¿Accidente o crimen de guerra?
Aviones estadounidenses bombardearon y destruyeron un hospital operado por Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, Afganistán, el 3 de octubre. Durante 65 minutos, un helicóptero de combate AC-130U circundó el hospital, apuntando fuego de cañón y municiones incendiarias a su principal edificio que alberga la unidad de cuidados intensivos, quirófanos y salas de emergencia.
Unos 180 pacientes y las/os empleados estaban adentro. Al menos 12 empleados de MSF y 10 pacientes, todas/os afganos, murieron; algunos fueron incinerados. Otras/os 37 quedaron heridos; 33 siguen desaparecidas/os a la fecha del 12 de octubre.
Para evitar este tipo de ataque, el personal del hospital había informado en repetidas ocasiones su coordenadas GPS a EUA, a la OTAN y a las fuerzas afganas. Durante el bombardeo, los funcionarios de MSF llamaron a los funcionarios estadounidenses en Kabul y Washington, incluyendo al Estado Mayor Conjunto del Pentágono, pidiendo que se detuvieran los ataques aéreos. Pero los ataques continuaron durante 30 minutos más.
Como consecuencia, MSF se fue de Kunduz. El norte de Afganistán se encuentra ahora sin un centro de trauma para tratar heridas de guerra. La organización de ayuda médica acusa a EUA de haber cometido un crimen de guerra en violación a los derechos humanos fundamentales y al derecho humanitario e internacional. MSF afirma que el bombardeo fue un ataque a los Convenios de Ginebra que protegen a la población civil, incluidos las/os trabajadores médicos y prohíben bombardeos de hospitales en zonas de guerra. EUA ratificó estos principios en 1955.
Al oír un clamor mundial, el Pentágono cambió su historia cuatro veces. Insistió que los ataques aéreos fueron “accidentales”. Ahora el general John Campbell, comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, admite que el asalto letal fue resultado de una “decisión de EUA tomada dentro de la cadena de comando estadounidense “. Hasta el momento el ejército se niega a dar detalles.
En un raro acto durante una guerra, el presidente Barack Obama pidió disculpas a MFS. El Pentágono hasta ha ofrecido una indemnización a las familias de las víctimas. Esto está muy lejos de lograr un perdón por un crimen tan atroz.
MSF repudia enérgicamente las investigaciones establecidas por EUA, la OTAN y Afganistán, y está exigiendo una investigación independiente del bombardeo bajo un organismo creado en virtud de los protocolos de la Convención de Ginebra.
Después de 14 años de ocupación de Afganistán, los imperialistas siguen perdiendo. En su desesperación, la clase dominante de EUA y sus aliados de la OTAN están dispuestos a cometer cualquier crimen, violando cualquier tratado internacional, burlándose de los derechos humanos y despreciando la vida humana. Es su comportamiento estándar en la búsqueda de súper ganancias.
Bombardear hospitales – nada nuevo para EUA
El imperialismo norteamericano es un criminal de guerra reincidente, con una larga y sórdida historia de bombardeos de hospitales y matanzas de civiles heridos y personal médico. No han sido accidentes. Son actos destinados a aterrorizar a la población y forzar a los gobiernos a rendirse. Los hechos hablan por sí mismos.
>Durante la guerra de EUA contra Corea del Norte en los 1950’, aviones de guerra estadounidenses bombardearon cientos de hospitales. Bombarderos B-52 destruyeron el Hospital Bach Mai en Hanoi, la instalación médica más grande en el norte de Vietnam, durante los “bombardeos de Navidad” en diciembre de 1972.
En 1993, en Mogadiscio-Somalia, tropas de Turquía y EUA parte de una “fuerza de mantenimiento de paz” de la ONU bombardearon un hospital en Digfer.
Cuando EUA y la OTAN libraron la guerra para desmantelar Yugoslavia, la OTAN lanzó misiles de crucero contra un hospital de Belgrado, dejando caer bombas de racimo en un hospital en Nis en mayo 1999, bombardeando cuatro hospitales más.
La invasión y ocupación de Afganistán por EUA tras el ataque contra las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, fue aparentemente para perseguir a Osama bin Laden y al-Qaida. Aviones de guerra estadounidenses bombardearon a continuación, al menos seis hospitales y clínicas en Kabul, Kandahar y en otros lugares. En un golpe criminal, aviones estadounidenses incluso tiraron una bomba racimo de 1.000 libras en un hospital de Herat.
En la campaña de bombardeos “Conmoción y Pavor” de 2003 contra Irak, aviones del Pentágono bombardearon un hospital de maternidad de la Media Luna Roja de Bagdad, matando e hiriendo a médicos y pacientes. Un año después, en Faluya, cohetes estadounidenses arrasaron el recién construido hospital Hai Nazal. Bombas estadounidenses mataron a 63 empleadas/os y pacientes en la Clínica Central de Salud de Faluya.
Con mucho apoyo internacional, Médicos Sin Fronteras continúa exigiendo la verdad y rendición de cuentas del Pentágono y de la administración Obama.
Se debe hacer más. ¡La asquerosamente rica clase dominante estadounidense debe pagar reparaciones por sus crímenes de guerra!
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