El referéndum Brexit en Bretaña es el resultado de una campaña reaccionaria y racista por el ala derecha de la clase dominante británica, que impulsó la victoria de Salida y sacó a Bretaña de los 28 miembros de la Unión Europea.
La clase obrera y la clase media de Bretaña enfrentaron un referéndum solicitado por el primer ministro conservador David Cameron, en el que se les dio una opción onerosa: permanecer en un bloque económico imperialista que ha impuesto políticas de austeridad y anti-obreras a cientos de millones, o elegir la opción de Salida dirigida por una campaña racista y demagógica para salir de la UE basada en una retórica anti-inmigrante.
El iniciador de la posición política de Salida, fue Nigel Farage, jefe del Partido Independentista del Reino Unido, (PIRU) un partido racista. Las fuerzas pro Salida tornaron la campaña en un referéndum sobre la inmigración.
El PIRU se ha convertido en el tercer partido más grande en Bretaña, consiguiendo 4 millones de votos en las últimas elecciones. Lo ha logrado agitando el temor contra las/os inmigrantes, especialmente desde la crisis de las/os refugiados sirios y otros que huyen de la guerra en el Medio Oriente.
El líder del PIRU, Farage, declaró públicamente en marzo del 2015 que “Hay un problema especial con algunas de las personas que han venido aquí y que son de la religión musulmana y no quieren ser parte de nosotros. La gente ve una quinta columna que vive dentro de nuestro país, que nos odian y quieren matarnos”. (The Guardian, 12 de marzo de 2015)
Farage y el PIRU también ponen en la mira a las/os trabajadores de Europa del Este, como las/os polacos y rumanos, quienes son explotadas/os como mano de obra barata en Bretaña. Él advirtió sobre una “ola de delincuencia rumana” en el 2014. Él propone institucionalizar la discriminación en el trabajo legalizando “empleos británicos para trabajadores británicos”.
Rampantes ataques antiinmigrante
La campaña pro Salida estaba llena de consignas y grafitis denunciando a polacos y musulmanes y llamando a “hacer Bretaña grande”. Se difundió falsamente la noción de que Turquía se convertiría en un miembro de la UE y entonces Bretaña sería inundado por musulmanes.
Uno de los seguidores de este campo asesinó a Jo Cox, una miembro del Partido Laborista en el Parlamento conocida por apoyar los derechos de inmigrantes. Ella fue asesinada el mismo día en que iba a dar un discurso ante el Parlamento a favor de la inmigración.
Boris Johnson, del Partido Conservador y ex alcalde de Londres, es el jefe de la campaña Salida. Al tiempo del asesinato de Cox, la campaña puso carteles con una imagen de miles de refugiados sirios y el subtítulo “El punto de ruptura.” La foto fue tomada realmente en la frontera con Eslovenia. El cartel fue denunciado como falso por toda Bretaña por las fuerzas pro Permanecer y tuvieron que ser removidos.
El voto para Permanecer entre los habitantes de raza blanca fue del 46 por ciento. Entre las/os oprimidos la votación fue la siguiente: 67 por ciento asiáticos, 70 por ciento musulmanes, 70 por ciento chinos, hindúes el 70 por ciento y 73 por ciento de los negros. Esto dice mucho sobre el carácter racista de los votos de Salida. (Independent, 25 de junio)
La mayor organización musulmana, la Asociación Musulmana de Bretaña, votó a favor de Permanecer porque, entre otras cosas, una votación pro Salida sería “aumentar los niveles de crímenes de odio contra los musulmanes británicos.” (Sunday Express, 26 de junio)
Sayeeda Warsi, ex ministro del gobernante Partido Conservador, renunció y cambió al campo Permanecer a causa de que “difunde mentiras, odio y xenofobia” Y añadió: “No quiero que la campaña Salida dirija este país.” (Express Tribune, 27 de junio)
Primordial mostrar solidaridad
Las fuerzas pro Permanecer en el Partido Conservador, dirigido por Cameron, basaron sus argumentos exclusivamente en la amenaza a la economía. Por supuesto, esto era importante para las/os trabajadores porque la retirada es una amenaza para la economía y los empleos. Pero Cameron y sus fuerzas nunca mencionaron el peligro de la islamofobia, los ataques contra polacos y rumanos, ni tampoco admitió que el racismo era un tema fundamental en la campaña.
Jeremy Corbyn, cabeza del Partido Laborista, sí se pronunció en contra del odio y la islamofobia y visitó una mezquita para mostrar su solidaridad con la comunidad musulmana. Esto a pesar del hecho de que Corbyn tiene un historial de oposición progresista a la UE.
De las anécdotas y estadísticas anteriores parecería claro que era mejor votar en pro de Permanecer mientras se daba una explicación antiimperialista, anti-UE que mostrara solidaridad con las personas oprimidas, a permanecer en silencio y abstenerse, dejando su posición desconocida. Además, cualquiera que sean los argumentos antiimperialistas, está claro que el movimiento Salida es un movimiento de derecha con una agenda flagrantemente racista.
Mostrar solidaridad con las/os oprimidos es particularmente urgente a luz de la crisis de los refugiados y la crisis generalizada de las/os trabajadores inmigrantes – desde el Medio Oriente, hasta la frontera sur de EUA. La oposición de la clase trabajadora a la Salida sería una buena respuesta a Donald Trump, quien quiere construir un muro para mantener a las/os mexicanos fuera y detener la llegada de musulmanes a EUA. Trump voló a su campo de golf en Escocia y anunció que él pensaba que el voto de Salida era bueno – a pesar de que Escocia votó por Permanecer.
La derecha se aprovecha de la crisis económica
Lo que ocurrió en Bretaña está sucediendo en todo el mundo imperialista. La larga crisis económica – la incapacidad del capitalismo para recuperarse del golpe que recibió en 2008-09 – está socavando empleos, salarios y las condiciones de trabajo en todas partes. La austeridad es una política universal, en Wall Street y en Frankfurt, París, Londres, Roma y Rotterdam.
Seguro que el voto Salida dio un golpe a la UE. Pero ese golpe no es en beneficio de la clase obrera, incluso si trae el caos al comercio y al capital financiero imperialista. El voto británico por abandonar la UE ahora está siendo aclamado por el Frente Nacional en Francia, por la Alternativa para Alemania, por el derechista Partido Democrático de Suecia, por la derecha en los Países Bajos, Austria y Hungría y por Donald Trump.
Todas estas fuerzas ultra-derechistas, racistas y casi fascistas ven al voto Salida como una apertura y les facilitará ser más agresivas. No será en beneficio de las/os trabajadores y oprimidos, si la UE se desintegra en bloques de gobiernos capitalistas de derecha.
También vale la pena señalar que siempre ha habido un ala derecha de la clase dominante británica que nunca se recuperó de la pérdida del imperio y nunca se ha reconciliado con acomodar a las potencias continentales, especialmente Alemania y Francia, en cualquier forma de asociación. Siempre ha habido una llamada ala “euroescéptica” de la clase dominante británica.
No quieren que los imperialistas del continente, quienes han tenido que hacer ciertas concesiones a la clase obrera en los últimos años, les diga que tienen que dar cuatro semanas de vacaciones o licencia remunerada por maternidad, o que cumplan con la normativa ambiental establecida en Berlín y París.
Estas son las fuerzas que han triunfado en el referéndum Brexit. Son fanáticos que con su chovinismo rabioso han perjudicado su propia posición respecto a la exportación al mercado capitalista más grande en el mundo, con 500 millones de clientes potenciales. Han puesto en peligro su posición como centro financiero de Europa. Han coqueteado con una crisis económica que tendrá consecuencias nefastas para sus ganancias y para las/os trabajadores.
La UE tenía $741 mil millones en inversiones en Bretaña para 2014. Todas estas inversiones están ahora fuera de la UE, dañando los intereses financieros estadounidenses y británicos. Los EUA tienen 2.750 empresas en Bretaña, con unos 1,2 millones de trabajadoras/es y $558 miles de millones invertidos allí. Estos incluyen los mayores bancos – Morgan Stanley, Citibank, JPMorgan Chase , Goldman Sachs, entre otros – que quizás ahora tengan que solicitar licencias, etc. a la UE (Grupo Comunista Revolucionario, 26 de mayo) Por supuesto, todos los arreglos financieros y comerciales están sujetos a negociaciones, pero el efecto inmediato es un duro golpe.
Solidaridad internacional y conciencia de clase
La forma de dar un golpe desde la izquierda en la UE es abrir una campaña de la clase obrera contra el capital europeo – para combatir el dominio de los bancos y las corporaciones multinacionales a través de fronteras internacionales. Las/os trabajadores franceses están involucrados en una feroz batalla contra el régimen de Hollande. Sería muy oportuno para el movimiento obrero y el movimiento radical en toda Europa que abriera sus propias luchas de solidaridad – y no sólo luchas simbólicas.
Esto es fácil de decir pero difícil de hacer en un corto plazo. Pero si el movimiento de las/os trabajadores en Europa pudiera comenzar y dar un giro para en vez de ser reactivo y defensivo, pensara en términos de lucha – no sólo contra la UE, sino contra el sistema capitalista – en una base continental, sería un gran paso adelante.
Una lucha contra la UE podría ser una lucha contra la austeridad que se impone a Grecia. Tal lucha hubiera sido oportuna cuando el gobierno de Syriza llegó al poder en 2015 y se convirtió en el primer gobierno de Europa en oponerse abiertamente a la austeridad. Era, por supuesto, un régimen social demócrata que no podía conducir una lucha por sí solo contra el capital financiero alemán y todos sus séquitos, y finalmente capituló.
Una clase para sí misma
Karl Marx dijo que la clase obrera debe convertirse en una clase “para sí misma”. Eso significa que debe estar consciente de su posición de clase en la sociedad y la posición de todas las demás clases, sobre todo la clase dominante. Sobre todo, la clase obrera debe estar consciente de las opresiones especiales. Tiene que ver cómo el intento de dividir sobre la base de su condición migratoria, así como la raza, el color, el género y la orientación sexual es un instrumento letal utilizado en contra de la solidaridad y con la intención de ocultar los verdaderos enemigos: los ricos, los explotadores, las clases poseedoras.
Marx también dijo que la clase obrera no tiene patria. (Esto no se aplica a las nacionalidades oprimidas.) Lo que es común a todas/os los trabajadores es que son explotados por los patronos, y que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo diariamente. Este es el caso de las/os trabajadores británicos, los trabajadores griegos, los trabajadores irlandeses, los trabajadores estadounidenses, los trabajadores sudafricanos o los trabajadores venezolanos. Nuestra clase debe resistir la búsqueda de ventajas de unas/os sobre otras/os sobre una base nacional.
Las/os trabajadores británicos sólo pueden unirse como clase cuando se unen con los trabajadores musulmanes, los trabajadores polacos, los trabajadores rumanos, los trabajadores indios, los trabajadores pakistaníes, los trabajadores africanos, los trabajadores filipinos, los trabajadores irlandeses y así sucesivamente.
Cuando llegue ese día, los días que le queda a la clase capitalista estarán nombrados.
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