Campaña de terror contra trabajadoras/es in/migrantes

Claudia Patricia Gómez González, una mujer de Guatemala- quien estaba desarmada- fue asesinada por un disparo a la cabeza el 23  de mayo a manos de la policía fronteriza (CBP por siglas en inglés) en Río Bravo, Texas. Tenía 20 años.

Las noticias de Al Jazeera reseñaron que “González era una mujer indígena Maya Mam que se había graduado de un programa de contabilidad forense en 2016. Su familia dijo que se iba a EUA para buscar trabajo, porque no tenían suficiente dinero para continuar sus estudios”.

Karina Álvarez, fundadora del ‘Laredo Immigrant Alliance’, contó a Al Jazeera que la retórica de Trump sobre migrantes había envalentonado a los agentes en pueblos fronterizos: “Él nos estaba describiendo como si fuéramos animales el otro día y mira ahora, nos disparan como animales”.

Estados Unidos ha intensificado una campaña de terror contra las/os trabajadores in/migrantes y refugiados que huyen de la violencia causada por EUA en sus países de origen.

La actual campaña está encabezada por el presidente Trump, su fiscal general, el famosamente racista Jeff Sessions, su jefe de gabinete John Kelly y una pandilla presidencial de intolerantes. Las nuevas normas están diseñadas para impedir por medio de intimidación y terror a quienes por enfrentar represión y muerte en sus países, viajen a EUA para buscar trabajo o refugio. Estas violentas normas están ancladas en la supremacía blanca y violan claramente leyes tanto de EUA como internacionales.

El racismo de la administración no tuvo frenos en un discurso de Sessions el 7 de mayo en la frontera en San Diego. Dijo: “Hoy estamos aquí para enviar un mensaje al mundo que no vamos a permitir que nuestro país sea abrumado.” Sessions anunció que cada persona que se encuentre entrando “ilegalmente” a EUA será detenida e investigada por el Departamento de Justicia. Si son una familia, las/os hijos serán separados de sus progenitores y puestos con agencias del gobierno. (San Diego Tribune [NEEDS DATE])

El Tribune reseñó: “La decisión de enjuiciar a los solicitantes de asilo que entran ilegalmente a EUA va en contra de la Convención sobre los Refugiados de las Naciones Unidas de 1951”. La convención declara que los países que firmaron el acuerdo, como hizo EUA, no penalizarán a solicitantes de asilo por entrada ilegal si se presentan inmediatamente a las autoridades y demuestran “causa justa” para su presencia.

Tanto la ley de EUA como la internacional declaran que las/os solicitantes de asilo que cruzan la frontera no están violando ninguna ley, y dictan que los oficiales de EUA están obligados a permitir que las/os refugiados tengan una audiencia legal para juzgar su aplicación de asilo. Trump y sus secuaces están desafiando abiertamente esas leyes.

Fronteras coloniales

Por encima de la legalidad, muchas/os migrantes de Centroamérica son indígenas, como la misma González, o tienen antepasados indígenas. Las fronteras que cruzan sólo existen como resultado del genocidio y el robo de tierra por parte de los colonizadores españoles e ingleses. La fuerza extrema que está usando EUA para vigilar su frontera es producto de una mentalidad de colonizador.

La nueva norma del Departamento de Justicia autoriza a los agentes fronterizos del CBP y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por siglas en inglés) a separar a todas/os los niños, incluso a los bebés en brazos, de sus padres que buscan empleo o asilo en EUA y poner estas/os los niños en bases militares en Texas y Arkansas. (tinyurl.com/ya2fqos)

Un artículo del New York Time del 20 de abril reportó: “El 20 de febrero, una mujer joven llamada Mirian llegó a la frontera de Texas cargando a su hijo de 18 meses. Habían huido de su hogar en Honduras en medio de una nube de gases lacrimógenos, le dijo a los agentes fronterizos, y necesitaban protección de la violencia política de allá. Esperaba encontrar refugio para ella y su hijo juntos. En su lugar, los agentes le ordenaron poner a su hijo en un vehículo del gobierno, dijo después en una declaración a la corte federal”. Al niño lo llevaron a otro lugar.

En solamente 13 días luego del discurso de Session, seiscientos cincuenta y ocho niñas/os fueron separados de sus progenitores y puestos en centros de detención. Esto representa un aumento enorme, ya que 700 niñas/os fueron separados de sus padres desde octubre 2017 hasta abril 2018 (immmigrationimpact.com, 25 de mayo)

¿”En qué nos estamos convirtiendo? Regímenes totalitarios quitan a los niños de sus padres para castigar a los disidentes,” tuiteó Frank Sharry, director ejecutivo del grupo de defensores de inmigrantes America’s Voice. “América está quitando a los hijos de sus padres para castigar a los refugiados”.

En realidad, las leyes y prácticas de EUA durante cientos de años han legalizado la separación inhumana de padres e hijas/os –tanto por la separación mediante “ventas de propiedad” de padres e hijos negros, hasta el secuestro “legal” de niñas/os indígenas y su colocación en “internados” creados para desconectarles de su cultura y de su pueblo.

A finales de marzo, el régimen de Trump anunció que no liberaría a mujeres embarazadas de los centros de detención, notorios por su falta de tratamiento médico adecuado. “Esta nueva política expone aún más la crueldad de las fuerzas de detención y deportación de Trump, poniendo en peligro las vidas de mujeres inmigrantes embarazadas”, dijo Victoria López, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU en inglés). (US News, 29 de marzo)

El 25 de mayo, Trump nominó a Ronald Mortensen, fundador del Utah Coalition on Illegal Immigration (Coalición de Utah sobre la Inmigración Ilegal), que ha sido clasificada como grupo de odio por el Southern Poverty Law Center, para ser el nuevo Secretario de Estado para la Oficina de Población, Refugiados, y Migración. “Él ha acusado a inmigrantes indocumentados de ‘destruir las vidas de los hombres, mujeres, y niños americanos.’ Y ahora Trump quiere que maneje la agencia federal cuya misión es la de ‘ofrecer protección, aliviar el sufrimiento, y resolver los problemas de la gente perseguida y desarraigada del mundo’”. (New York Magazine, 25 de mayo)

La indignación sobre las atrocidades de Trump tiene que ser convertida en acciones populares militantes en solidaridad con las/os in/migrantes. Ésta es la única forma de detener a este demagogo racista y su administración.

¡Abrir las fronteras! y #ShutDownIce! (Cerrar ICE)