Recién comienza el año 2016 y ya promete ser uno lleno de definiciones políticas para Puerto Rico. La gigantesca deuda pública de $73 miles de millones y su impago sigue siendo el problema en que se centran los medios noticiosos corporativos a nivel internacional. Sin embargo, a pesar de que por tratar de pagar esa deuda, el gobierno colonial de PR ha recortado servicios esenciales y ha hundido en la miseria a la mayoría de las familias boricuas, es otro el centro de atención y acción en Puerto Rico: el estatus político.
Por muchos años se ha hablado del estatus e incluso se han celebrado referendos que, por el hecho de haber sido encuadrados dentro de un estado colonial, impuestos en cierta medida por la metrópolis (EUA), han sido realmente ilegítimos e inconsecuentes. Sin embargo, las discusiones actuales, resultado de la enorme crisis a todos niveles que sufre el país, conllevan la legitimidad de que sólo la definición del estatus podrá conducir al camino de una verdadera solución a esta profunda crisis.
Después de más de 100 años de un proceso de coloniaje que afecta incluso el modo de pensar y razonar, una verdad, aunque sea de Perogrullo, puede ser disfrazada e incluso presentada como su antípoda. Este ha sido el caso en PR. Desde el salón de clases hasta la radio y la televisión, pasando por todas las esferas de la vida social, han servido de plataformas utilizadas por el imperio para transfigurar la realidad patente de una colonia, dando aparentar que es un país con autonomía.
Esto precisamente era lo que Lolita Lebrón, Irving Flores, Andrés Figueroa Cordero y Rafael Cancel Miranda intentaron exponer al mundo cuando abrieron fuego en el Congreso estadounidense ese 1º de marzo de 1954.
Para ocultar ante la comunidad internacional su terrible papel como subyugador de un pueblo que pudiera opacar el avance de su guerra fría contra la URSS, EUA impuso una imagen de “autonomía puertorriqueña” mediante una constitución en Puerto Rico que otorgaba limitados e irrisorios derechos bajo el eufemismo del ‘Estado Libre Asociado’, concepto en sí contradictorio. A partir del 1953, ya los imperialistas no tendrían que dar cuenta de su colonia en las asambleas de las Naciones Unidas, puesto que PR era un país ‘casi’ soberano y tenía su propio gobernador puertorriqueño elegido por el pueblo, no un yanqui nominado por EUA. La colonia se había ‘perfumado’ y EUA podía seguir obteniendo todas las riquezas necesarias sin mayor objeción internacional.
Momento de definición
Esa farsa terminó hace pocos días cuando el Procurador General de EUA, Donald Verrilli Jr., manifestó claramente que el ELA no tiene soberanía propia. Es interesante saber que estas declaraciones surgieron durante una comparecencia del PG como ‘amigo de la corte’ para vistas frente al Tribunal Supremo estadounidense en un caso que nada tiene que ver con la crisis económica isleña e ilustra la urgencia del tema del estatus.
El caso conocido como Puerto Rico vs Sánchez Valle se trata de uno sobre doble exposición (double jeopardy) en el que un sujeto fue procesado en tribunales en EUA por posesión y venta ilegal de armas y expone que no puede ser procesado por el mismo delito por tribunales locales puertorriqueños. El Departamento de Justicia de PR sin embargo, afirma que sí tiene el poder de acusar a personas por el mismo delito puesto que PR tiene soberanía propia, sometiendo el caso ante el Tribunal Supremo de EUA.
El gobernador Alejandro García Padilla, del Partido Popular Democrático, proponente y defensor del ELA colonial, inmediatamente respondió con la ficticia indignación de los corruptos y traidores de su propio pueblo. Si no fuera algo tan trágico, sería material irrisorio para una comedia. Señalando que EUA “cambió de opinión”, AGP escribió que “las leyes y la Constitución del Estado Libre Asociado emanan del poder del pueblo de Puerto Rico en el ejercicio de su poder inherente a organizarse políticamente en un gobierno propio. Así lo han reconocido también los Estados Unidos durante décadas ante la comunidad internacional”.
El gobierno del presidente Obama sin embargo, a través de su procuradora general adjunta, Nicole Saharsky, se pronunció claramente durante la vista del 13 de enero en el Tribunal Supremo. Saharsky dijo: “El Congreso puede, de hecho, revisar el arreglo actual que tiene con Puerto Rico. Eso es así porque Puerto Rico es un territorio de Estados Unidos. Los territorios pertenecen a Estados Unidos lo que significa que están bajo la soberanía de Estados Unidos. Y la segunda es que es el Congreso el que hace las reglas….”. (noticel.com) En resumen, que PR es propiedad, no parte, de EUA y puede hacer lo que quiera a través del Congreso.
Se espera una decisión del caso en los próximos meses.
Esto tiene gran relevancia ahora cuando como resultado de una serie de vistas en el Congreso estadounidense sobre la crisis en PR y el pedido del gobierno de PR para tener acceso a una ley de bancarrota para reestructurar la deuda, hay una propuesta congresional de imponer una Junta Fiscal Federal independiente para supervisar las finanzas en PR. Esta realmente sería una junta para asegurar el pago a los bonistas de Wall Street y actuaría fuera de los marcos legales y gubernamentales isleños. Una verdadera junta colonial.
Respuesta del Movimiento en PR
Esta situación está ayudando a incrementar la unidad dentro del movimiento independentista. Un ejemplo fue la Asamblea del Partido Independentista Puertorriqueño el pasado mes donde se proclamó la candidata a la gobernación por el PIP, María de Lourdes Santiago, actualmente senadora por el mismo partido. En esa asamblea acudieron partidos, organizaciones y personalidades de la izquierda y el movimiento de liberación que no están afiliadas al PIP, en una muestra de acercamientos que podría significar la búsqueda de un consenso tan necesario en este tiempo de lucha independentista.
Muchas figuras del independentismo han manifestado que este es el año crucial para la lucha por la soberanía e independencia. De hecho, nunca antes se han dado coordinadas tan perfectas para facilitar la discusión amplia y abierta con el pueblo sobre la independencia. Es imprescindible una campaña de educación popular sobre la necesidad de autodeterminación y liberación del yugo imperialista y demostrar que la independencia, no la estadidad, es el único estatus que puede garantizar un futuro de justicia social y económica para el pueblo. La crisis ha sido la gran escuela que está ayudando a quitar el velo de obnubilación colonial impuesto por el imperio.
Oscar López Rivera, prisionero político que lleva ya 34 años en cárceles yanquis por luchar por la independencia, está jugando un papel muy importante. Recientemente escribió desde prisión un mensaje al pueblo para que su hija Clarisa López lo leyera en ocasión de la celebración de su cumpleaños el 6 de enero. En él exhortaba al pueblo entero a unirse para que rechazaran el pago de la deuda y la boicotearan, pidiendo además la unión y la colaboración del movimiento independentista en una lucha conjunta.
Joubert-Ceci es miembro del Comité Boricua Filadelfia-Camden recientemente formado, integrado por boricuas en la diáspora para colaborar en la lucha por la independencia de PR.
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