Breve historia de la OTAN
16 de julio — Solo porque el presidente estadounidense, un misógino, xenófobo y enemigo de la humanidad abiertamente racista, criticara a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en la Cumbre de Bruselas del 11 al 12 de julio, alguien podría tener la falsa impresión de que se debe defender a esta organización. Pero no es así.
Cualquiera que sea el objetivo a largo plazo de Donald Trump con respecto a la OTAN, suponiendo que lo tenga, esta alianza es enemiga de los pueblos del mundo como siempre lo ha sido.
Un vistazo a sus miembros y su historia muestra el por qué.
La OTAN consiste de …
Durante la mayor parte de su historia, la OTAN ha incluido a todas las principales potencias imperialistas excepto a Japón y Australia. Los miembros han sido Estados Unidos, Francia, Bretaña, Italia y Canadá desde 1949 en adelante, y Alemania desde 1955, cuando era Alemania Occidental. Estos seis, más Japón conforman los países del G7 que actualmente establecen reglas económicas para el mundo.
La OTAN también incluye a países más pequeños que son antiguos miembros del mundo imperialista, como España, Portugal, Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo, Noruega, Dinamarca y la pequeña Islandia. Grecia y Turquía también están en la OTAN.
Los principales poderes de la OTAN son los países imperialistas porque sus clases gobernantes corporativas y financieras, principalmente a través de sus bancos, controlan la mayor parte de la riqueza mundial. El capital bajo su control se usa para explotar la mano de obra y extraer recursos en todo el mundo.
Hasta la Segunda Guerra Mundial, Bretaña y Francia gobernaron directamente vastas partes de África y Asia en forma de colonias. Alemania también tenía colonias, pero menos que esos dos poderes. Los Países Bajos, Bélgica e incluso la pequeña Dinamarca tenían colonias más grandes que ellos.
Los principales países de la OTAN ahora poseen tecnologías de vanguardia, controlan los medios de comunicación, fabrican armas poderosas y son los más fuertemente armados. Venden armas al mundo, pero guardan las armas más avanzadas para ellos.
A través de su control del mercado mundial, los intercambios de divisas y la banca, y con sus ventajas tecnológicas, estos siete países ahora oprimen directa e indirectamente a la mayor parte del mundo.
De los países del G7, el imperialista Estados Unidos, con la economía nacional más grande y con la mayor potencia militar, es el más peligroso para la humanidad.
El papel de la OTAN 1949-89
Durante la primera mitad del siglo 20, estos estados depredadores pugnaron por mercados, colonias y materias primas. En su rivalidad, lanzaron dos guerras mundiales que juntas mataron de 100 a 200 millones de personas, en su mayoría trabajadoras/es, campesinas/os y otras/os jornaleros.
Después de que terminó la Segunda Guerra Mundial, la clase de saqueadores y ladrones que gobernaba a esos países vio que, mientras luchaban entre sí, un tercio de la humanidad se había liberado de su control.
La Revolución Rusa, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, también sobrevivió la embestida de la Alemania nazi. La Segunda Guerra Mundial terminó en Europa con las revoluciones yugoslava y albanesa y la marcha del Ejército Rojo Soviético a Berlín. En 1949, toda China fue liberada y la mitad de Corea. El pueblo vietnamita estaba ganando contra los franceses.
Había una guerra civil revolucionaria en Grecia. Los regímenes coloniales comenzaban a desmoronarse alrededor del mundo. La clase trabajadora en Francia e Italia parecía estar a punto de tomar el poder en estos países donde los partidos comunistas habían organizado la resistencia armada de las/os trabajadores contra el fascismo.
Así que en 1949, Washington, la potencia imperialista dominante más fuerte, fundó entonces la OTAN para evitar las revoluciones obreras en la Europa occidental que estaba devastada por la guerra y para enfrentarse a la Unión Soviética y sus aliados en Europa del Este. Fue en 1955 que la Unión Soviética estableció el Pacto de Varsovia con sus aliados en Europa del Este.
El papel reaccionario de la OTAN incluyó la planificación de un golpe militar en Grecia en 1967 que duró hasta 1974. Se sospecha que participó en una “estrategia de tensión” de 1968-82 en Italia, cuando agrupaciones derechistas clandestinas en la clase dominante y el estado italiano llevaron a cabo ataques terroristas. En 1975, la OTAN envió buques de guerra para intervenir en Portugal y evitar que la clase obrera de allí abriera una lucha por el socialismo, después de que una revolución derrocara al régimen fascista.
El presidente de los EUA siempre elige al comandante de la OTAN, y el general a cargo siempre es del Pentágono. Por lo tanto, la OTAN siempre ha sido una herramienta de la política imperialista de los EUA. Y sigue siendo así, a pesar de las quejas de Trump.
Nueva función de la OTAN: policía capitalista mundial
En 1990, durante las negociaciones entre los líderes soviéticos y estadounidenses para poner fin a la Guerra Fría, Washington prometió no mover la OTAN hacia el este. El propósito declarado de la OTAN hasta ese momento era “defender a las naciones miembros, de las amenazas de los países comunistas”. Este propósito aparentemente terminaba con la inminente desintegración de la Unión Soviética en 1991 y la disolución del Pacto de Varsovia.
Pero desde 1991, lejos de disolver la OTAN, Washington ha insistido en que el pacto militar se expanda, mientras permanece bajo el mando de los EUA.
La política de los EUA convirtió a la OTAN en un tipo de fuerza policial imperialista. Ya no confinada a Europa, la OTAN se ha convertido en una fuerza de intervención mundial al servicio de los monopolios transnacionales que explotan el trabajo y los recursos mundiales.
Polonia, Hungría y la República Checa se unieron a la OTAN en abril de 1999. Esta expansión coincidió con la guerra aérea de EUA-OTAN en los Balcanes que destruyó el país soberano y multinacional de Yugoslavia.
Los imperialistas aún mienten sobre las razones de la guerra en Yugoslavia, alegando que era para defender a Kosovo, un área de mayoría musulmana. En su libro “Waging Modern Warfare” (Librando una guerra moderna), el comandante de la OTAN en 1999, el general Wesley Clark, admitió que la guerra de Kosovo era “diplomacia coercitiva … mucho más como las intervenciones de una época anterior”, es decir, antes de la Segunda Guerra Mundial, en un momento en que las potencias imperialistas ocuparon abiertamente colonias y protectorados. (p.418)
La ex Yugoslavia, que una vez fue un estado que representaba a unos 20 millones de habitantes de los Balcanes, fue dividida en siete mini estados que son presa fácil para el imperialismo de Europa Occidental y Estados Unidos.
Otras intervenciones militares de la OTAN siguieron, lideradas por EUA. Los EUA invadieron Afganistán en Asia Central a partir de 2001, utilizando el pretexto del ataque del 11 de septiembre e invocando el Artículo 5 de la carta de la OTAN que llama a la defensa colectiva. La ocupación continúa con la ayuda de la OTAN.
En 2011, con el más frágil de los pretextos, la OTAN atacó y destruyó Libia. Ese mismo año, los países de la OTAN también sabotearon y derrocaron al gobierno de Damasco en Siria.
La destrucción que provocaron estas intervenciones ha exacerbado horriblemente la crisis de refugiadas/os que continúa en la actualidad.
Francia y Alemania rehusaron unirse a la invasión EUA-Bretaña a Irak en 2003 porque sus gobiernos lo consideraban un esfuerzo peligroso e imprudente. Por esa razón, la OTAN no comenzó ese desastre. Más tarde, sin embargo, muchos estados de la OTAN ayudaron a la ocupación de Iraq, a pesar de que era un secreto a voces que el pretexto de EUA para la guerra – la existencia de las “armas de destrucción masiva” iraquíes – era una mentira.
La última expansión de la OTAN
Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia fueron admitidas en la OTAN en 2004. Albania y Croacia se adhirieron a la alianza en 2009. Ahora hay 29 miembros, además de otros países como Suecia que tienen una relación especial con la OTAN, y Colombia que es el primer socio global en América Latina.
Los apologistas de la OTAN afirman que la alianza defiende la libertad y los derechos humanos. Por el contrario, el papel de la OTAN ahora es reconquistar aquellas áreas del mundo que se habían independizado del imperialismo durante la existencia de la Unión Soviética.
Para enfrentar la embestida del imperialismo estadounidense, es necesario decir “¡Abajo Trump!”, e igualmente “¡No a la OTAN!”
Catalinotto, editor auxiliar del periódico Workers World-Mundo Obrero, co-editó el libro “Hidden Agenda: U.S./NATO Takeover of Yugoslavia”, Nueva York: International Action Center, 2001.