunidades están sufriendo tragedias en este momento.
Recientemente, leí sobre una encuesta que muestra que dos tercios de las/os no nativos de este país no conocían personalmente a una persona indígena, y el 40 por ciento pensaba que estábamos extintas/os. Eso me hizo sentir como un unicornio. Pero todavía estamos aquí. No importa cuanto intenten borrarnos.
Al reunirnos en noviembre de 2018, nosotras/os, como pueblos indígenas, enfrentamos ataques generalizados contra nuestros cuerpos, nuestras familias, nuestras tierras y nuestra soberanía. Cada una/o de nosotros tiene nuestro cuerpo individual, nuestro cuerpo familiar y nuestro cuerpo de nación tribal. No podemos separar a ninguno de éstos de la tierra, el agua, la vida vegetal y animal que nos rodea y que también forman parte de nuestros cuerpos. Estamos completamente interconectadas/os.
¡Alto al robo de niñas/os indígenas!
Algunas/os de quienes estamos aquí hoy venimos de familias de las que nos separaron para ponernos en escuelas residenciales indias, en hogares sustitutos o para ser adoptadas/os. Entendemos todos los días el dolor y las rupturas de por vida causados por el robo de nuestras familias y, a menudo, resultando en ser abusadas/os.
Incluso si no pasamos por esto nosotras/os mismos, podemos tener miembros de la familia que fueron robados de sus comunidades. Algunas/os de nosotros pasamos por esto en nuestras familias por varias generaciones. Continuamos experimentando un trauma intergeneracional dentro de nuestras familias y comunidades tribales debido a lo sucedido.
Lo planteo porque en octubre, un tribunal federal de Texas declaró inconstitucional la Ley de Bienestar de los Niños Indios, [ICWA por siglas en inglés]. La ICWA se aprobó en 1978 para impedir que las/os niños indígenas en EUA crecieran con familias no nativas, sin su cultura y conexiones tribales. Antes de que se aprobara esa ley, alrededor de un tercio de las/os niños indígenas eran removidos de sus familias y adoptados por familias blancas.
Pero ahora hay muchas fuerzas, que van desde agencias de colocación de adopción con fines de lucro a fundamentalistas religiosos y grupos de deliberación de derecha, como el Instituto Goldwater, que quieren regresar a esos tiempos destructivos. Los pueblos indígenas y otras personas que trabajan con nuestras/os niños y familias están luchando para enfrentar este golpe legal contra todas nuestras naciones.
Además, miles de nuestras/os niños son sacados de sus hogares y puestos en hogares de guarda, a veces denominados “nuevas escuelas residenciales”, porque muchas/os niños se están separando innecesariamente de sus familias. En EUA y Canadá, las/os niños indígenas tienen tasas desproporcionadamente altas de colocación en hogares de guarda. Industrias enteras han crecido alrededor de los servicios de adopción y cuidados de crianza. Se está haciendo dinero de las vidas destrozadas de nuestras/os hijos.
Cuando los medios de comunicación dicen que la separación de familias por parte de la Inmigración y Control de Aduanas (ICE) es un fenómeno nuevo, tenemos claro que esto no es algo que acaba de comenzar con Trump u Obama. Ha estado sucediendo durante siglos a las familias negras e indígenas. ¿No es así?
Hay 573 naciones tribales reconocidas por el gobierno federal en los EUA, con muchas más tribus reconocidas por el estado. Digo naciones porque somos miembros de naciones distintas, muchas de las cuales tienen un estatus de tratado de nación a nación con EUA o Canadá.
También hay millones de indígenas aquí de Canadá, México, El Salvador, Guatemala, Honduras y muchos otros países. ¡Las fronteras entre todos estos países no son nuestras fronteras! Muchas/os de los refugiados cuyos hijos están siendo robados por ICE ahora son familias mayas. En general, el pueblo indígena aquí está horrorizado al ver a niñas/os robados en jaulas y llevados a centros de detención, porque sentimos profundamente el dolor y el temor de que nos roben a nuestras/os hijos.
Cuando muchas/os de nosotros miramos a las/os niños refugiados robados y sus familias que están huyendo de sus países destruidos por las políticas de los EUA, también lamentamos su sufrimiento mientras intentan sobrevivir y mantener a sus familias unidas. Hoy estoy aquí para exigir a estos colonos que se sientan en el gobierno de EUA que le otorguen el asilo a estas/os refugiados. ¡Debemos exigir el fin del robo de todos nuestras/os niños!
Los ataques no son solo contra nuestras/os hijos. Las mujeres indígenas han estado bajo ataque desde 1492. Eso nunca ha terminado. En los tiempos modernos, se estima que desde 1960 hasta la década de 1980, entre el 25 y el 60 por ciento de las mujeres nativas americanas en los EUA, se esterilizaron sin su consentimiento informado. Esto sucedió en Canadá, Perú y otros países, también.
Menciono esto hoy porque todavía está sucediendo en Canadá. Las mujeres indígenas están siendo obligadas a ser esterilizadas en Saskatchewan y otras provincias. Están surgiendo historias sobre madres indígenas que son presionadas mientras están en el parto para que les aten las trompas, o que no se les permita ver a sus bebés recién nacidos hasta que acepten ser esterilizadas. Una enorme franja de generaciones futuras de nuestra gente nunca ha nacido como resultado de políticas públicas anti-indígenas.
“¡No más hermanas robadas!”
Les pedimos a las personas que usen algo rojo hoy para decir: “¡No más hermanas robadas!” Para honrar a las Mujeres, Niñas y Dos Espíritus Indígenas Desaparecidas y Asesinadas (MMIWG2S).
Una de las muchas razones por las que las naciones indígenas de todo el mundo están luchando contra los gasoductos, el fracking y la minería es que se han establecido campamentos de hombres para los trabajadores. Los hombres tienen grandes sumas de dinero y muchas drogas, como metanfetamina y heroína, para atraer a las mujeres indígenas, que a menudo terminan siendo adictas y traficadas. Algunas de estas hermanas desaparecen; algunas son asesinadas.
Los campamentos para hombres son uno de los muchos factores que llevan a MMIWG2S, que se considera un problema canadiense, pero también es un gran problema en EUA, México y otros países. Esto también ocurre en las ciudades, no solo en las zonas rurales.
El asesinato es la tercera causa de muerte de mujeres indígenas en EUA. En Canadá, varios miles de mujeres indígenas se consideran desaparecidas o asesinadas. En ciudades como Winnipeg, Manitoba, jóvenes indígenas – muchos de ellos en hogares sustitutos – mujeres y dos espíritus desaparecen todo el tiempo. En las ciudades fronterizas con México, las mujeres desaparecen todo el tiempo.
Uno de los problemas al hablar de MMIWG2S es que las mujeres indígenas a menudo no están contabilizadas, por lo que los números que tenemos son muy incompletos. Recientemente, a través de las solicitudes bajo la Ley de Libertad de Información, el Urban Indian Health Institute identificó 506 mujeres indígenas urbanas asesinadas o desaparecidas en 71 ciudades de los EUA de las cuales habían solicitado datos.
Pero eso es un recuento sustancial. Algunas ciudades, como Santa Fe, N.M., ni siquiera identifican a las personas indígenas por separado en sus estadísticas, a pesar de que hay una gran población indígena en esa área. En varias ciudades y estados, las autoridades no intentan hacer un seguimiento de los pueblos indígenas y lo que nos sucede. No aparecemos en muchos tipos de estadísticas gubernamentales, ya sea aquí en Massachusetts o a nivel nacional. Este recuento es parte de nuestra supresión.
Las familias indígenas que informan sobre sus familiares desaparecidos a menudo se encuentran con la reticencia de las autoridades a investigar o presentar informes. A las familias se les dice cosas como: “Ah, ella va a aparecer. Probablemente se está emborrachando en alguna parte”.
La mayoría de los hombres que agreden y asesinan a mujeres indígenas en los EUA y Canadá son hombres blancos. A menudo no son procesados, incluso cuando son detenidos. O son absueltos por jurados totalmente blancos o se les da una palmadita en la muñeca.
Además, los pueblos indígenas continúan experimentando tasas desproporcionadamente altas de violencia policial y encarcelamiento. Personas indígenas sin techo son atacadas y asesinadas por pura diversión en lugares como Albuquerque, N.M.
La devaluación de las vidas y los cuerpos de personas indígenas, y la violencia contra las mujeres indígenas, en particular, están profundamente entrelazadas con el desprecio que los colonos y sus sistemas tienen por la tierra. No respetan nuestra soberanía como naciones indígenas, y no respetan la soberanía de nuestros cuerpos.
Pueblos indígenas luchan por defender sus tierras.
Los pueblos indígenas siempre están en la primera línea de defensa del medio ambiente porque los gobiernos estatales y federales otorgan permisos y dan carta blanca a las corporaciones que quieren emprender acciones destructivas y extractivas en o cerca de nuestras tierras. En todo el continente americano, los oleo y gasoductos, el fracking y la minería se están llevando a cabo en tierras indígenas sin nuestro consentimiento.
Desde Chile hasta Nueva Escocia y desde Labrador hasta la Columbia Británica, las/os protectores de agua indígenas y las/os protectores de tierra están intentando detener estos proyectos. Muchas/os de ustedes aquí conocen las dificultades en Standing Rock para detener el Oleoducto Dakota. Pero ha habido más luchas de primera línea, en gran parte lideradas por pueblos indígenas, contra el oleoducto Keystone XL, el oleoducto de Bayou Bridge, Kinder Morgan en la Columbia Británica, el Telescopio TMT en Hawai y otros más. La resistencia ha continuado con los esfuerzos para detener el desarrollo de áreas sagradas, como Bears Ears y Grand Staircase Escalante en Utah y el área sagrada Apache Oak Flat en Arizona.
Nos sentimos honradas/os de tener un orador que ha viajado hasta aquí desde Labrador en Canadá, donde los inuit han estado tratando de detener el proyecto de mega represa de Muskrat Falls. En el área de Yucatán en México, los mayas están protestando por el proyecto del Tren Maya al que no han dado su consentimiento.
Una forma de detener estos proyectos ha sido comenzar campañas contra los bancos e inversionistas que financian a las corporaciones detrás de estos proyectos destructivos. Ha crecido un movimiento para lograr que las ciudades, universidades y fondos de pensiones se desprendan de compañías destructivas, como Energy Transfer Partners.
La gente habla sobre el cambio climático, pero a menudo se siente impotente ante la inacción y negación del gobierno. Estar juntas/os en eventos como el Día Nacional del Luto es un ensayo general para salvar la Tierra. La Tierra no se salvará con todos estos esquemas que escuchamos, como los créditos de carbono y poner un escudo sobre la Tierra para bloquear el sol. Se producirán cambios reales cuando las/os no nativos escuchen las voces indígenas.
Hoy, afirmamos nuestro derecho a cuidarnos unas/os a otras/os y descolonizar nuestras mentes, nuestras historias, nuestros lenguajes y nuestros sistemas. Hacemos valer nuestro derecho a defender nuestras vidas y nuestras familias, y las de nuestros familiares que han sido cruzados por la frontera. Debemos defender el derecho a nuestras tierras desde Mashpee hasta el territorio Mapuche en Chile.
[Nota de traducción: El pueblo indígena no celebra el “Día de acción de gracias”, sino que se reúnen para conmemorar el Día del Luto.]