Ana Belén Montes es una mujer puertorriqueña sobre quien pesa una sentencia de 25 años por pasar información a agencias de inteligencia cubanas. De esos, ya ha cumplido 15 en la Unidad Psiquiátrica del Centro de Detención Carswell en Fort Worth, Tejas. Los cargos imputados fueron de conspiración para cometer espionaje, una pena que se paga generalmente con la muerte.
El equipo encargado de su defensa pudo lograr una “pena menor”, lo que realmente ha sido una muerte en vida debido a las extremas condiciones de aislamiento. No puede recibir visitas, ni correos, ni llamadas, ni usar computadora. Solo hay un reducido número de personas a las cuales puede tener acceso, entre ellas, a su madre.
En estos momentos, existe una situación sumamente urgente. Fue diagnosticada con cáncer de mama y hace pocos días se le realizó una mastectomía, luego de la cual recibirá tratamiento de quimioterapia. Dada las condiciones de aislamiento, lo que incluye no tener acceso a más información, no se sabe la extensión del cáncer y ni siquiera dónde se realizó la cirugía.
Trabajo meritorio
Desconocida por muchas personas, esta mujer es la imagen misma de una inmensa generosidad y sacrificio.
¿Cuál fue su delito? Aquí podríamos repetir esa famosa cita del Che, el Che internacionalista y solidario que dijo “el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor… amor a la humanidad, a la justicia.”. Fue ese profundo amor a la justicia lo que condujo a Ana Belén a prisión.
En estos días en que hay un renovado esfuerzo por parte de Cuba y de millones de personas solidarias con la Revolución Cubana por terminar de una vez el criminal bloqueo estadounidense contra Cuba, es imprescindible recordar el sacrificio que hizo esta boricua en beneficio de millones de vidas cubanas.
Nada ilustra mejor ese deseo de justicia que su declaración ante el tribunal que la condenó el 16 de octubre de 2002.
“Su señoría, yo me envolví en la actividad que me trajo ante usted porque obedecí a mi conciencia en lugar de la ley. Yo creo que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa, y me sentí moralmente obligada a ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponerle nuestros valores y nuestro sistema político. Hemos mostrado intolerancia y desprecio hacia Cuba por la mayor parte de las últimas cuatro décadas. Nunca hemos respetado el derecho de Cuba de transitar su propio camino hacia sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo por qué nosotros continuamos dictando como los cubanos deberían seleccionar sus líderes, quienes estos no pueden ser, y que leyes son apropiadas en su tierra. ¿Por qué no podemos dejar a Cuba seguir su propia vía interna, tal y como los Estados Unidos ha hecho por más de dos siglos?
Interesantemente, el final de su declaración es precisamente similar a la esencia de lo que el pasado diciembre el presidente Obama anunció en cuanto a las relaciones de EUA con Cuba: “Mi mayor deseo es el de ver relaciones amigables emerger entre los Estados Unidos y Cuba. Yo espero que mi caso de alguna manera impulsará a nuestro gobierno a abandonar su hostilidad hacia Cuba y a trabajar con La Habana en un espíritu de tolerancia, respeto mutuo, y entendimiento”.
Hay que recalcar que como resultado de su trabajo, no hubo ningún riesgo para EUA ni su “seguridad nacional”. Por el contrario, pudo evitar operaciones hostiles militares estadounidense contra Cuba que hubiera costado miles de vidas, tanto cubanas como estadounidenses. La información que pasó Ana Belén a Cuba, fue exclusivamente para que esta nación pudiera defenderse.
Esta labor que por 16 años ella realizó, fue totalmente voluntaria; ni hubo presión alguna y ni un centavo recibió – ni aceptó – por este gran sacrificio. Es un ejemplo tan noble que las autoridades estadounidenses sólo la han podido calificar de locura, encerrándola en una prisión psiquiátrica.
Es interesante que uno de los documentos que ilustra su abnegación, proceda de un libro escrito nada menos que por Scott Carmichael, quien trabajaba en la misma agencia donde Ana Belén se desempeñaba como analista superior sobre Cuba, en la Agencia de Espionaje de Defensa, DIA por las siglas en inglés. Esta es la agencia que aconseja al Presidente, al Pentágono y a la Junta de Estado Mayor e influye sobre las acciones a seguir.
Carmichael era investigador – caza topos – y estuvo a cargo de la investigación de Ana. En su libro “True Believer” (Verdadera creyente), se puede conocer el minucioso trabajo y el sacrificio de esta valiente mujer. Aunque el propósito del libro no era crear simpatía por Ana Belén, sino todo lo contrario, es imposible que no despierte admiración y respeto por su trabajo.
Solidaridad con Ana
La solidaridad con Ana Belén Montes ha ido creciendo en el último año, siendo los círculos más fuertes en Cuba y en Puerto Rico. El apoyo se ha ido extendiendo internacionalmente, particularmente en Brasil, donde grupos de solidaridad con Cuba han recogido la bandera de Ana Belén. Voces en pro de la excarcelación de Ana se han expresado escribiéndole a Obama como la Premio Nobel irlandesa Mairead Maguire y el trovador cubano Vicente Feliú.
En el mismo Estados Unidos, en Francia, Argentina, Chile, Galicia y la República Dominicana, han surgido voces de apoyo a su liberación. El estadounidense David Rovics le dedicó una canción youtube.com/watch?v=T8A-ldHiDyk.
En Cuba, personalidades conocidas como Silvio Rodríguez han exigido su liberación. Hay además varios grupos, entre ellos el de CubaXAnaBelenMontes que el pasado mes de septiembre conmemoró con un concierto los 15 años que ha estado en prisión.
El pasado viernes 21 de octubre, René González, uno de los Cinco Héroes cubanos, escribió una carta abierta pidiendo que se le escriba a Ana. Escribe René: “Ana Belén Montes, la valiente mujer puertorriqueña encarcelada por proteger a Cuba de las políticas de agresión de los Estados Unidos, ha sido operada a causa de cáncer de mama…. Aunque ella no puede recibir correo, el mensaje de miles de cartas llegando a la puerta de su prisión sería uno potente. Por favor, únete a este esfuerzo y escribe una carta o una postal a Ana”.
Ese mensaje hace eco del pedido que la prima de Ana, Miriam Montes Mock hizo a través de la Mesa de Trabajo por Ana Belén Montes en Puerto Rico.
“Le pido a todos mis amigos que envíen sus mensajes al presidente Obama info@mail.whitehouse.gov, a la Autoridad de Prisiones de EUA, a la Prisión de Carswell (crw/execassistant@bop.gov), mostrando la preocupación por la salud de Ana y demanden su excarcelación, pidan por su liberación humanitaria. Les pido que pongan copia de sus mensajes a la Red Cinco Héroes (cincoheroes@listas.cujae.edu.cu) a fin de circular esos mensajes por la Red y tratar también de hacerlos llegar a Ana de alguna manera, para que ella pueda conocer que no está sola y que cientos, miles de personas en Cuba y en el mundo la acompañan en esta lucha por la vida y por su libertad”.
Para escribir a Ana:
ANA BELEN MONTES
NO. 25037-016
CARSWELL DETENTION CENTER
3000, I St, Fort Worth, TX 76127
También pueden enviar correos a abm-@googlegroups.com y anabelenmontes2015@gmail.com.
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