El brutal asesinato de nueve afroamericanas/os en la histórica Iglesia Metodista Episcopal Africana Emanuel en Charleston-Carolina del Sur en junio del año pasado por un racista que blandió símbolos confederados, provocó un movimiento nacional para retirar las banderas y estatuas confederadas y quitar los nombres de los propietarios de esclavos de lugares y edificios.
Uno de estos ricos propietarios de esclavas/os fue John C. Calhoun, un graduado de Yale en 1804, a quien la Universidad de Yale honra al haberle dado su nombre al Colegio Calhoun. Como consecuencia de la balacera en Charleston, estudiantes de Yale comenzaron una petición para eliminar el nombre de Calhoun y consiguieron más de 1.500 firmas. La petición dice: “Al igual que el despliegue oficial de la bandera de la Confederación en Carolina del Sur, el Colegio Calhoun representa una indiferencia a siglos de dolor y sufrimiento de la población negra”.
Para quien no sabe cuán podrido era Calhoun, a principios de 1800, fue la voz nacional más viciosa promoviendo la esclavocracia, incluso llamando a la esclavitud un “bien positivo”. Y él era poderoso además de rico; fue representante y senador de Carolina del Sur, secretario de estado y vicepresidente bajo John Quincy Adams y también Andrew Jackson. Una de sus principales “contribuciones” fue ser el autor de la doctrina que permitía a los estados esclavistas hacer caso omiso de cualquier ley federal que inhibiera la esclavitud.
En cara del Underground Railroad (Corredor Oculto de esclavas/os), dirigido por héroes como Harriet Tubman, Calhoun creó la Ley de Esclavos Fugitivos de 1850. Esta ley permitía a los dueños de esclavos localizar y volver a esclavizar a quienes se habían escapado al Norte.
Desafiando a sus estudiantes, el presidente de Yale Peter Salovey, anunció el 27 de abril que la escuela se negaba a remover el nombre del supremacista blanco del colegio residencial.
En un momento en que incluso la Legislatura de Carolina del Sur está de acuerdo en retirar la bandera de la Confederación de la Cámara Legislativa, ¿por qué una universidad de Nueva Inglaterra de la ‘Ivy League’ [N de T: colegios considerados los mejores del país] se niega a borrar el nombre de este monstruo racista? La única razón lógica es que conceder esta parte del pasado de Yale abre la puerta a un nuevo examen de la totalidad del enredo histórico de la Universidad de Yale y su enriquecimiento con la esclavitud.
La Universidad de Yale lleva el nombre de Elihu Yale, un funcionario de la Compañía de las Indias Orientales a finales de 1600, que hizo una fortuna con el comercio de esclavos del Océano Índico. El decano Holloway de la universidad de Yale, señaló el año pasado que “En su fundación y durante sus primeros 150 años o más, sí, Yale, como tantas otras instituciones de la época, fueron cómplices en el saqueo debido a que sus finanzas estaban entrelazadas con la economía global de esclavos”. (yaledailynews.com 30 de marzo de 2015)
El trabajo no remunerado de millones de esclavas/os africanos durante siglos fue central para la acumulación de capital de muchos actuales bancos, compañías de seguros, empresas e instituciones elitistas como la Universidad de Yale. Esta acumulación, con valor actual de billones de dólares, se intensificó sobre todo después de la invención de la desmotadora de algodón por otro graduado de Yale, Eli Whitney. Continuó a través del período de la aparcería, el motor económico de Jim Crow, forzado por el brutal régimen de terror del Klan.
Este legado racista continúa de mil maneras hoy, con las políticas de los gobiernos y las empresas por igual sobre vivienda, educación, prisiones, e incluso de aguas limpias, diseñadas para saquear la riqueza producida por la comunidad afroamericana.
Durante años ha habido un creciente movimiento de reparaciones exigiendo un retorno de esta riqueza a las comunidades afroamericanas donde estaban y de donde se extrajeron con tanta crueldad. La administración de la Universidad de Yale y todos sus patrocinadores de Wall Street quieren evitar cualquier cosa que podría abrir la puerta a la justa reparación de la riqueza.
Workers World – Mundo Obrero apoya la justa demanda de las/os estudiantes de Yale para cambiar el nombre de su colegio. Pero eso es sólo el comienzo. La campaña electoral 2016 del Partido WW-Mundo Obrero incluye la demanda de ¡reparaciones ahora! Esa deuda debe ser pagada por las instituciones ricas como la Universidad de Yale y todos sus aliados de Wall Street.
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