Los ataques en París atribuidos a ISIS han fijado la atención del mundo. Pero la pregunta más urgente que enfrenta la clase obrera es: ¿”Utilizará el campo imperialista los ataques como pretexto para ampliar la guerra”? Utilizando como velo la gran simpatía por las 129 personas muertas y las demás que quedaron heridas, los gobiernos imperialistas occidentales podrían poner decenas de miles de otras vidas en riesgo.
Suscitar odios racistas, anti-inmigrante y anti-musulmán es el primer paso para la movilización guerrerista. La satanización de la nación en la mira es una parte esencial para justificar la destrucción imperialista.
Según encuestas realizadas en los meses antes de la masacre, casi dos tercios de la población francesa se oponían a la participación de Francia en una guerra en Siria. Pero el régimen que sirve al imperialismo francés y que anteriormente tenía a Siria como su colonia, se ha comprometido totalmente a la completa destrucción de la soberanía Siria a través de un derrocamiento violento del gobierno sirio. París incluso ha armado a fuerzas rebeldes similares a ISIS y a la propia ISIS para lograr esto.
Los asesinatos en París no son las únicas muertes violentas o asesinatos en masa en la región. Una enorme explosión en Beirut un día antes; un avión ruso con pasajeros derribado en el Desierto del Sinaí dos semanas antes; el bombardeo estadounidense de un hospital de Kunduz-Afganistán, hace mes y medio; y un ataque en la primavera pasada en Kenia, han sido igualmente asesinos.
Sin embargo, los medios imperialistas sólo han proporcionado una amplia efusión de simpatía por las víctimas en París. Esta respuesta no solo expone el racismo y el prejuicio sistemático de la prensa que valora más las vidas de aquellas/os en los países imperialistas, sino que a la vez sirve para exponer una agenda política: la intensificación de la guerra.
El Pentágono ha enviado aviones F-16C DogFighter a Siria, armados con misiles aire-aire. Son capaces solamente de luchar contra otras aeronaves. ISIS no tiene una fuerza aérea. Rusia sí. Esta es una peligrosa escalada.
El presidente Obama ha anunciado que va a enviar 50 fuerzas especiales a Siria, junto con miles de asesores estadounidenses a Irak. Una zona de exclusión aérea en la frontera con Turquía se ha discutido activamente por meses y se encuentra en etapas de planificación.
Los imperialistas rehusaron invitar al gobierno sirio a la ronda de negociaciones que discuten su futuro en Viena. Allí los gobiernos de EUA y Francia fueron los más firmes en exigir arrogantemente que el gobierno sirio entregara su soberanía y “renunciara”. En cada reunión internacional, mientras hipócritamente declaran que quieren desesperadamente la paz, los imperialistas afirman que la guerra continuará hasta que sus fuerzas “democráticas” estén instaladas en el poder.
Caos de las guerras EUA
La necesidad más urgente en la lucha contra esta movilización de guerra es explicar y exponer el papel del imperialismo EUA junto con la participación francesa y de la Unión Europea, en décadas de guerra en la región. Las guerras imperialistas han desgarrado a países enteros y destruido sus vibrantes culturas.
También es esencial extender la solidaridad a quienes están bajo ataque, y resistir conscientemente el clima racista.
Veinticinco años de sanciones, sabotajes, ocupaciones e invasiones, comenzando con la primera guerra de EUA contra Irak en 1991, han desarraigado a más de 10 millones de personas en la región.
La política imperialista de EUA y Francia dirigida a “cambios de régimen” cultivaron las mismas fuerzas que ahora reclaman la responsabilidad de los atentados en París, comenzando en Afganistán en la década de 1980. Las dos potencias entrenaron, financiaron y equiparon a las fuerzas de la “oposición” en Siria y Libia, resultando en destrucciones masivas. Su aliado, la monarquía saudí, ha organizado y capacitado a algunas de las fuerzas más reaccionarias, conocidas como ISIS, con la aprobación de los asesores estadounidenses.
El gobierno sirio dice que capturó combatientes en posesión de pasaportes de 60 países. Muchos no hablan árabe ni tienen raíces sirias. Cientos vinieron de Francia y Bélgica, sin obstáculos, incluso con el apoyo del Gobierno.
Los gobiernos de EUA y Francia, junto con el apoyo británico, turco, saudí, jordano e israelí, han dado cobertura política a los grupos rebeldes y corruptos en contienda, declarándolos “fuerzas democráticas de oposición”. Suman decenas de miles de voluntarios y mercenarios reclutados por todo el mundo.
Grupos como Al Qaeda, el Frente Al-Nusra y el Estado Islámico tienen diferencias políticas. Las alianzas son fluidas. Pero todos sirven el mismo propósito: tratar de separar al gobierno sirio, destruir la infraestructura y desmoralizar a la población. Entre las decenas de miles que participan en los combates, están las fuerzas de Operaciones Especiales y asesores, entrenadores y agentes de inteligencia estadounidenses, franceses, británicos y jordanos.
Por décadas, Siria se enorgullecía de su rico tejido de diversidad cultural y religiosa, modernización de su infraestructura, educación completa y los más altos niveles de atención de la salud. Había también el orgullo nacional por enfrentarse a la ocupación israelí de Palestina, a pesar de que una parte importante de Siria, el Golán, fue robada en 1967 por Israel. La política de Siria de controlar sus industrias nacionalizadas, mantenerse libre de la deuda de los bancos occidentales y ser independiente del control imperialista era una frustración constante para los gobernantes corporativos de EUA y la UE.
Políticas progresistas similares, impulsadas por levantamientos de masas y levantamientos revolucionarios en los años 1960 y 1970 en Irak, Libia e Irán, también hicieron a estos países objetivos de EUA y del imperialismo mundial, cuyo propósito era restaurar estas tierras a su condición colonial antes de la Segunda Guerra Mundial.
La agitación social en Egipto y Túnez llamada la Primavera Árabe en 2011 contra los dictadores respaldados por el imperialismo, se utilizó como una apertura para la intervención imperialista en los países árabes vecinos que estaban en lista de objetivos de EUA – Libia y Siria.
Las fuerzas derechistas en Francia no han perdido un minuto en lanzar ataques contra las/os desesperados refugiados de guerra que han inundado al país. Pero los verdaderos criminales son EUA y los imperialistas europeos que han lanzado estas guerras, y que se están posicionando ahora para una nueva ofensiva.
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