¿Cómo puede ser que alguien, cuya única falta fue olvidar usar la luz direccional de su auto al cambiar de carril, termine muerta en una cárcel del condado a sólo unos días del arresto y que un médico forense lo califique de suicidio?
La gente de costa a costa se está haciendo esa pregunta.
Sandra Bland, una mujer afroamericana de 28 años de edad, conducía desde su casa en un suburbio de Chicago a la Universidad Prairie View A&M (PVAM), su alma mater en el sureste de Texas, para comenzar un nuevo trabajo como embajadora de estudiantes en la asociación de antiguos alumnos. Ella decía que era el trabajo de sus sueños.
Bland fue encontrada ahorcada con una bolsa de basura alrededor de su cuello en una celda de la cárcel del condado de Waller en Hempstead-Texas, el 13 de julio.
Ha habido protestas, vigilias, mítines y / o marchas casi a diario desde que se supo la noticia.
El 17 de julio, esta escritora se unió a cientos de personas que protestaban en la cárcel y luego marcharon a la Corte del Condado de Waller. Allí hubo una concentración presidida por Kofi Taharka, presidente del Frente Unido Nacional Negro. Activistas anti-racistas de Houston y Austin se unieron a las/os residentes locales de Hempstead, sede del condado de Waller de poco más de 40.000 personas donde el 60 por ciento es blanco y 30 por ciento negro. Las/os oradores incluían a amigas/os de Bland, una hermana de su sororidad, ex-alumnos de PVAM y activistas indignadas/os.
Algunas de las mujeres de Hempstead que no podían marchar, organizaron una mesa ofreciendo sándwiches de queso y té dulce gratis para las/os manifestantes. Una mujer, que se hace llamar Jen Jen, dijo que tenía 49 años y podría dar 49 razones por las que nadie debería querer encontrarse dentro de la cárcel. “La última vez que fui apresada, me moretearon, con manchas más oscuras que la piel que usted ve hoy”.
Cuando se le preguntó por qué fue acusada, Jen Jen respondió: “Oh, la policía no me puso cargos. Después de que me golpearon, me dejaron ir, eso fue todo. Y no quisieras saber las historias sobre las cosas que suceden dentro de esas paredes”, dijo señalando a la Cárcel del Condado de Waller.
El 19 de julio, las/os estudiantes de PVAM se reunieron frente a la fuente de la escuela para recordar y honrar a Bland. PVAM fue fundada en 1876 cuando la plantación de Alta Vista cerca de Hempstead fue comprada y convertida en lo que hoy es la segunda escuela de educación superior más antigua financiada por el estado en Texas.
Bland ya estaba familiarizada con Texas y su horrible historia racista. Se graduó en 2009 de Prairie View, una histórica universidad negra a sólo 45 minutos de Houston.
Bland abiertamente contra brutalidad policial
Bland protestaba en contra de las muertes de los negros a manos de la policía, desde Michael Brown en Ferguson-Missouri, a Eric Garner en Staten Island-NY. Ella publicó en Facebook sobre el peligro de la policía e incluso hizo vídeos condenando los asesinatos de la policía. Ahora sus amigas/os y simpatizantes están twitteando en #SandraBland, #JusticeforSandy y #IfIDieInPoliceCustody.
En el último año, la exposición de los asesinatos de jóvenes negros en EUA a manos de la policía se ha intensificado. En respuesta, el movimiento “Las Vidas Negras Importan” (Black Lives Matter) ahora está activo por todo el país.
Texas tiene una sórdida historia de asesinatos racistas. A principios de los años 1900 había linchamientos de negras/os por todo el estado. Dos de los más infames sucedieron en Waco – el de Allen Brooks en 1910 y de Jesse Washington en 1916.
Durante el juicio de Brooks, supuestamente por agredir a un niño blanco, una turba enfurecida lo arrebató de las manos de sus guardias armados en la sala del tribunal y lo ahorcaron de un poste en el Arco de Elk, informó el Dallas Morning News.
Según el bloguero Michael W. Waters, Washington fue castrado, sus dedos cortados, y su cuerpo subido y bajado sobre una fogata durante dos horas antes de ser arrastrado por la ciudad. Las partes restantes de su cuerpo fueron luego vendidas como recuerdos. (Huffington Post, 17 de julio)
En las últimas décadas la policía en todas las ciudades grandes de Texas ha asesinado y mutilado a afroamericanos – incluyendo al líder de las Panteras Negras Carl Hampton, en Houston en 1970.
A nivel nacional, ahora hay una lista de mujeres que han sido asesinadas por la policía como lo fueron Michael Brown y Eric Garner: Sandra Bland, Kindra Darnell Chapman, Tanisha Anderson, Yvette Smith, Rekia Boyd y Aiyana Stanley-Jones de siete años de edad, nombrando solo unas pocas.
Emily DePrang, escribió en el semanario progresista The Texas Observer en 2014, señalando que la policía de Houston literalmente, queda impune. Ella escribió que entre 2007 y 2012, según los registros del Departamento de Policía de Houston (HPD), tiroteos mortales de la policía ocurren en Houston en promedio de uno cada tres semanas. Cada tiroteo por un oficial del HPD es investigado por las divisiones de Asuntos Internos y de Homicidios del HPD.
DePrang escribe: “Cada muerte fue encontrada justificada. Los grandes jurados del Condado de Harris (Houston) han absuelto a oficiales del HPD casi 300 veces seguidas. Ningún policía de Houston ha sido acusado de un tiroteo en una década”.
Mayor cantidad de policías asesinos en Texas
Dice el refrán, ¡”Todo es más grande en Texas”! El dicho es cierto cuando se trata de la herencia de linchamientos y el número de policías asesinos. Texas es también número uno en las personas sin seguro médico, y se ejecutan a más personas que en los siguientes ocho estados combinados. Sin embargo, Texas está cerca de la parte inferior en la lista de financiamiento de la educación.
En el plazo de un año, tres casos de terrorismo contra mujeres negras en Texas se han convertido en noticia nacional.
En agosto pasado, la policía paró a Kametra Barbour y sus cuatro hijos pequeños y los retuvieron a punta de pistola en Forney. Ni el coche ni las/os pasajeros coincidían con la descripción dada a la policía en un despacho 911.
En junio, cerca de Dallas, Dajerria Becton de 15 años de edad fue lanzada al suelo, con la cabeza en la tierra. El policía McKinney detuvo a Dajerria presionándole la cabeza con su rodilla luego de una fiesta en la piscina.
Y ahora, Sandra Bland fue detenida por falta de uso de la señal de tráfico y arrestada en el condado de Waller mientras iba de camino para comenzar su nuevo trabajo, encontrándose linchada en la cárcel a los pocos días en circunstancias sospechosas.
Cómo alguien puede pasar de ir conduciendo a su nuevo trabajo a muerta en la cárcel en cuestión de días es impensable – excepto quizás para las/os afroamericanos en Texas. Activistas negras/os a menudo señalan que conducir mientras se es negra/o puede ser un delito capital en Texas, lo que puede resultar en una pena de muerte no oficial en terreno abierto.
Se planean más protestas, vigilias y manifestaciones para Sandra Bland mientras las comunidades esperan los resultados de la autopsia independiente que su familia ordenó. Muchas preguntas aún deben ser respondidas. Quienes están involucradas/os en el movimiento anti-racista no tienen confianza alguna ni en los Rangers de Texas ni en el FBI que ahora están investigando la muerte de Bland. La indignación, la tristeza y la determinación de obtener justicia no se disipará con facilidad, ni debiera serlo.
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