Siria: la lucha no ha terminado

Mundo Obrero condena el derrocamiento del gobierno democráticamente elegido del presidente Bashar al-Assad en Siria. Assad ocupaba la presidencia de Siria desde el año 2000. Los «rebeldes» sirios, respaldados por Estados Unidos, Israel y Türkiye, tomaron la capital de Siria, Damasco, el 9 de diciembre. A Assad se le ha concedido asilo político en Rusia.

Junto con las fuerzas de liberación de Irak, Yemen y Líbano, los gobiernos sirio e iraní se han unido al Eje de la Resistencia. Esta alianza ha estado proporcionando una importante ayuda militar a la resistencia palestina en el frente contra el Estado sionista y terrorista de Israel que lleva más de un año cometiendo un genocidio en Gaza.

El gobierno sirio tuvo la previsión revolucionaria de ayudar a levantar el Eje de la Resistencia. Este era el único camino hacia la liberación del imperialismo estadounidense y del sionismo para toda la región. Como resultado, Siria permaneció en el punto de mira del imperialismo y de su cliente Israel, que mantiene una perspectiva expansionista que incluye la anexión tanto de Siria como de Líbano.

Para Estados Unidos e Israel, el principal «crimen» de Assad fue negarse a ser una marioneta del imperialismo.

Este reciente revés en Siria, perjudicial para el movimiento mundial, no comenzó hace sólo unas semanas. Tiene sus raíces en más de 13 años de ataques imperialistas contra este país soberano.

Después de que en 2011 Estados Unidos respaldara y financiara a mercenarios y fuerzas terroristas, cuyo objetivo era destruir Siria, el Ejército Árabe Sirio pudo reagruparse y contraatacó heroicamente. A un gran coste fue capaz de retomar las principales ciudades de Siria, incluida Alepo, que se encuentra a 63 kilómetros de la frontera turca al norte. Pero el conflicto para recuperar el control total de Siria estuvo congelado durante años.

Las fuerzas mercenarias y terroristas de Estados Unidos y Turquía mantuvieron el control de un tercio del territorio sirio. Esto incluía la base agrícola y rica en petróleo de Siria. Ejércitos de fuerzas terroristas, enemigos de Damasco, fueron pagados, entrenados y completamente equipados en Türkiye y Jordania.

El imperialismo estadounidense se jactó durante años de haber podido mantener el aislamiento político y sobre todo económico de Siria mediante sanciones y la negación total de toda ayuda a la reconstrucción de Siria. Mientras tanto, Washington suministraba amplios fondos para la reconstrucción en las regiones controladas por Estados Unidos.

Estas sanciones mortíferas, otro acto de guerra, fueron un intento de Estados Unidos de negar servicios vitales, matar de hambre a la población y vaciar la economía siria hasta su colapso.

El movimiento antiimperialista mundial debe tener presente el panorama general. Este es un momento para elevar, saludar y recordar a los mártires y combatientes de la resistencia en Siria, que durante décadas y contra viento y marea se mantuvieron firmes contra la dominación imperialista estadounidense.

El bombardeo y la invasión de Siria por parte de Israel con planes de ocupar más territorio muestran cómo los expansionistas israelíes se aprovechan de los cambios reaccionarios en Siria.

La lucha global tiene muchos frentes, incluso en la Palestina ocupada, Siria y el resto de Asia Occidental. Dado que el imperialismo no tiene soluciones para ninguna crisis, seguimos confiando en que la lucha se reagrupará y estallará de nuevo a un nivel superior.

Nada es definitivo en la lucha de clases, excepto que continuará hasta que el imperialismo sea finalmente derrotado a escala mundial. El retroceso temporal en Siria demuestra que se puede perder una batalla pero no la guerra.

¡Fuera las manos en Siria! ¡Israel fuera de Siria! ¡EE.UU. fuera de Asia Occidental!