La revolución socialista de nuevo en la mesa
Conferencia WW-MO construye solidaridad entre negras/os, latinas/os y blancas/os para luchar contra el capitalismo
Qué diferencia hace un día.
Cientos de combatientes militantes contra el capitalismo y todas sus horribles consecuencias para el mundo se reunieron aquí en la 56ta Conferencia Nacional del Partido Workers World/Mundo Obrero el 7 y 8 de noviembre, y el resultado fue un pequeño terremoto.
El lugar en sí, decía mucho. La conferencia llenó la sala principal en el Centro Memorial y Educativo Malcolm X y Betty Shabazz en el borde de Harlem – donde sus paredes mostraban conmovedores murales de estos valientes líderes de la lucha por la autodeterminación afroamericana. Fue en este mismo edificio que Malcolm X fue brutalmente asesinado en 1965, después de alcanzar fama mundial. Se ha reconstruido dando lugar a un espacio hermoso y lleno de esperanza.
La preponderancia de activistas de color, mujeres y personas de la comunidad lgbt, tanto en la audiencia como oradoras/es en la conferencia de WW-MO – además de sus mensajes – fue otra reivindicación de las creencias de Malcolm sobre el levantamiento de los pueblos oprimidos, por el medio que sea.
Así fue la presencia de una nutrida delegación de conductores de autobuses escolares de Boston, en su mayoría negras/os e inmigrantes, cuyo sindicato clasista lucha en una amplia variedad de causas progresistas.
El tema de la conferencia fue audaz: “Poner a la Revolución Socialista sobre la mesa”. La palabra “socialismo” por fin se oye bastante en estos días. Pero el mensaje del Partido WW/MO no fue obscuro. Lo que traslució en cada palabra y cada pieza de literatura es que las luchas de liberación nacional de las/os negros y latinas/os en Estados Unidos, especialmente desde el surgimiento del militante movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan), y el de las/os trabajadores de bajos salarios, deben ser y son una parte integral de la lucha de clases para transformar por completo la sociedad mediante la eliminación del capitalismo y la construcción del socialismo.
Las/os jóvenes, al igual que el gran número de asistentes a la conferencia, se han tomado esto muy seriamente. Dijeron a través de discursos, poesía y canciones que no quieren vivir en un mundo donde las personas son humilladas y empobrecidas a causa de su nacionalidad, estatus migratorio, sexualidad o expresión de género.
El socialismo no es sólo reformar el capitalismo en algo “más amable y gentil”, dijeron
muchas/os oradores. Eso es imposible. El embate diario de este sistema contra millones y millones de personas aquí y en todo el mundo sólo se puede terminar cuando el gobierno de los banqueros y multimillonarios empresariales se rompa a través de las acciones decididas y revolucionarias de las/os trabajadores y las/os oprimidos. ¡Weeepaa! No se miden las palabras aquí.
Especialmente conmovedores fueron los relatos de Dionne Smith Downs, una madre de Stockton-California, quien contó cómo la policía criminal había matado a su hermoso hijo de negro de 16 años de edad, y Erica Mines-Simmons, una activista comunitaria de Filadelfia quien movió a la audiencia mientras exclamaba contundentemente consignas nacidas del movimiento Black Lives Matter.
Campaña electoral revolucionaria de WW-MO
Después de tantos discursos sinceros y apasionados que reflejaron el profundo sufrimiento de las comunidades de la clase trabajadora, todo ese dolor e ira se fundieron en un grito colectivo de júbilo cuando se anunció que WW-MO lanzaría una campaña electoral revolucionaria en el 2016 y que sus candidatos serían Mónica Moorehead y Lamont Lilly: una mujer negra para presidente y un hombre negro para vicepresidente.
Fue Teresa Gutiérrez, dinámica líder latina y ahora la directora de la campaña electoral WW-MO, quien explicó por qué es más adecuado tener dos candidatos afroamericanos en este momento y cómo harían un excelente trabajo para conseguir apoyo para la lucha de las/os migrantes y otras cuestiones a un público más amplio.
La sensación en la sala era inconfundible: una confianza y entendimiento mutuo se había forjado entre este partido multinacional – en el cual revolucionarias/os negros, latinos y blancos de la clase obrera de todas las edades, géneros y sexualidades, trabajan y aprenden juntos – y activistas destacadas/os de diferentes movimientos para el necesario cambio social.
La conferencia recibió muchos mensajes de solidaridad de progresistas, socialistas y comunistas de todo el mundo y de EUA. (Para leerlos, vaya a workers.org.)
Aunque estuvo centrado merecidamente en los movimientos en desarrollo contra la opresión nacional aquí en casa, y con muchos militantes sindicales también discutiendo estrategias para luchar contra los patronos, la agenda también elevó el antiimperialismo, la lucha contra la guerra y el apoyo a los países que enfrentan amenazas y sanciones, impuestas porque o bien tratan de construir el socialismo o simplemente tratan de evitar que el imperialismo destruya su soberanía política y económica.