‘Perro rabioso’ en el Pentágono
“Es divertido dispararle a algunas personas”, declaró “Mad Dog” (Perro Rabioso) James Mattis en el año 2005 a una alborozada audiencia de militares estadounidenses en Irak. (ABC News, 1 de diciembre)
Donald Trump acaba de elegir a este general de cuatro estrellas jubilado de la Marina para ser Secretario de Defensa.
Si alguien pensaba que el peligro de guerra disminuiría con el multimillonario Trump en la Casa Blanca, su selección para dirigir el Pentágono debería ser un llamado de atención.
Mattis es un súper halcón obsesionado con Irán. Mattis dijo el 22 de abril en una reunión en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, que las tres mayores amenazas que enfrentan los EUA son “Irán, Irán, Irán”. (Politico, 4 de diciembre)
Mattis negó que los 80 millones de habitantes de Irán pertenezcan a un país, calificando a Irán de “una causa revolucionaria dedicada al caos”. Este oficial de alto rango incluso hizo la afirmación absurda de que Irán está en connivencia con el grupo del Estado Islámico.
El derrocamiento del gobierno electo de Siria y la confrontación con Rusia están también en la agenda del “Mad Dog”.
El curriculum vitae del futuro jefe del Pentágono incluye crímenes de guerra. En mayo del 2004 Mattis dio la orden de bombardear una fiesta de bodas en la aldea iraquí de Mukareeb. Cuarenta y dos niñas/os y adultas/os fueron sacrificados. (London Telegraph, 2 de diciembre)
Un mes antes, las fuerzas bajo el mando de Mattis atacaron la gran ciudad iraquí de Faluya en represalia por la muerte de cuatro mercenarios de Blackwater. De las/os 736 iraquíes asesinados, al menos el 60 por ciento eran niños y mujeres, según el periodista Dahr Jamail, quien habló con médicos locales. (Huffington Post, 3 de diciembre)
Así que no sorprende que Mattis quiera mantener abierto el campo de concentración estadounidense en Guantánamo. Sus puntos de vista fanáticos y llenos de odio se pueden ver en el libro “Warriors and Citizens: American Views of Our Military” (“Guerreros y ciudadanos: puntos de vista americanos de nuestro ejército”), que co-editó con Kori N. Schake.
Él y Schake criticaron “permitir que los homosexuales declarados sirvan y que las mujeres entren en combate”. También alegaron que se estaba creando una cultura de “victimización” dentro del ejército debido a la atención prestada a las víctimas, los suicidios y a los veteranos que sufren trastorno de estrés postraumático.
Mattis y Schake incluso atacaron al presidente Barack Obama por ser más propenso a visitar heridos en el Hospital Naval de Bethesda que ir a una base militar. Afirmaron que gran parte del presupuesto de guerra se gastaba en “salarios y beneficios en detrimento de la capacitación, el equipo y los números en la fuerza”.
Ni sus crímenes de guerra ni sus opiniones reaccionarias han detenido a los periódicos y comentaristas, incluyendo a los que se oponían a Trump, de exaltar a Mattis como un “guerrero intelectual”.
Ya que Mattis estuvo activo hace menos de siete años, necesitará una dispensa por el Congreso para convertirse en Secretario de Defensa. Hace menos de cuatro años, el Presidente Obama le despidió del Comando Central del Pentágono.
Pero el control civil sobre los militares se ha convertido en un mito, como señaló Sam Marcy, Secretario General del Partido Workers World – Mundo Obrero, en su libro “Generales sobre la Casa Blanca”.
“Dondequiera que los militares pongan sus manos, mientras más invierte su campo de operaciones con medidas represivas, antidemocráticas y totalitarias”, escribió Marcy, “nada escapa de su largo y férreo alcance”.
Sólo el pueblo puede detener a los dos perros rabiosos, Mattis y Trump.
¡Todas y todos a la Contra-Inauguración J20Resist!
Para más información: workers.org/j20/.