El editorial del New York Times del 31 de diciembre titulado “Mr. Obama’s Trickle of Mercy” (“La misericordia en goteo de Obama”) criticó duramente el tacaño uso del proceso de clemencia presidencial por Barack Obama quien solo ha liberado a 95 prisioneros federales que estaban sirviendo penas de cárcel “absurdamente largas”.
Oscar López Rivera no era uno de los 95, pero después de 34 años, sin duda él hubiera debido de ser uno de ellos. En cambio, el 6 de enero, cuando celebra su 73º cumpleaños en la Penitenciaría Federal de Terre Haute-Indiana, millones de personas redoblarán sus esfuerzos para liberarlo.
Que el presidente Obama haya optado por ignorar a López en este punto, es un ejemplo del castigo especial infligido a los hombres y a las mujeres con principios inflexibles y con consciencia. López fue declarado culpable de “conspiración sediciosa” junto con otras/os miembros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional. Sus creencias políticas, su compromiso de por vida a la independencia de Puerto Rico y la autodeterminación para el pueblo puertorriqueño eran imperdonables a los banqueros y patronos especuladores estadounidenses y sus tribunales. Ahora sus compañeras/os han sido liberados y han regresado a casa. Ya es más que tiempo para liberar a López también.
Todo Puerto Rico — desde el movimiento de independencia a las/os proponentes de estadidad y las/os estadolibristas (el actual estado colonial), a la juventud y las/os estudiantes que luchan por la educación, a las/os trabajadores puertorriqueños que luchan contra la austeridad y los recortes de pensiones — reclaman la libertad de López. El apoyo es tan fuerte que el gobernador de Puerto Rico visitó oficialmente a López en la cárcel. Y en la diáspora puertorriqueña, en las escuelas y organizaciones comunitarias que López y su hermano ayudaron a fundar en Chicago, en Nueva York donde el ayuntamiento aprobó una resolución para liberarlo, las voces son fuertes y unidas exigiendo la libertad de López.
Desde 1898, cuando Estados Unidos derrotó a España y ocupó a Puerto Rico, Cuba y las Filipinas en su expansión imperial más allá del continente de América del Norte, la lucha por la autodeterminación y la independencia contra el colonialismo ha sido incontenible. En Cuba, la liberación del territorio ha sido ganada. La lucha continúa en Puerto Rico y las Filipinas.
¡Libertad para Oscar López Rivera y todas/os los presos políticos! ¡Viva Puerto Rico Libre!
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