Puerto Rico enfrenta genocidio
Lo que está ocurriendo ahora en Puerto Rico solo puede describirse como genocidio, ¡simple y llanamente!
Los huracanes Irma y María han descubierto la realidad puertorriqueña para que el mundo la vea: la crueldad asesina y obscena del capitalismo desnudo reflejado en la subordinación de un territorio poblado, una colonia de los Estados Unidos, donde sin piedad el sistema más sangriento oprime a una población desesperada desprovista de recursos materiales.
Así como los rayos X descubren lo que esconden los tejidos blandos, los huracanes han demostrado las terribles condiciones de miles de familias, que viven en la pobreza y sobreviven en viviendas inseguras que bordean las impresionantes laderas de las montañas, cubiertas por el exuberante verdor de esta región tropical. Ahora, con la vegetación derribada, han salido a la luz los olvidados y desesperados, demostrando que el sistema no ha logrado proteger a su pueblo.
Y si María aplastó la vegetación, han sido los planes de “recuperación” tanto del gobierno de Estados Unidos como de su subordinada administración puertorriqueña los que han causado la mayor devastación. El lema “Las acciones hablan más que las palabras” seguramente resume la situación.
Incluso se podría pensar que este es un plan bien ejecutado para destruir a Puerto Rico tal como lo conocemos, diezmar su población e imponer una agenda extranjera para beneficiar al capital, sin tener en cuenta las voces de las/os residentes. El plan “desmantela” y reestructura a Puerto Rico en beneficio de unos pocos – capitalistas.
Echemos un vistazo a una de las áreas para ilustrar esto.
Sector energético en juego
De todos los sectores, la electricidad es la más crucial. En esta isla tropical donde la ventilación y la refrigeración juegan un papel determinante para mantener los alimentos y los medicamentos a una temperatura segura, la pérdida de electricidad afecta a toda la población. Ninguna industria, ni hospitales, puede funcionar sin ella. Ya muchas personas han muerto por falta de electricidad para alimentar dispositivos que salvan vidas. La falta de electricidad también disminuye la capacidad de mantenimiento y suministro de agua potable.
Aunque se ha restaurado algo de energía eléctrica mediante el uso de generadores, hay muy pocos para mantener la energía necesaria y no todo el pueblo tiene acceso. Funcionan principalmente con diésel, que a su vez es más caro y depende del envío desde los EUA.
Después de la tormenta, el daño de las torres y los cables de energía caídos prevaleció. Pero no solo eso. La falta de materiales en el inventario expuso el plan fallido propuesto por la firma estadounidense Alix Partner, un plan por el cual la empresa eléctrica nacional, PREPA, contrató pagando alrededor de $45 millones.
Ese plan era “reestructurar” la agencia de energía eléctrica para pagar su parte de la deuda pública, que es de $9 mil millones. Esto significaba mantener un mínimo de inventario, desde el combustible hasta los postes, para mantener el presupuesto bajo. Este “ahorro” resultó ser no solo un error, sino una acción criminal contra el pueblo de Puerto Rico.
El sindicato de trabajadores de la electricidad, UTIER, había criticado repetidamente esta movida. UTIER decía que dado que Puerto Rico es una isla, solo podría obtener los materiales necesarios a través del envío por barco, lo que se entorpecería en situaciones de tormentas, algo que es ordinario en el Caribe. Exactamente.
Incluso antes de la promulgación de la ley PROMESA que impuso una Junta de Control Fiscal para hacer pagar al pueblo boricua la deuda ilegítima de $74 mil millones, hubo intentos de privatizar la AEE. PROMESA lo convirtió en uno de sus objetivos.
Trabajadoras/es sindicales se oponen a la privatización
Ahora, después de que María llegó a la isla, el gobernador Ricardo Roselló, bajo la dirección del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EUA, el cual fue impuesto a Puerto Rico para restaurar el sector energético, contrató a varias empresas estadounidenses con el objetivo de privatizar la AEE a pesar de la firme oposición de los trabajadores de la UTIER.
El gobierno se niega a encender la planta de Palo Seco en la costa norte, cerca de San Juan, con la esperanza de que la desesperación del pueblo los obligue a aceptar la privatización. La planta de Palo Seco podría proporcionar la estabilización necesaria del sistema en esa área mientras se repara el resto.
En esta área se encuentra el Centro Médico de Río Piedras, el principal centro médico del país, donde se atienden los casos más severos de todo el archipiélago. Desde que se volvió a conectar la electricidad después de María, el Centro Médico ha perdido la energía eléctrica cuatro veces debido a la inestabilidad.
Ricardo Santos, ex presidente de la UTIER, ha expuesto estas interrupciones en cada programa de TV, radio e incluso en Facebook, y propuso un plan que podría evitar las interrupciones del servicio. Su solución y la de UTIER es encender la planta de Palo Seco, que se apagó antes que Irma y María con la falsa excusa de que no podía soportar un viento de 40 millas por hora.
La planta está en pie y operacional. Según Santos, el gobernador anunció un contrato con Weston Solutions para instalar un generador diesel para la región de Palo Seco que produciría 50 megavatios a un costo de $35 millones en alquiler por seis meses. En cambio, indicó Santos, dos unidades de la planta de Palo Seco podrían proporcionar tres veces más de energía, 150 MW, a un costo mucho más bajo.
Estados Unidos rechaza ayuda de Cuba, Venezuela, México
Otra acción criminal ha sido la negativa del gobierno de aceptar los servicios de la Asociación Americana de Energía Pública (APPA por las siglas en inglés), con sede en Washington, DC. Un artículo publicado el 6 de octubre en eenews.net informa que la APPA dijo: “En lugar de activar un acuerdo de ayuda mutua que podría haber acelerado el tiempo de recuperación, la empresa recurrió a Whitefish Energy Holdings, un pequeño contratista con sede en Montana, para coordinar la ayuda externa. La AEE no ha dado ninguna explicación para esa decisión”.
Al mismo tiempo, Estados Unidos ha rechazado la ayuda ofrecida por Cuba, Venezuela y México. El Sindicato Mexicano de Electricistas, el SME de México, que tiene vínculos fraternales con la UTIER, había ofrecido una brigada de trabajadores especializados. Cuba ofreció un hospital móvil con 35 médicos y otra brigada de electricistas. Venezuela ofreció un barco cargado con el tan necesario diesel. El gobernante colonial rechazó todas estas ofertas.
Mientras tanto, la “ayuda” de los EUA, la infame Agencia Federal para el Manejo de Emergencias – FEMA por sus siglas en inglés – el ejército, la policía y los contratistas, no están proporcionando lo que necesitan las personas más pobres ubicadas en lugares remotos de las islas.
Debido a la falta de comunicación, que incluye televisión, radio e Internet, la mayoría del pueblo boricua no tiene conocimiento de lo que sucede más allá de su vecindario. Muchas personas sospechan que los gobiernos de Estados Unidos y Puerto Rico han retrasado intencionalmente cualquier solución para mejorar la comunicación, de modo que puedan imponer cambios en las reglas que de otro modo habrían sido inaceptables y protestados por el pueblo y las organizaciones progresistas.
Uno de estos cambios es que el gobernador emitió una orden ejecutiva suspendiendo todos los contratos de negociación colectiva hasta el 28 de octubre. ¡No dio ninguna razón!
FEMA, el personal de “ayuda” juega mientras las/os puertorriqueños sufren
Rosa Clemente, una organizadora de la comunidad Boricua, periodista y artista de hip-hop que vive en la ciudad de Nueva York, fue a Puerto Rico para cubrir la situación, y asegurarse de que una persona Boricua progresista enviara informes desde la isla.
El 15 de octubre, Clemente fue al lujoso Hotel Sheraton frente al Centro de Convenciones donde el gobierno instaló el Centro de Comando, para registrar y transmitir desde el lobby lo que estaba sucediendo.
Lo que mostró fue escandaloso: el personal de FEMA, los militares de los EUA Y los contratistas, pasaban un estupendo rato, bebiendo, bailando, comiendo comida maravillosa y escuchando a un DJ tocar los últimos éxitos musicales. Mientras la gente moría de hambre en las montañas, moría de sed y falta de cuidado, se esforzaba por reparar lo poco que quedaba de sus casas, las personas presuntamente enviadas para ayudarles, en cambio retozaban en un hotel con aire acondicionado.
Si bien este artículo se ha centrado en la electricidad, debemos al menos mencionar la gravedad de otros problemas.
En términos de salud, la posibilidad de enfermedades transmitidas por el agua y por los mosquitos es una realidad. Ya han muerto personas por leptospirosis, una infección benigna en tiempos normales, causada por la orina de ratones y otros animales. Las inundaciones masivas en las que abundan los cadáveres de animales, junto con la falta de agua limpia para una higiene adecuada, han creado este último problema de salud.
El gobierno de EUA envió un “hospital flotante”, el USS Comfort, con 900 empleados y sofisticadas máquinas de salud e instalaciones quirúrgicas. Puede ver 1.000 pacientes por día. Pero desde el 3 de octubre, cuando llegó frente a la costa de San Juan, se han visto menos de 100 pacientes.
Las/os pacientes primero deben ser vistos en el Centro Médico de Rio Piedras, donde esperan durante horas, o días, para ser referidos al barco y ser entonces atendidos allí.
La burocracia también se extiende a la “ayuda” de FEMA. En un país de habla española, se requiere que una persona complete una solicitud larga en inglés. FEMA dice que las personas pueden llenar las solicitudes por internet o por teléfono. Por supuesto, tanto el internet como el teléfono son casi inexistentes ahora.
Otro crimen que debemos mencionar es el agua tóxica que se encuentra en sitios de “superfund”, es decir, agua muy contaminada. Según un informe de la CNN, esta agua se está distribuyendo a las personas.
Han pasado 119 años desde la invasión estadounidense a Puerto Rico. Su explotación ha destruido los medios de autosuficiencia del país, su economía. Ha aislado a Puerto Rico del mundo, imponiendo un sistema monetario extranjero y la marina mercante más cara del mundo como su forma exclusiva de comerciar.
Después de envenenar el agua, el aire y el suelo con bombardeos militares y fábricas farmacéuticas y petroquímicas, después de la represión del movimiento independentista puertorriqueño, después de la esterilización forzada de mujeres, después de la migración forzada y la separación de familias, después de estos y muchos más crímenes, Estados Unidos tiene una obligación con el pueblo puertorriqueño.
No es caridad, ni siquiera “ayuda”. ¡Es una deuda que tiene con el pueblo boricua! ¡Son REPARACIONES!
¡Cancelar la odiosa deuda!
¡Abrir las fronteras a la solidaridad internacional!
¡Revocar las leyes Jones y PROMESA!
¡Militares y FEMA fuera de Puerto Rico!
¡Ayuda y asistencia real para el pueblo boricua!
¡Libertad para Puerto Rico!
¡Todo el poder para el pueblo!