El abogado especial Robert Mueller acusó a 13 ciudadanos rusos y tres compañías el 16 de febrero, supuestamente por conducir un esquema para interferir criminalmente con las elecciones presidenciales del 2016 en EUA. Cuatro días más tarde, Mueller forzó una declaración de culpabilidad de un abogado holandés que trabajaba con los gerentes de la campaña de Trump, Paul Manafort y Rick Gates, por mentirle a los investigadores. Luego, Mueller agregó nuevos cargos contra Manafort y Gates, incluyendo fraude y lavado de dinero. Esto forzó a Gates a declararse culpable el 23 de febrero por hacer declaraciones falsas.
Los medios corporativos que se oponen a Donald Trump y el liderazgo del Partido Demócrata han usado estos eventos para proclamar afanosamente que Trump debe ser expulsado por cargos penales. Pero, ¿deberían las/os trabajadores y las personas oprimidas estar satisfechas con que el FBI y Mueller estén tomando medidas contra la pandilla racista, misógina, anti-inmigrante y pro-ricos de Trump atacando la supuesta conexión con Rusia?
No. Eso sería retroceder al papel de espectador. Implicaría que podríamos confiar en el Departamento de Justicia del Fiscal General racista Jeff Sessions para luchar contra el racismo.
E implicaría que podríamos confiar en el mismo FBI que espía a los partidos de las/os trabajadores y ataca a las organizaciones de liberación negra. También colocaría al gobierno ruso como chivo expiatorio por la victoria electoral de Trump, cuando el Colegio Electoral antidemocrático fue quien lo hizo; las leyes para detener el voto de las/os pobres y negras/os y ex prisioneras/os lo hizo, y el fracaso del Partido Demócrata en luchar por los derechos de las/os trabajadores lo hizo.
Ignorando la agenda de Trump y la derecha y mirando en cambio al fiscal especial, los Demócratas y los expertos intentan desarmar la capacidad de nuestra clase para luchar y formar un movimiento independiente de masas.
Podemos movilizarnos para detener las escandalosas redadas de la Migra. Podemos protestar la entrega del desierto y la tierra indígena a la minería y compañías petroleras. Podemos exponer la política de inmigración de “solo blancos”. Y podemos y debemos organizar para detener las guerras de drones, detener los intentos de “cambio de régimen”, “detener la amenaza de la guerra nuclear contra Corea del norte, detener los viles comentarios de Trump menospreciando a las mujeres y atacando a los atletas afroamericanos que toman posturas políticas.
Enfocándose en Rusia también desvía la atención del apoyo total que la clase dominante, desde Wall Street hasta el Valle de Silicón, está dando al programa de recortes de impuestos y “desregulación” de Trump. Los bancos no se detendrán hasta garantizar que el programa de robo de Trump de los pobres continúe, ya esté o no Trump en su puesto.
El magnate Warren Buffet declaró abiertamente su alegría en una carta a los accionistas de su conglomerado Berkshire, que ganó alrededor de $29,1 mil millones por el recorte de impuestos: “Nuestra sonrisa se ampliará cuando hayamos redistribuido el exceso de fondos Berkshire en activos más productivos”, prometiendo más fusiones. (msn.com, 23 de febrero)
Nada fue mencionado sobre la contratación de trabajadoras/es para empleos bien remunerados. A raíz de la catástrofe financiera del 2008, el Congreso aprobó una ley que prohibió a los bancos con activos de más de $50 mil millones, fusionarse o adquirir otros bancos. Ahora, impulsado por Trump, un proyecto de ley favorecido por ambos partidos políticos aumentaría ese umbral a $250 mil millones.
Y no queda ahí. La Reserva Federal con su nuevo jefe designado por Trump está ocupado “ablandando” las reglas sobre fusión que penalizan las violaciones de los bancos sobre préstamos justos, lavado de dinero y leyes de mercadeo. Unos 370 bancos están actualmente en la llamada “Caja de penalización” por presuntas violaciones.
Como toda/o trabajador sabe, las fusiones generalmente significan muchos despidos. Y esto incluso si las reglas laxas no conducen rápidamente a otra crisis cuando explote la próxima burbuja.
Las/os trabajadores y las comunidades oprimidas no pueden confiar en Mueller o en el Partido Demócrata para detener los regalos del régimen de Trump a los ricos y el programa de austeridad para las/os pobres. Solo una poderosa lucha puede hacer eso, independientemente del Partido Demócrata – uniendo a la clase trabajadora de todas las nacionalidades y géneros para luchar no solo contra Trump el individuo, sino su programa completo.
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