Se genera impulso para huelga general si Trump intenta golpe de estado
Un movimiento ha estado creciendo desde la resolución del Consejo Laboral de Rochester del 8 de octubre apoyando una huelga general si Trump se niega a dejar el cargo. Esta audaz iniciativa fue seguida por una resolución similar de la Federación Laboral de Wisconsin Central. Ambos grupos llamaron a la AFL-CIO a lanzar la huelga general para frustrar un golpe de estado derechista, racista y anti obrero de Trump.
Ahora el empuje es para que los trabajadores retengan su trabajo en defensa de sus derechos democráticos básicos. La Federación Laboral del Área Oeste de Massachusetts aprobó una resolución el 19 de octubre para una huelga general y otras “acciones no violentas”, si “Donald Trump y sus partidarios republicanos intentan obstruir, subvertir, sabotear, anular o rechazar un recuento justo y completo de votos presidenciales”. La organizadora de la Federación, Lydia Wood, explicó: “Consideramos que es la herramienta más poderosa que tiene el movimiento”. Hay 30 sindicatos miembros en la federación.
El 21 de octubre, el Consejo Laboral de MLK, que cubre el condado de King alrededor e incluyendo Seattle, resolvió “trabajar con aliados en los movimientos antirracistas, de justicia ambiental, feministas y de los pueblos pobres, así como con los LGBTQ+, las minorías religiosas y las comunidades de inmigrantes para hacer planes de contingencia en respuesta a las acciones antidemocráticas del presidente Trump y sus aliados”.
El consejo resolvió además que “el sindicato MLK tomará medidas para prepararse para una acción no violenta generalizada, incluyendo protestas y paros laborales, coordinando la capacitación de las fuerzas de paz y otros entrenamientos necesarios”. AFSCME Local 304, representando a los trabajadores del estado, había aprobado una resolución dos días antes instando al Consejo a tomar esta posición.
El 20 de octubre, un seminario web para discutir la estrategia de la huelga general presentó a la Presidenta de la Asociación de Auxiliares de Vuelo-CWA, Sara Nelson, una posible candidata a suceder al Presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka. Decenas de miles de sindicalistas de base han firmado un compromiso de “defender la democracia” para tomar las calles y cerrar el país, si es necesario para evitar un golpe de estado. La sucursal del área de Detroit del Sindicato de Trabajadores Postales Americanos apeló a sus miembros para que firmaran el compromiso.
Trumka aún no ha tomado una posición sobre los llamados a la huelga general. Pero, como afirma Doreen McGrath, miembro de Portland Electrical Workers (IBEW): “Hay mucha corriente de trabajadores de base que presionan a la dirección del sindicato para que aprueben estas resoluciones.”
Las huelgas generales – paros laborales colectivos que involucran a una gran sección de trabajadores en un área o país en particular – son poco comunes en los Estados Unidos. Además del Primero de Mayo de 2006, las huelgas generales más conocidas tuvieron lugar en Seattle en 1919 y en Minneapolis y San Francisco en 1934. Otras ocurrieron en Terre Haute, Ind., en 1935, Lansing, Mich., en 1937 y Oakland, Calif., en 1946 – todas hace mucho tiempo.
Seguramente vendrán más llamados a “no hacer negocios como de costumbre” si Trump no respeta el voto de los trabajadores y la gente oprimida. Esta huelga general sería una de las pocas huelgas políticas –a diferencia de las huelgas económicas– en la historia laboral de EE.UU. La más reciente fue la huelga masiva de trabajadores inmigrantes el 1 de mayo de 2006. En 1947, 250.000 trabajadores de la industria automotriz abandonaron el trabajo para protestar por la Ley Taft-Hartley, que se oponía a los sindicatos, y que condujo a la destrucción de sindicatos en todo el país en las décadas siguientes. Recientemente, atletas profesionales hicieron una huelga en solidaridad con Black Lives Matter.
Una huelga general en todo el país –o incluso en lugares dispersos– por una crisis política intensificaría la lucha de clases de maneras nunca vistas en décadas.