Fallo de Corte Suprema: Intolerancia tras hoja de higo de la religión
El fallo del 17 de junio del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, en el caso Fulton contra Filadelfia, representa un ataque intolerante a los derechos de las personas LGBTQ2S+.
En Filadelfia, la discriminación por orientación sexual es ilegal; la ciudad tiene prohibido contratar con empresas o agencias que discriminen. En 2018, Filadelfia puso fin a su contrato para colocar a los niños con padres de acogida con Catholic Social Services, (CSS), debido a su negativa declarada a prestar servicios a las parejas del mismo sexo. El contrato no debía renovarse a menos que CSS pusiera fin a su política discriminatoria.
Cuando CSS presentó una demanda -a la que se sumaron tres padres de acogida que apoyaban su postura retrógrada- un tribunal menor falló a favor de Filadelfia, diciendo que sus políticas no violaban la cláusula de “libre ejercicio de la religión” de la Primera Enmienda. La agencia basada en la iglesia argumentó que su creencia basada en la fe de que “el matrimonio es un vínculo sagrado entre un hombre y una mujer” no podía ser utilizada legalmente por Filadelfia para poner fin a su relación con CSS. El proceso de acogida de la ciudad implica normalmente la cooperación con las agencias privadas con las que contrata. (supremecourt.gov)
El fallo de la Corte Suprema -que fue unánime, es decir, los tres jueces “liberales” coincidieron- contradijo al tribunal inferior, afirmando que las leyes de no discriminación de Filadelfia tenían una cláusula que permitía a la ciudad hacer “excepciones”. El alto tribunal dictaminó que CSS tenía, por tanto, derecho a una excepción, basándose en el “libre ejercicio” de la Primera Enmienda.
En otras palabras, el lenguaje legal que prohíbe la discriminación se vuelve nulo cuando esa discriminación se lleva a cabo bajo la cobertura de la “libertad religiosa”. Esta laguna religiosa se utiliza habitualmente para negar derechos civiles básicos a las comunidades LGBTQ2S+. En este caso, perjudica a los niños que esperan un hogar de acogida.
Aunque el impacto de esta decisión es limitado, ya que se refiere específicamente a la autorización de “excepción” de Filadelfia, abre la puerta a acciones de mayor alcance de la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. que defienden la intolerancia. Tres de los jueces más derechistas -Samuel Alito, Amy Coney-Barrett y Neil Gorsuch- escribieron una opinión minoritaria en la que se quejaban de que el fallo era “un hilo de decisión que deja la libertad religiosa en un estado confuso y vulnerable”. (The Hill, 17 de junio)
Falsa defensa religiosa
La historia del cristianismo no respalda la posición de la CSS, dirigida por la diócesis católica. La Iglesia Católica quiere hacer creer al público que a las parejas del mismo sexo se les negó el reconocimiento desde el inicio de la iglesia, basándose en la creencia religiosa del “vínculo sagrado”. Este mito fue desmontado por la innovadora obra de John Boswell de 1994, “Same Sex Unions in Pre-modern Europe”, (Uniones del Mismo Sexo en Una Europa Pre Moderna).
El libro “demuestra que durante gran parte de los dos últimos milenios, en las iglesias parroquiales y las catedrales de toda la cristiandad, desde Irlanda hasta Estambul y en el corazón de la propia Roma, las relaciones homosexuales se aceptaban como expresiones válidas de una capacidad dada por Dios para amar y comprometerse con otra persona, un amor que podía celebrarse, honrarse y bendecirse tanto en nombre de, como a través de la Eucaristía en presencia de Jesucristo”. (Irish Times, 11 de agosto de 1998)
Antes de la llegada del colonialismo de los colonos, las culturas indígenas reconocían muchos géneros y relaciones de pareja.
En realidad, el tribunal está validando la larga historia de misoginia patriarcal y de opresión contra el colectivo LGBTQ2S+ -enraizada en las relaciones de propiedad privada y que continúa bajo el feudalismo medieval europeo, el colonialismo de los colonos, la esclavitud y el capitalismo-, que tanto la Iglesia como el Estado tienen una fea historia de apoyo.