El 18 de marzo, el presidente estadounidense Joe Biden llamó “asesino” al presidente ruso Vladimir Putin.
Dado que nadie ha retirado este insulto gratuito, suponemos que no fue una metedura de pata de Biden. Por el contrario, indica un aumento de la hostilidad de Estados Unidos hacia Rusia, al igual que las recientes conversaciones sobre Alaska mostraron un conflicto en desarrollo con China Popular. Tanto Rusia como China, al igual que Estados Unidos, son potencias nucleares.
La primera pregunta que plantea este insulto es: ¿Es Biden un asesino?
Revisamos el historial de Biden en importantes decisiones de política exterior en este siglo que tenían que ver con matar gente. ¿Muestra alguna decisión una aversión a matar?
En 2001, como senador estadounidense por Delaware, Biden, nunca conocido por su valor político, se sumó al voto unánime de apoyo a la llamada guerra contra el terrorismo. Esto condujo rápidamente a la invasión de Afganistán, donde Estados Unidos sigue teniendo tropas 19 años después. Muchos afganos han muerto. Las tropas estadounidenses también.
En el otoño de 2002, Biden fue presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Votó y habló en apoyo de la guerra contra Irak. Murieron millones de iraquíes. También miles de tropas estadounidenses murieron.
Como vicepresidente en 2009, Biden apoyó el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras. Este golpe desencadenó un saqueo neoliberal de ese país centroamericano. A su vez, muchos hondureños fueron asesinados. Perturbó tanto la vida que muchos hondureños huyeron, tratando de emigrar a Estados Unidos.
Mientras tanto, el gobierno de Barack Obama/Biden deportó a muchos hondureños y otros centroamericanos de vuelta a la América Central que Estados Unidos había desbaratado. Esto provocó más muertes.
En 2011, el vicepresidente Biden elogió la guerra de la OTAN contra Libia. Esta guerra destruyó un país africano estable y próspero. Junto con las guerras en Siria, Irán, Afganistán y Yemen, el colapso libio provocó una nueva ola de migración hacia Europa. En esa ola mueren miles de personas cada año en naufragios, entre otros desastres causados por esta desastrosa guerra contra Libia.
Ya, con sólo 36 días de gobierno del propio Biden, éste autorizó el ataque aéreo a Siria.
Independientemente de lo que opine Biden sobre ese tipo de decisiones, ha demostrado que está dispuesto a matar. Biden hizo una campaña dura y frecuente para convertirse en presidente. Ser presidente de Estados Unidos significa ser el jefe ejecutivo del imperialismo mundial.
Es la persona con la autoridad legal para dirigir el Pentágono, el Departamento de Estado, la CIA y otros centros más sombríos de la política exterior estadounidense para supervisar la explotación de la humanidad en interés de un relativo puñado de multimillonarios.
Ser un asesino es parte de la descripción del trabajo.
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