PUERTO RICO: ¿Segunda invasión gringa?
Un año después de que Estados Unidos invadiera a Puerto Rico en 1898 e impusiera un régimen militar, azotó la isla el huracán San Ciriaco que devastó casi en su totalidad la infraestructura insular. Esto sirvió al invasor para reestructurar el país a su conveniencia. Destruida su economía agrícola que en ese entonces cultivaba – además del azúcar – café y tabaco para la exportación a Europa, los EUA impusieron eventualmente su gigante plantación cañera para beneficiar a su industria azucarera.
Las ganancias se irían a Nueva York y Boston, sede de sus oficinas, comenzando así el sangrado de la riqueza boricua. Junto a esto, el Congreso de EUA aprobó en 1900 el Acta Foraker, que ratificaba el dólar estadounidense como la moneda oficial de PR, sustituyendo así al peso el cual EUA había ya devaluado en enero de 1899. De un manotazo gringo, las/os puertorriqueños perdieron el 40 por ciento de sus riquezas.
Ahora, luego de la devastación del huracán María el 20 de septiembre, parece ser que el imperio yanqui se apresta a reestructurar a Puerto Rico nuevamente para que responda a sus nuevos intereses en esta época cuando el capitalismo se encuentra en una terrible decadencia, lo que no deja de hacerlo más cruel y criminal.
Ya esta reestructuración había comenzado cuando el Congreso EUA aprobara la Ley PROMESA bajo la administración demócrata de Obama para obligar el pago de una deuda pública ilegítima y odiosa de $74 mil millones. Deuda que aún – y hay que recalcarlo – las autoridades rehúsan aceptar una auditoría ciudadana.
Impuesta por esta ley llega una Junta de Control Fiscal de siete miembros asociados a entidades bancarias que dispone y manda en PR, incluso sobre el gobierno insular. Justo antes de María la JCF había ya impuesto un horroroso y perjudicial Plan Fiscal neoliberal en contra del pueblo trabajador que hundiría más al pueblo en la pobreza. Parte también de PROMESA es la privatización de entidades estatales como la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), sobre todo su parte generatriz que es la más ganancias crea.
Es dentro de este marco que llega la monumental devastación del huracán.
Como presagio de lo que ocurre, la escritora Yarimar Bonilla escribió en un artículo el 22 de septiembre sobre una entrevista realizada a una asesora financiera local. Esta “estaba extremadamente optimista sobre el clima económico. Anticipando el incumplimiento del gobierno, había reorientado los activos de sus clientes hacia las acciones estadounidenses….. ‘Lo único que necesitamos ahora es un huracán’. Se estaba refiriendo a cómo estos desastres naturales traen dinero federal para la reconstrucción y, a menudo, se convierten en una bendición a la industria de la construcción. ‘Al salir de su oficina, me animó a comprar acciones en Home Depot’”. (Sept. 22, Washington Post)
Militarización de PR
Después de casi una semana del terrible suceso, el Pentágono anunció la llegada a PR de sus fuerzas para “ayudar al pueblo puertorriqueño”. De 460 a 6,433 aumentó el personal del Departamento de Defensa estadounidense (DoD) y “seguirá en ascenso según las necesidades” según dijo el gobernador Ricardo Roselló.
Desde el Fuerte Bliss de Texas llegarán 16 helicópteros entre el 2 y 3 de octubre. “El buque de asalto USS Wasp y aviones de la Marina también están en ruta hacia la Isla, dijo el teniente coronel Jaime Davis, portavoz del Pentágono”. (elnuevodia.com, 1 de octubre) De la Guardia Nacional van 210 oficiales de la Policía Militar y personal de infantería. Policías llegarán desde Nueva York y Nueva Jersey. Supuestamente el buque hospital USNS Comfort arribará a las costas de San Juan el 4 de octubre.
Ya el Pentágono tomó el mando de la “reconstrucción” de PR con estos oficiales y el Cuerpo de Ingenieros. En las diarias conferencias de prensa del gobernador se ve acompañado de algunos de estos oficiales y sin olvidar, a FEMA, la cual está al mando de la distribución de alimentos, agua y materiales básicos.
Y he ahí el gran problema ahora en PR.
Mientras en las cámaras de televisión y en las pocas cadenas de radio que operan ahora se anuncia que la entrega de estos materiales se está haciendo a los 78 municipios de la isla, la realidad está muy lejos de esta aseveración. Incluso los mismos medios noticiosos corporativos denuncian la falta de ayuda a los sitios más alejados de la capital. Esas/os mismos reporteras han cruzado ríos y caminos difíciles de transitar para llegar a esas comunidades y poderlas visibilizar en los noticieros.
Comunidades tras comunidades narran en las cámaras la tragedia y las condiciones infrahumanas por las cuales están pasando aisladas del resto de la isla. Viviendo casi por dos semanas en casas sin techos, sin electricidad, agua potable, comunicación, ni comida, tomando agua sucia de riachuelos seguramente contaminados, donde también lavan su ropa y se bañan. Enterrando a sus muertos en el patio.
Así hay gran cantidad de comunidades donde el “poderoso” ejército estadounidense que puede construir una ciudad con aire acondicionado en el desierto en pocos días como mostró durante la invasión de Irak, no puede sin embargo cruzar un río para llevar la ayuda necesaria a estas comunidades. Este es un crimen más cometido por el Pentágono.
FEMA por su parte, está cometiendo otro crimen.
Tanto FEMA como los militares actúan unidos y dependen del uno y del otro. FEMA se ha convertido en el “coordinador” de las ayudas que llegan a la isla y supuestamente los militares ayudarán a su distribución. El problema es que realmente no ocurre, como lo indica el párrafo anterior.
Pero el pueblo salva al pueblo
La diáspora boricua en Estados Unidos vive con congoja la desesperación de sus familiares en el archipiélago. Estos sentimientos han propulsado un verdadero anhelo de reconstrucción comenzando por la recolección de artículos básicos necesarios y enviarlos a PR. Sin embargo, una vez llegan a la isla, es FEMA quien se ha hecho cargo de los vagones, entorpeciéndose así su distribución. Miles de contenedores se han quedado varados en los puertos, incluyendo contenedores de corporaciones que por sea las razones que tengan, no se han llevado sus contenidos, haciendo que se impida también la circulación de materiales necesitados.
El gobierno ha acusado a los camioneros de no ayudar en la distribución de éstos. Sin embargo, los camioneros convocaron a la prensa para explicar que por días han estado esperando para que las agencias les contraten para la distribución, siendo ignorados repetidamente. Muchos de ellos se quedan esperando por trabajo sin regresar a sus hogares para no utilizar la gasolina por la gran falta de combustible. Acusan además a la empresa marítima Crowley, de utilizar agencias privadas de conductores, dejando fuera a estos conductores boricuas independientes.
Frente a esto, la diáspora boricua está buscando otras alternativas que no sea el envío por contenedores en la línea Crowley, optando por enviar independientemente. Personas que viajan a PR llevan todas las maletas que las aerolíneas les permiten, para acomodar materiales para el pueblo. Ana, una amiga de esta escritora, quien viajará pronto a la isla comentó que pudo conseguir un pasaje en primera clase, lo cual le permite llevar 70 libras por maleta. Ahí acomodará materiales, dejando atrás sus pertenencias personales. Así están haciendo muchas personas para enviar materiales que de otra manera, no llegarían a las comunidades que más lo necesitan.
En varios reportajes se puede constatar cómo el pueblo se va organizando por comunidades. Vecinos que se unen para limpiar los caminos, reconstruir sus hogares con los materiales que aún se puedan utilizar. El esfuerzo es masivo. Brigadas de trabajo desde la diáspora también se están organizando para ayudar en la reconstrucción de Puerto Rico.
Angélica Acosta, del Frente Socialista de Puerto Rico envió a WW-MO el siguiente comentario: “La clase trabajadora salió a la calle con sus camiones, uniformes y mucho más para levantar el país como saben hacerlo a diario. En otros lugares, finalmente conocen a sus vecinos o comparten más con ellos. El pueblo está compartiendo sus alimentos y utensilios. Hay comunidades que han comenzado a levantar las casas destruidas, como pueblo valiente que somos”.
La ayuda está llegando individualmente de artistas y personalidades – mayormente boricuas – que residen en EU. Deportistas han llevado ayuda en aviones privados. Muchos están levantando fondos para la recuperación del país. Puerto Rico, aparte de la gran tragedia, no está solo. Otros países están demostrando su solidaridad. La República Dominicana envió gasolina. Panamá también ha enviado ayudas.
Hay organizaciones en la isla organizando brigadas para la distribución de alimentos, agua y medicinas y para la reconstrucción del país. Esta escritora pudo comunicarse hace unas horas con Mercedes Martínez, presidenta de la Federación de Maestros de PR, que es una de estas organizaciones que junto a la CGT y la Jornada Se Acabaron las Promesas, comenzarán estas brigadas de trabajo el 3 de octubre. La FMPR además acepta donaciones a través de ‘GoFundMe’.
Cuba ha ofrecido ayuda médica pero hasta ahora no se sabe si la ayuda podrá llegar por las leyes coloniales impuestas a PR por EUA. Hace unas horas la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, aceptó la ayuda de Venezuela que enviará gasolina. PDVSA, a través de su compañía Citgo en EUA, puede enviar el producto. Además, debido a la presión internacional para que se derogue la Ley Jones de 1920 que previene a PR de usar otra marina mercante que no sea la estadounidense, con personal estadounidense y en barcos construidos en EUA, el presidente Núm 45 aceptó cancelarla por 10 días.
¡Ojo!
El 3 de octubre, Trump viajará a la isla, aparentemente por par de horas. Su itinerario es secreto. Pero no solo es Trump quien visita. Hay otros buitres que acechan para ver cómo se pueden aprovechar de Puerto Rico.
Es aquí donde está el problema mayor: la reestructuración que quiere hacer el capital estadounidense, aprovechando la devastación de la isla. Estos días se espera también la llegada de John Davies presidente de la Fundación Baton Rouge quien participó de la restructuración de Luisiana en 2005 después de la devastación del huracán Katrina. Davies viene asesorando el “Fondo de recuperación” que el Centro para una Nueva Economía (CNE) creó el pasado 22 de septiembre.
El CNE está integrado por banqueros y asesores financieros muy allegados al proceso de la Junta de Control Fiscal. Aquí está el peligro de la reestructuración con medidas neoliberales de privatizaciones. Medidas ya incluidas en la Ley PROMESA para privatizar el sector energético.
¡No a la militarización de PR!
¡Derogación de las Leyes PROMESA y Jones! ¡No a las privatizaciones!
¡Reparaciones para el pueblo puertorriqueño por más de un siglo de crímenes EEUU!
¡Al pueblo lo que es del pueblo!
¡Viva Puerto Rico Libre y Soberano!