Venezuela resiste al sabotaje
Nunca antes el proceso bolivariano de Venezuela ha estado amenazado con tanto peligro como ahora. Si bien desde el triunfo de Hugo Chávez a la presidencia del país en el 1999, el imperialismo estadounidense junto a sus colaboradores criollos ha impuesto una continuada campaña de asedio que incluyó un golpe de estado y un sabotaje petrolero, ahora esa campaña se ha recrudecido con la posibilidad de una intervención militar para lograr lo que siempre han ansiado, un cambio de régimen.
Ya van dos meses de actos violentos cometidos diariamente por la oposición al proceso revolucionario, liderada mayormente por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Terrorismo fascista
Los actos vandálicos van quirúrgicamente dirigidos contra personas identificadas con el chavismo y contra establecimientos estatales. Se han quemado o arruinado desde flotas enteras de autobuses públicos y oficinas del PSUV (partido del gobierno), hasta centros de salud materno-infantil. Recientemente también quemaron la casa donde Chávez vivió en su infancia.
Ya se cuentan alrededor de 60 personas asesinadas durante estos actos terroristas. La crueldad de estos ataques es inimaginable. Un elemento primordial de éstos es su terrible carácter racista. A un joven afro venezolano que fue identificado como chavista, le prendieron fuego, lo persiguieron y luego lo apuñalaron. A una mujer indígena, artista reconocida, unas mujeres del sector pudiente de Altamira le gritaron insultándola, pateándola y golpeando con los palos de las banderas que llevaban.
En estos actos terroristas están involucradas además bandas criminales a sueldo, y paramilitares colombianos. También se ha visto el empleo de menores de edad, algo que Venezuela ha denunciado a la UNICEF.
Es importante destacar que contrario a lo que los medios corporativos presentan como un caos a nivel nacional, estos actos terroristas está generalmente limitados a las zonas donde la alcaldía o la gobernación están en manos de la oposición. En los barrios populares, es decir, el pueblo pobre, no es parte de estos actos de terror.
Los ataques contra la revolución no se han limitado a Venezuela, sino que también se han atacado embajadas y consulados, incluyendo al consulado en la Ciudad de Nueva York. Personas reconocidas venezolanas o que han sido solidarias con Venezuela han sido atacadas físicamente o insultadas, incluyendo recientemente al cineasta Oliver Stone.
Papel de EUA
A través de la OEA y su presidente Luis Almagro, Estados Unidos ha montado una campaña internacional para imponer la llamada Carta Democrática de la OEA contra Venezuela, e involucrar a otros países en su plan hostil.
Esto es particularmente cierto con Colombia. A los pocos días de que el presidente colombiano Juan Manuel Santos se reuniera con el presidente Trump el pasado 18 de mayo, Santos ordenó movilizar tanques blindados del ejército a la frontera con Venezuela. La canciller venezolana Delcy Rodríguez inmediatamente respondió denunciando esta provocación por el hermano país.
La asistencia de EU a la oposición venezolana también se ha evidenciado por las reuniones de Trump sostenidas con figuras claves de la oposición venezolana. Una con Julio Borges, presidente opositor de la Asamblea Nacional de Venezuela, y otra con Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, quien está en prisión por incitar a la violencia que causó 43 muertes en las protestas del 2014. Fue notable el aumento de la violencia en Venezuela tras estas visitas.
La voz del pueblo
Frente a esta oleada de reportajes de los medios noticiosos corporativos, especialmente la cadena CNN en español, que culpa al presidente Nicolás Maduro de los violentos actos tildándolos de ‘represión estatal’, WW-MO entrevistó a un líder de la famosa Parroquia 23 de enero para tener una visión de lo que las comunidades de clase trabajadora piensan y cuáles son sus acciones.
Juan Contreras es militante de la Coordinadora Simón Bolívar, una organización social de base que apoya al proceso bolivariano desde hace 18 años. Contreras fue diputado a la Asamblea Nacional. La Parroquia 23 de enero tiene una importancia crucial en el proceso histórico revolucionario. El Cuartel de la Montaña, donde está sepultado el Comandante Chávez se encuentra en este barrio.
Para poner la situación actual en contexto, Contreras dijo a Mundo Obrero que “Lo que ocurre hoy en Venezuela tiene que ver con una contraofensiva que viene agilizando el imperio yanqui”. Nombró los golpes que derrocaron los gobiernos progresistas en Paraguay y en Honduras y la destitución de Dilma Rousseff en Brasil.
“¿Y qué falta? La corona, Venezuela. Por más de dos décadas, desde que Hugo Chávez se convirtió en el “mal ejemplo”. Gracias al proceso bolivariano se constituyen estos procesos, en Paraguay, Brasil, Bolivia, Ecuador, el regreso de los sandinistas, El Salvador. Con Cuba que sigue siendo el faro moral y ético para nuestros pueblos.
El Proceso Bolivariano contagió a esta América Latina y el Caribe y hoy el imperio estadounidense quiere dar por terminado todos estos procesos”.
Contreras no califica a estos grupos como opositores; es muy enfático al decir que son contrarrevolucionarios, comparando la situación actual con “lo que sucedió en Nicaragua con la contrarrevolución auspiciada desde el imperio EUA quien armó la contra en plena frontera, saboteaba desde los ministerios, las labores del trabajo, la siembra en el campo…”
“Está financiado por el imperio; acaban de aprobar más de $500 millones para la contrarrevolución. Cuando apenas queda medio año para las elecciones generales, ellos [la contra] se empeñan en pedir elecciones ahora”.
“Lo que está en marcha en Venezuela es un gran proceso insurreccional, de desgaste, que lleva consigo el derrocamiento del proceso bolivariano. Pero aquí hay un pueblo que está resistiendo los embates del imperio.
“Nos han querido golpear con la guerra económica, escondiendo alimentos, medicinas”. Contreras menciona también la guerra mediática que intenta pintar a Venezuela como un estado fallido, un ‘narco-estado’, con una supuesta ‘crisis humanitaria’ que facilite la intervención extranjera. El imperio cree que este es el momento de la estocada final porque no está el Comandante Chávez. Pero el Presidente Maduro no puede ser el Comandante Chávez, sino que tiene que realizar su propia gestión”.
Recuerda que ya Obama había declarado a Venezuela como una ‘amenaza para los EUA’, “semejante tontería, decir que es una amenaza para la principal potencia imperialista del mundo” dice Contreras.
“Pero este pueblo sigue apostando a esta revolución que ha ayudado a que ese 80 por ciento de pueblo excluido durante la cuarta república, haya recuperado salud y educación”.
Llamado a una Constituyente
“El Presidente Maduro, apostando por la paz, ha llamado a una Constituyente en el marco de haber fracasado los diálogos entre la oposición y el gobierno.
“Por cierto, yo soy de los que dice que en esa mesa de diálogo la posibilidad de llegar a acuerdos era nula porque era solo el gobierno y la contrarrevolución y ahí no estaba expresado el pueblo, nuestros obreros, indígenas, campesinos, estudiantes, la gente de los barrios. Los descamisados, los desdentados, los que la burguesía no quiere, esos son los que faltaban en la mesa. Por eso estaba condenado a la derrota.
“Yo digo que la Asamblea Constituyente es una gran reunión de carácter nacional con representantes populares para dictaminar las pautas que deben marcar la convivencia entre gobernados y gobernante. Los sectores populares tenemos la esperanza de lograr la paz por esa constituyente”.
Contreras advierte, “Pero si esa constituyente no tiene el rostro del pueblo, va directamente al fracaso. No puede haber dedocracia, no se pueden imponer la gente que quisieran. Aquí debe ir la gente que ha sostenido este proceso por 18 años. Porque es ese pueblo quien sabe cuáles son las problemáticas que hoy afectan al proceso bolivariano. Lo jurídico es una cosa, pero el conocimiento político lo tiene nuestro pueblo. Y por eso se debe apostar por una constituyente popular. Tiene que ser el pueblo el que marque el camino”.
Contreras señala que el producto de esta constituyente que busca incluir medidas más específicas que no se encuentran en la constitución actual, como el castigo apropiado a los perpetradores de terrorismo, tiene también que incluir el castigo a quienes cometan actos de corrupción. Da como ejemplo a quienes después de robarle al pueblo usando los dólares más baratos concedidos por el gobierno para la importación de productos esenciales, no cumplieron con esa obligación trayendo solo parte de los productos mientras se quedaban con el resto del dinero y se iban a vivir en el exterior. Luego regresaban a Venezuela, quedando impunes.
Opina además que para ser constituyente, debe haber estado fuera de un cargo público por lo menos 2 años.
¿Cómo incluir al pueblo en la Constituyente?
“Esta es una lucha de clases, y mi clase es de la de los de abajo…. debemos dejar ahora que el pueblo se exprese”.
“Desde abajo tenemos una apuesta a una constitución que blinde a la Revolución y que permita construir el tema de la paz, no a donde nos quieren llevar estos sectores fascistas”.
“A lo largo y ancho del país se están haciendo asambleas donde se discuten los temas. Aquí en el 23 ya hemos realizado dos. El 23 está dividido por sectores que se organizan. Ya en uno de los sectores hicimos un foro con una abogada constitucionalista al cual acudieron 325 personas.
Esto bajo las condiciones difíciles en que se encuentra el país. Son 13 sectores en la parroquia, y vamos visitando sector por sector para dar el debate sobre la constituyente. Luego celebraremos una asamblea donde estén todos los sectores y todas las organizaciones que son parte del 23.
“Nos estamos jugando el proceso en esta constituyente. La posibilidad de que se siga desarrollando un modelo alternativo en América Latina y el Caribe. Eso es lo que está en juego.
“Estos debates se está dando en la fábricas, en el campo, en las universidades. Respondiendo al llamado del Presidente Maduro al debate.
“Frente a los modelos neoliberales, donde hay una apuesta a lo individual, aquí hay una apuesta por la construcción de un modelo alternativo con nuevos valores dentro de la sociedad, de solidaridad y avanzar a construir un modelo económico, social y político diferente.
“Yo creo que ese es el camino que nos hablaba el Comandante Chávez de construir el estado comunal como un proceso de transición de avanzar al socialismo bolivariano”.