El pasado jueves 17 de marzo, miles de personas salieron a las calles en Bogotá y en más de 100 municipios alrededor del país. Fue la movilización más grande en los últimos 15 años en Colombia.
Respondió a un llamado de la Coordinación de Organizaciones Sociales que está compuesta por más de 40 organizaciones, incluyendo a la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia y la Confederación General de Trabajadores. La amplitud de los sectores representados es un paso gigantesco en la consecución de su objetivo final: paz real con justicia social.
Toda la izquierda, las diferentes federaciones y organizaciones sindicales, jóvenes y estudiantes, el campesinado, el pueblo afrocolombiano, indígenas, mujeres, la comunidad lgbt, todo representante del pueblo inconforme con las políticas neoliberales del gobierno de Juan Manuel Santos salió a manifestarse públicamente.
Fue realmente una demostración de poder popular unitario que reacciona ante las acciones del gobierno que atentan contra el bienestar de las masas.
Cuando en la Habana-Cuba se sientan las bases para un acuerdo de paz muy cercano entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, el gobierno santista por otro lado, ha estado destejiendo en Colombia las fibras donde se asentarían estos acuerdos. Y el pueblo ha respondido exigiendo incluso aspectos que se habían traído a la mesa de conversaciones pero que el gobierno rechazó, tales como el llamado a una nueva asamblea constituyente para así refundar el país en bases más justas.
Los siguientes fragmentos de la carta al presidente Santos sobre la convocatoria al Paro Nacional del 17 de Marzo, ilustran la crítica situación del país:
“Luego del fracaso en las negociaciones del Salario Mínimo Legal, la absurda y arbitraria venta de ISAGEN, [empresa estatal de generación eléctrica] … el anuncio de la Reforma Tributaria lesiva para los sectores populares, … el incumplimiento para con los pensionados y los trabajadores sobre un acuerdo suscrito con usted para reducir los aportes en salud del 12 al 4 por ciento …, constatados los incumplimientos a los acuerdos suscritos con Dignidad Agropecuaria, Cumbre Agraria, así como con la cruzada camionera, taxistas y otros sectores; sumando a lo anterior, la nociva agenda legislativa, el alto grado de empobrecimiento de nuestros campesinos y la mayoría de la población, el alto costo de la canasta familiar y el transporte público, el desempleo, la informalidad, la impagable deuda externa, todo ello producto de un modelo económico neoliberal regresivo, hemos decidido convocar, organizar y llevar a cabo una JORNADA NACIONAL DE PROTESTA bajo la figura de un PARO NACIONAL”.
A continuación se incluían las 15 exigencias claves. Entre las cuales están: el desarrollo de un programa estructural con medidas de emergencia para el pueblo guajiro; cumplimiento de los acuerdos firmados entre el gobierno y las diferentes organizaciones; subida del salario; rechazo a la privatización de empresas públicas; revisión de los TLC; no a la privatización de salud y educación; respeto a derechos laborales; garantía de los derechos humanos y la no criminalización de la protesta, entre otros.
El Comando Nacional Unitario, el comité timón de las movilizaciones, ha resaltado la importancia del compromiso de todos para que el gobierno nombre una Comisión Negociadora para que atienda estas peticiones
En Argentina, 250.000 personas marcharon el 24 de marzo en la Plaza de Mayo en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia conmemorando los 40 años del golpe cívico-militar del 1976 que instauró la dictadura sangrienta que costó la vida y el exilio de miles, y la desaparición de 30.000 argentinas/os.
La marcha no solo conmemoró la crueldad de 40 años atrás, sino que se manifestó en contra de la política neoliberal y pro-estadounidense de Macri.
La líder de las Abuelas, Estela de Carlotto, resumió la postura de la marcha en contra de Macri diciendo “A 40 años del golpe genocida, nos sentimos nuevamente convocados a defender la democracia… El cambio de gobierno está significando a diario la vulneración de derechos”. (Telesurtv.net)
Al mismo tiempo, el presidente estadounidense Barack Obama visitaba la capital bonaerense y conmemoraba con el Presidente argentino Mauricio Macri en una actividad separada donde no había la presencia de organizaciones defensoras de los derechos humanos, incluyendo a las Abuelas de la Plaza de Mayo quienes rehusaron la invitación del gobierno.
Debe mencionarse que Obama nunca se disculpó por la asociación criminal de Estados Unidos con la dictadura. El pueblo, mientras se manifestaba contra su visita, también exigió de Obama, la clarificación del papel de EUA y la publicación de información clasificada, incluyendo los nombres de desaparecidas/os.
Hay que resaltar la hipocresía de Macri, cuyo bloque legislativo en 2006 votó contra el proyecto de ley que haría oficialmente del 24 de marzo, un día dedicado a la Memoria.
Si Obama y Macri pensaron que la Argentina podría ser una cuña para dividir a los países latinoamericanos en busca de un desarrollo progresista de sus pueblos, recibieron un mensaje claro con esta manifestación unitaria y masiva mostrando que la voluntad del pueblo progresista está viva y coleando en este país.
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