Mientras la vicepresidenta enfatizaba su potencial bélico en el debate del 10 de septiembre (véase otro editorial de este número), #45 recordó a todos que construyó su carrera política propagando mentiras racistas y que su tema de conversación político más persistente es subrayar su racismo y xenofobia convirtiendo a los inmigrantes en chivos expiatorios.
Trump comenzó su carrera política atacando a los 5 de Central Park, acusándoles de asesinato en anuncios publicitarios y pidiendo su ejecución. Los cinco jóvenes negros fueron condenados por un brutal crimen en 1989 y cumplieron entre 5 y 13 años de cárcel antes de ser exonerados en 2002 por pruebas de ADN. Las mentiras de Trump han sido constantes.
Como hizo en su debate con el presidente Joe Biden en junio, el expresidente respondió a prácticamente todas las preguntas del 10 de septiembre con un ataque a los migrantes. También había abierto su campaña de 2016 con ataques despiadados contra las personas de origen mexicano. Ninguna de sus calumnias, ni entonces ni ahora, eran siquiera parcialmente ciertas.
En esta noche de debate, sin embargo, #45 tenía un objetivo especial: la comunidad de inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio. Los inmigrantes haitianos están en Springfield legalmente, ya que tienen un estatus de protección temporal, que les da derecho legal a vivir y trabajar en EE.UU. Además, el gobierno local y los empresarios animaron a los haitianos a llegar y suministrar una mano de obra necesaria para el crecimiento económico de Springfield en los últimos años.
La necesidad de difundir una Gran Mentira e ignorar los hechos nunca detuvo a Trump y no lo hizo el 10 de septiembre. Simplemente tomó una historia falsa que algunos nazis supuestamente publicaron en las redes sociales y corrió con ella. La mentira de que los migrantes robaban y se comían las mascotas felinas y caninas de la gente tenía como objetivo sembrar el odio contra la comunidad haitiana.
Incluso después de que algunos medios de comunicación cuestionaran la mentira y de que los conspiradores Trump/Vance no tuvieran pruebas más allá de una publicación nazi en las redes sociales, siguieron repitiendo la Gran Mentira sobre perros y gatos y defendiendo sus repeticiones. Es evidente que la estrategia electoral republicana es hacer campaña contra los demócratas convirtiendo a los inmigrantes en chivos expiatorios, culpándoles de todo lo que va mal en la sociedad capitalista estadounidense. En Europa, esta estrategia ha funcionado para los partidos de derechas en algunos países.
En una entrevista en CNN el 15 de septiembre, JD Vance llegó a afirmar que incluso sin pruebas estaba bien repetir la Gran Mentira. ¿Por qué? Porque centraba la atención en el tema de la inmigración.
Tal vez la capacidad de Vance para sacar argumentos como éste del fango MAGA es la razón por la que Trump lo eligió para postularse a la vicepresidencia. Vance también ha convertido una muerte accidental de tráfico en la región de Springfield en otro ataque a la comunidad haitiana. Vance está demostrando que cuando Trump cae bajo, él caerá aún más bajo y lo hará con cara seria.
Las amenazas de bomba cerraron las escuelas y universidades de Springfield, forzando evacuaciones y cerrando hospitales. Algunos en la comunidad haitiana dijeron que se estremecieron por las amenazas por primera vez desde que llegaron a los Estados Unidos. Trump y Vance acaban de redoblar la apuesta, aumentando las repercusiones reaccionarias de sus mentiras.
Los informes verifican que los residentes de Springfield están cenando en restaurantes haitianos para contrarrestar esta retórica venenosa, racista y divisiva. Y el padre de la víctima del accidente vehicular exigió públicamente que la gente de MAGA deje de usar la tragedia de su hijo para movilizar el odio.
Las organizaciones racistas y fascistas intentarán utilizar las grandes mentiras de Trump/Vance para movilizarse contra los inmigrantes. Sería una tontería esperar que los demócratas contrarresten este ataque racista: apenas contrarrestaron los comentarios de Trump en el debate. Bajo la administración Biden, más de un millón de inmigrantes indocumentados han sido deportados.
Aquellos que estén dispuestos a mostrar su solidaridad con la comunidad haitiana y luchar contra la ofensiva racista tendrán que movilizarse contra ella incluso manteniéndose independientes de los dos grandes partidos capitalistas.
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