‘Resistencia a Trump’ se vuelve global
Millones se unen a las marchas de mujeres
Considere estos asombrosos números: 750.000 en Los Ángeles; 500.000 en Washington, D.C.; 500.000 en la ciudad de Nueva York; 250.000 en Chicago; 150.000 en San Francisco; 150.000 en Boston; 150.000 en Denver; 100.000 en Oakland; 100.000 en Londres. Estos números representan algunas de las manifestaciones más grandes que tuvieron lugar el 21 de enero (J21), estimuladas por la inauguración del racista, misógino y xenófobo Donald Trump como el 45º presidente de EUA.
Se estima que más de 4 millones de personas, la gran mayoría mujeres, participaron en éstas marchas en más de 500 ciudades de EUA. También protestaron en más de 100 ciudades fuera de EUA – en todos los continentes, incluyendo la Antártida. Estas cifras estimadas fueron compiladas por Jeremy Pressman (@djpressman) en la Universidad de Connecticut y Erica Chenoweth (@ericachenoweth) en la Universidad de Denver, basados en numerosos informes de medios de comunicación, incluyendo Facebook y Twitter.
Desde las masivas protestas mundiales del 15 y 16 de febrero de 2003, justo antes de la guerra contra Irak, tantas personas no habían salido a la calle el mismo día en solidaridad y resistencia, esta vez con los derechos de las mujeres como foco principal. Por la enorme magnitud numérica de estas demostraciones, las marchas del J21 no podían ser ignoradas por los medios de comunicación convencionales o la administración entrante de Trump.
Lo que empezó como un modesto llamado en Facebook a una marcha el 21 de enero contra Trump por una mujer basada en Hawái la noche de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, explotó en un fenómeno trascendental. Los medios sociales se utilizaron una vez más como el catalizador para catapultar a millones de personas a las calles contra – sobre todo – la visión misógina que Trump representa.
Y estas protestas no sólo tuvieron lugar en las grandes y medianas zonas urbanas. Según NBC News, el 21 de enero, en muchas ciudades y pueblos más pequeños, por lo menos el 20 por ciento o más de la población general asistió a las marchas J21. Para poner estos números astronómicos en una perspectiva más amplia, se estima que 160.000 personas asistieron a la inauguración de Trump en Washington, un tercio del número que asistió a J21 en el D. C. (New York Times, 22 de enero)
Quién asistió a J21 y por qué
Mientras que en las marchas más grandes en EUA, las fuerzas del Partido Demócrata, las celebridades de Hollywood, líderes de sindicatos, elementos socialdemócratas y moderados dominaban la tarima, la mayoría de las personas en las calles estaban a la izquierda o estaban abiertas a políticas más radicales. Muchas mujeres recibían positivamente las ideas anticapitalistas y pro-socialistas.
Las mujeres que asistieron eran en su mayoría jóvenes, incluyendo niñas, pero también había mujeres mayores, personas con discapacidades, lesbianas, bisexuales, transexuales y no conformistas. Aunque la composición social era abrumadoramente blanca, había muchas mujeres negras, latinas, asiáticas, musulmanas e indígenas.
Los creativos carteles y banderas exigían justicia reproductiva, especialmente en vista de que la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio fue desmantelada por Trump; En defensa de Black Lives Matter, los derechos de las/os inmigrantes y Planned Parenthood; Por $15 la hora y un sindicato; Por la vivienda, la educación, el cuidado de los niños y el agua potable; El fin de la guerra y la ocupación; Y muchos llamando a “Dump Trump” (Fuera Trump). Había carteles que decían “Hacer que América piense de nuevo”, un juego de palabras contra el tema de Trump “Hacer América grande de nuevo”, y una que decía “Lo siento mundo – pero arreglaremos esto”.
Estas marchas ayudaron a empoderar a las mujeres que están justificadamente enojadas y disgustadas por el “pussy grabbing” (declaraciones obscenas y denigrantes hacia la mujer) de Trump, junto con su odio hacia las/os inmigrantes. Para esta escritora, que asistió a la marcha de Nueva York, quedó claro que las mujeres estaban de acuerdo en que cada tema social y económico es un asunto de la mujer y con la necesidad de solidaridad, especialmente con las mujeres más oprimidas y marginadas.
¿Por qué J21 es tan importante?
Queda cada vez más claro que un día de masivas marchas globales no revertirá los ataques globales contra los derechos de las mujeres, arraigados en la austeridad capitalista mundial. En su primer día en el cargo, Trump está avanzando con planes para menoscabar los programas contra la violencia femenina del Departamento de Justicia de EUA.
Si el Congreso lleva a cabo los deseos de Trump, los programas financiados por el gobierno federal, tales como los centros de crisis de violación locales e incluso la Línea Directa Nacional de Violencia Doméstica serán cerrados. Ya ha habido un aumento en las agresiones sexuales, incluyendo violación, contra las mujeres de todas las edades – en los campus universitarios, en las escuelas secundarias, en el ejército y en el hogar.
Grupos de mujeres están pidiendo a la gente que llame a sus representantes demócratas del Congreso para votar en contra de estos recortes. Pero esto no es suficiente.
El Partido Demócrata ha demostrado ser impotente cuando se trata de luchar contra la extrema derecha del Partido Republicano. Esto se debe a que los partidos Demócrata y Republicano representan los intereses de los grandes negocios, no los de la clase obrera multinacional y especialmente de las mujeres.
El Partido Demócrata está más interesado en recuperar los asientos perdidos en el Congreso durante las elecciones de mitad de mandato de 2018 y las riendas de la Casa Blanca en 2020. Esperan atraer a sus filas a las millones de mujeres que salieron en J21 para que voten por el PD.
La clase dominante multimillonaria tenía sus esperanzas y sueños en que Hillary Clinton se convirtiera en la siguiente presidente por ser una imperialista inveterada, educada en el uso de la diplomacia para llevar a cabo recortes en el país y guerra en el exterior.
Ahora, EUA corporativo tiene que depender del poco diplomático Trump para llevar a cabo la siguiente ronda de austeridad en EUA que la mayoría del mundo ha estado experimentando desde la crisis bancaria de 2007-08. Esto ha llevado a una crisis irreversible de declive para el capitalismo mundial.
Mientras que la austeridad para la clase trabajadora está en un rumbo de colisión con las promesas de campaña de Trump, que prometía aumentar los empleos en EUA, su nominado para secretario de trabajo refleja las verdaderas intenciones – es descaradamente anti-obrero y pro-austeridad.
No puede ignorarse que las más de 670 marchas J21 en EUA y en todo el mundo demuestran que las mujeres, sin importar dónde vivan, están sufriendo el peso de los ataques políticos y económicos de las fuerzas de la reacción.
La elección de Trump ahora está alimentando las llamas de la lucha. El desafío para las/os revolucionarios en todas partes es unirse para ayudar a guiar a aquellas/os que quieren convertir la lucha en un movimiento mundial para un verdadero cambio revolucionario y sistémico. J21 muestra que las mujeres liderarán el camino de la construcción de un movimiento de este tipo.