La camarilla autoritaria Trump en la Casa Blanca – Steve Bannon, Jared Kushner, Steven Miller y el propio Donald Trump – están en una carrera final en torno a las instituciones del gobierno capitalista tradicional. Están tratando de dar forma a la política y de forzarla a la derecha en todos los frentes sin el aporte del establecimiento capitalista tradicional.
Trump y Bannon están usando la teoría de conspiración diciendo que el “estado profundo”, refiriéndose a las agencias reguladoras, los principales medios de comunicación, los fiscales, los tribunales, las agencias de espionaje, etc. son saboteadores que conspiran para socavar a la Casa Blanca. Esto es para despejar el camino a sus ataques a inmigrantes, a la atención médica para las masas y al medio ambiente, así como facilitar sus descarados regalos a los bancos, las empresas y al 1% más rico.
El gobierno de Trump y el caucus republicano congresional están planeando entregar cientos de miles de millones de dólares en recortes de impuestos a los ricos a medida que planean la revocación de la Ley de Cuidado de Salud a Precio Asequible (ACA por sus siglas en inglės) aprobada por Obama. Al mismo tiempo, Washington está jugando con fuego en Asia, con maniobras de guerra peligrosas y con la instalación de un sistema agresivo de antimisiles desestabilizadores en Corea del Sur.
Bajo el pretexto de derogar y reemplazar al ACA, la administración Trump está apoyando un plan republicano del Congreso para recortar de $300 a $600 mil millones en impuestos para los ricos, bajo la deliberadamente mal llamada Ley de Cuidado de Salud Americana. Estos cientos de miles de millones de dólares dados a los ricos serán pagados por recortes en la cobertura médica para los pobres, los ancianos y las mujeres en general, incluyendo aquellos con enfermedades mentales y adicciones. Los estimados de la cantidad de personas que van a perder su cobertura oscilan entre 5 y 15 millones.
Los republicanos han lanzado su plan antes de que la Oficina de Presupuesto del Congreso pueda evaluar su impacto. Trump y el presidente de la Cámara Paul Ryan temen una evaluación negativa y por eso ya han tratado de desacreditar a la OPC, denunciándola por “inexactitudes” y “exageraciones”.
Mientras millones de personas pierden atención médica bajo el plan republicano…
El Instituto Brookings, un centro de investigación capitalista, ha tratado de advertir al público de antemano. Emitió un informe estimando que 15 millones de personas o más perderán su atención médica durante los próximos 10 años. Brookings utilizó métodos y estimados anteriores de la OPC para su análisis.
[Luego de la publicación de este artículo, la OPC emitió su informe donde supera con creces los estimados de Brookings. La bipartidista OPC estima que 14 millones perderán su atención médica para 2018, dentro de un año. Y para el año 2026, 24 millones de personas la habrán perdido. La OPC también estima que Medicaid perderá $880 mil millones en 10 años bajo el plan Trump-Ryan-Price.]
… los ricos obtienen cientos de miles de millones en exenciones fiscales
Según el Centro de Prioridades de Presupuesto y Políticas: “El proyecto de ley de la Cámara Republicana para derogar y reemplazar el ACA, eliminaría los impuestos ACA a las personas ricas y las compañías farmacéuticas y de seguros, a través de cuentas de ahorro para la salud. Estos cambios (más otras disposiciones más pequeñas del plan) costarían $594 mil millones de dólares entre 2017 y 2026, estima el Comité Conjunto sobre Tributación (JCT). Además, el plan trataría de compensar el costo de estas exenciones impositivas poniendo sobre fin a la expansión de Medicaid de ACA, reestructurando radicalmente todo el programa de Medicaid convirtiéndolo en un tope per cápita y reduciendo dramáticamente los subsidios que las familias con ingresos bajos o moderados usan para comprar atención médica asequible, así como otros cambios en la cobertura que socavarían la salud y la seguridad financiera de millones de hogares”.
Además, el CPPP afirma que los 400 contribuyentes de mayor ingreso obtendrían recortes de impuestos por un promedio de $7 millones cada uno, sumando $7.800 millones al año. Los millonarios obtendrían recortes anuales de impuestos de más de $50,000 en promedio para 2025.
Cuidado de salud de la mujer está en el bloque de carnicero
La atención de salud para las mujeres, especialmente las pobres, está en peligro por las disposiciones de recortar los fondos de Planned Parenthood. Una de cada 5 mujeres estadounidenses ha visitado una clínica de PP para servicios de anticonceptivos, exámenes de detección de cáncer, pruebas y tratamiento para enfermedades de transmisión sexual o terminación de embarazo. Y el 78 por ciento de ellas tienen ingresos inferiores al 150 por ciento del nivel de pobreza.
Vox reportó: “Los más de $500 millones que PP recibe anualmente del gobierno federal–los fondos que los republicanos en el Congreso ahora quieren quitar—pagan por servicios de salud como el control de la natalidad o el examen del cáncer cervical a personas que no podrían costearlo.
“La mayoría de los fondos (75 por ciento) son en realidad reembolsos de Medicaid, el programa de seguro de salud pública de EUA para los pobres.
“[El proyecto de ley] amenaza con desmantelar todo el mercado de seguros privados para la cobertura del aborto, no sólo el financiamiento público para proveedores de aborto: Si una mujer quiere un plan de seguro médico que abarque el aborto, ella (y posiblemente su empleador) no podrá usar créditos tributarios para comprarlo bajo este proyecto de ley”. (7 de marzo)
ThinkProgress señaló que el 60 por ciento de la financiación de PP proviene de fondos de Medicaid y Título IX para la atención preventiva y primaria. “Casi 400.000 mujeres perderían el acceso a la atención preventiva y hasta 650.000 habrían reducido la atención preventiva dentro de un año” sin los servicios de PP, estima la Oficina de Responsabilidad del Gobierno. “La investigación ha demostrado que cuando las mujeres de bajos ingresos tienen acceso a la anticoncepción gratuita, hay tasas significativamente más bajas de abortos y embarazos no deseados en adolescentes”. (7 de marzo)
Pentágono jugando con fuego en Asia
Al mismo tiempo que Trump está tratando de destruir el cuidado de la salud, Washington está jugando con fuego en la península coreana mediante dos meses de maniobras militares dirigidas a la República Popular Democrática de Corea y la República Popular de China.
Los “juegos de guerra” más grandes de la historia incluyen 17.000 tropas estadounidenses y 300.000 tropas surcoreanas, así como equipos estadounidenses avanzados de combate. Washington ha dicho que los ejercicios son estrictamente defensivos. Pero los planes están claramente orientados a “practicar el cambio de régimen”.
Las fuerzas EUA-ROK (Corea del Sur) también llevarán por primera vez el OPLAN 5015, un plan de guerra clasificado firmado el año pasado que incluye ataques quirúrgicos contra las instalaciones de mando y control nucleares y de misiles de Corea del Norte. También pide específicamente que las Fuerzas Especiales realicen ataques de “decapitación” para neutralizar a los altos dirigentes de Corea del Norte, según informes de prensa. (El Diplomático, 8 de marzo) “Neutralizar” significa matar.
Washington y el Pentágono justifican sus juegos de guerra mencionando el lanzamiento de misiles por parte de la RPDC al mar de Japón. Pero los misiles fueron lanzados en respuesta a las maniobras de guerra. La RPDC está rodeada de estados hostiles, entre ellos el imperialista Japón, la marioneta estadounidense de Corea del Sur y el propio ejército estadounidense, que cuenta con 28.000 soldados en Corea del Sur y 54.000 soldados en Japón, 12 bases estadounidenses en Hawái y 5.000 tropas y numerosos aviones en Guam, entre otros lugares de la región.
Sistema antimisiles dirigidos a la RPDC…
Para sumar a las provocaciones de las maniobras de guerra de EUA y Corea del Sur, Washington anunció que había comenzado el despliegue del sistema de defensa terminal de área de alta altitud (THAAD) en la base aérea de Osari en Corea del Sur.
THAAD es una adición relativamente nueva al arsenal de defensa de misiles del ejército EUA. Producido por Lockheed Martin (y con un precio de más de mil millones de dólares por sistema), THAAD consta de una batería de misiles interceptores lanzados por camiones y un poderoso radar de banda X que puede detectar, rastrear y dirigir amenazas de misiles entrantes.
La decisión de desplegar este sistema antimisiles fue hecha en 2013 y acordada por Corea del Sur en julio de 2016, pero fue acelerada por fines políticos. Mientras tanto, hay una enorme crisis política en Corea del Sur. Meses de masivas manifestaciones han obligado el juicio político y la expulsión de Park Geun-hye, la presidente reaccionaria condenada por cargos de corrupción.
Las masas del pueblo surcoreano se oponen claramente al despliegue de THAAD. Esta oposición incluye el probable reemplazo de Park, el popular centro-liberal Moon Jae-in. Moon favorece la reanudación de las conversaciones con la RPDC y un retorno a la “política del sol” que apunta hacia la reunificación. Así que el Pentágono aprovechó este tiempo antes de las nuevas elecciones para instalar THAAD.
… y a China
El potente radar de THAAD también es una amenaza para China porque cuando se apunta a la RPDC no se detiene allí. Puede ver profundamente a China. El gobierno de la República Popular China ha dicho que si EUA desplegaba THAAD, sería una prueba de fuego sobre las relaciones.
Ahora que se ha desplegado, el ministro chino de exteriores Wang Yi, lo ha denunciado como una provocación que trastornará el “equilibrio estratégico” en la región. Wang, al expresar su preocupación por los ensayos nucleares por parte de la RPDC, dio a los imperialistas estadounidenses un claro mensaje de que la República Popular China se mantendrá al lado de la RPDC en cualquier conflicto “insistiendo en que China y Corea del Norte se mantuvieran tan cerca como diente y labio” — una expresión famosa usada por Mao Zedong. (Guardian, 6 de marzo)
Esta frase fue utilizada por Mao durante la Guerra de Corea, cuando 3 millones de voluntarios chinos ayudaron a repeler a los invasores imperialistas estadounidenses. Así que el mensaje es inequívoco.
Se amplía papel de los generales, declina el Departamento de Estado
El despliegue repentino del sistema de misiles THAAD en medio de una situación militarmente cargada cerca de China y la RPDC debe verse junto a otros acontecimientos menos dramáticos pero significativos.
Hubo el despliegue de más de 400 Marines a Siria para fortalecer las fuerzas que trataban de capturar la capital del grupo EI, Raqqa. Estas fuerzas convencionales se añaden a los cientos de Fuerzas Especiales que ya están allí. Los Marines están equipados con helicópteros Apache y obuses M777 capaces de disparar proyectiles de 155mm, entre otras armas. Su despliegue representa una clara escalada de la guerra de EUA en Siria.
El Pentágono también ha escalado la guerra en Yemen. Anteriormente la guerra la llevaba a cabo Arabia Saudí, con apoyo logístico y material del Pentágono. Recientemente, los comandantes estadounidenses en el campo han recibido nueva autorización para realizar incursiones en aldeas y ataques con drones, sin la aprobación previa de la Casa Blanca.
El comandante estadounidense en Afganistán, general John W. Nicholson Jr., declaró recientemente al Congreso que podría usar “unos cuantos miles de tropas más ” para romper el “estancamiento” en el país. (New York Times, 9 de febrero)
Estos desarrollos representan un gran paso adelante en la autoridad política del alto mando militar bajo la administración Trump.
Por el contrario, Rex Tillerson, el jefe del Departamento de Estado, ha sido mantenido fuera de las reuniones con los jefes de Estado por Trump, Bannon y Kushner (yerno de Trump). Tillerson no ha tenido ninguna aparición conjunta con Trump. Sus solicitudes de ayudantes han sido rechazadas. Ninguna prensa será permitida en su avión en un próximo viaje a Japón, Corea del Sur y China. Y el presupuesto del Departamento de Estado se reducirá en un 37 por ciento, mientras que el Pentágono recibirá un aumento de 54 mil millones de dólares.
Hace unos días el canciller mexicano Luis Videgaray estaba en Washington. Tracy Wilkinson, del Los Angeles Times, preguntó al portavoz del estado, Mark Toner, cuáles eran los planes para su visita. Toner, un reconocido oficial de servicio internacional, aparentemente no tenía ni idea de que un dignatario clave estaba incluso en la ciudad”. (Vox, 10 de marzo) El canciller se reunió con Kushner.
Sin duda, aunque el Departamento de Estado ejerce el llamado “poder blando” del imperialismo estadounidense, es un vicioso enemigo de los pueblos del mundo. Ingenia cambios de régimen, se involucra en todo tipo de subversión contra los gobiernos progresistas y utiliza organizaciones no gubernamentales para promover las “revoluciones del color”.
Sin embargo, el cambio hacia el poder militar abierto en el gobierno bajo Trump es un movimiento amenazador que ampliará la guerra y la intervención imperialistas.
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