El nuevo gobierno izquierdista socialdemócrata del partido Syriza llegó al poder en Grecia con un programa anti-austeridad el 25 de enero. El Partido apuntó contra los fuertes recortes presupuestarios y privatizaciones neoliberales impuestos por la “Troika” – El FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
El nuevo gobierno inmediatamente tomó medidas concretas contra el programa de austeridad impuesto por los bancos. Como lo expresara el noticiero británico Guardian, en su edición del 28 de enero: “Una por una [medidas de austeridad] se deshicieron, estilo blitzkrieg, sin piedad, con eficiencia.
“Primero fueron removidas las barricadas frente al Parlamento griego. Luego se anunció que los planes de privatización fueron detenidos y las pensiones reintegradas. Y después llegó la noticia de la reintroducción del salario mínimo mensual de €751. …
“Después de eso, los ministros anunciaron más medidas: eliminación del pago por recetas y visitas al hospital, restauración de los convenios colectivos de trabajo, la recontratación de trabajadores despedidos en el sector público, la concesión de ciudadanía a los hijos de migrantes nacidos y criados en Grecia”.
Las medidas que Syriza anunció relativas al fin de la privatización y la restauración del nivel de vida de las/os trabajadores se estima que costará €13,2 mil millones. A pesar de que Grecia le debe a la Troika €240 mil millones, el gobierno Syriza no pidió permiso para romper el pacto de austeridad, que estas medidas seguramente hacen. (A partir del 2 de febrero, 1 euro equivale a $1,13)
Estos actos enviaron una ola de esperanza a las masas y ondas de choque a las juntas del capital financiero.
Austeridad para las masas = ayuda para banqueros
Gobiernos anteriores habían planeado recaudar fondos mediante la venta a capitalistas y constructores privados de los dos puertos más grandes de Grecia, varios aeropuertos, su compañía eléctrica, una refinería y otras instalaciones públicas, junto a despidos y recortes en los salarios, pensiones y beneficios de salud de las/os trabajadores. Todo esto se planeaba hacer para pagar los préstamos bancarios realizados a los gobiernos capitalistas anteriores.
Vale la pena señalar que el gobierno griego no es realmente soberano. No tiene ningún control sobre su moneda, una función vital de cualquier Estado capitalista. El control de la moneda se encuentra en Frankfurt.
Los antecedentes de la victoria electoral de Syriza son años de dificultades económicas que produjeron años de lucha de masas en las calles y lugares de trabajo.
Grecia en la depresión
Grecia ha estado en depresión por los últimos cinco años, con la tasa oficial de desempleo en 25 por ciento, un 50 por ciento de desempleo juvenil y se estima que la mitad de la población vive en extrema pobreza. El pueblo se ha visto obligado a buscar comida y artículos domésticos en los basureros, leña y alimentos en los bosques y a subsistir de los bancos de alimentos que han sido creados en pueblos y ciudades.
Este es el resultado de la crisis financiera global capitalista. Pero se ve agravada por el hecho de que Grecia ha estado en las garras depredadoras de los banqueros europeos, encabezados por los alemanes y el gobierno de Angela Merkel, con el apoyo de toda la entidad bancaria del continente.
Años de lucha contra la austeridad
Pero ha habido una lucha de resistencia. Manifestaciones masivas contra la austeridad han sacudido a Grecia desde el 5 de mayo del 2010, cuando dos personas murieron.
Desde mayo a julio del 2011, los “indignados” (término originario de España) ocuparon plazas en toda Grecia, y el 5 de junio de ese año 500.000 personas se reunieron frente al Parlamento griego. El movimiento fue violentamente reprimido por la policía.
El 12 de febrero del 2012, unas 500.000 personas se manifestaron frente al Parlamento. El 9 de junio de ese año, hubo una huelga general de 24 horas contra la austeridad. El 17 de noviembre de 2014, decenas de miles se manifestaron en el aniversario de la caída de la dictadura griega en 1974. La manifestación se convirtió en una contra la austeridad.
A través de los años se han producido numerosas manifestaciones masivas, sentadas, ocupaciones y huelgas. Hubo dos huelgas generales en el 2014, en abril y noviembre. Muchas fueron convocadas por el Partido Comunista de Grecia, que tiene una larga historia de lucha de clases y resistencia militante y una fuerte base en la clase obrera organizada. La base de Syriza es más general, entre las/os trabajadores no organizados, jóvenes y pequeños negociantes empobrecidas/os. También ha tenido logros entre la sufrida población rural.
Este es el trasfondo de la victoria electoral de Syriza. Las manifestaciones, a pesar de su frecuencia y fuerza, no fueron capaces de obligar al establecimiento político griego a retroceder las medidas de austeridad. Los partidos y los políticos de los dos partidos principales son herramientas de banqueros, constructores, navieros y los grandes medios de comunicación. La resistencia de las masas hasta ahora ha sido incapaz de poner fin a la cruel asfixia económica.
Así que las masas griegas optaron por una solución parlamentaria, votando contra los partidos capitalistas tradicionales y votando por Syriza.
Contradicción de Syriza: intentar un ‘nuevo trato’
Pero al ganar el puesto, Syriza ahora se enfrenta a una enorme contradicción. Por un lado, el liderazgo, dirigido por Alexis Tsipras, ha desafiado la austeridad. Pero terminar con la austeridad requiere fondos. Por otra parte, el capital financiero europeo tiene el control de los fondos; fueron los que impusieron la austeridad en primer lugar y ahora están tomando una línea dura sobre cualquier forma de aliviar la deuda. Esto es base para la lucha futura.
El gobierno de Syriza está tratando de negociar un “nuevo trato” con los bancos – para dar a Grecia un respiro de la austeridad y de un duro calendario de pagos para que la economía crezca.
Hay dos partes en sus demandas. La primera y más importante es que la deuda de Grecia se reduzca a la mitad. La segunda es tratar de aflojar el régimen de pago— tasas de interés más bajas, más tiempo para pagar, atar el pago al crecimiento económico y así sucesivamente. Tanto el ministro de finanzas Varoufakis y el primer ministro Tsipras han dicho que tienen la intención de honrar la deuda, pero quieren que el monto y las condiciones de pago sean modificadas.
Horas después de la victoria de Syriza, la presidenta de Alemania, Angela Merkel descartó cualquier reducción de la deuda. El ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble advirtió a Grecia sobre sus tácticas de negociación sobre la cancelación de la deuda. En una entrevista con el Guardian de Londres el 30 de enero, Christine Lagarde, directora del FMI, dijo que es “tiempo de pago” para Grecia y “los padres deben pagar sus impuestos”.
La estrategia de Syriza es utilizar el antagonismo contra el gobierno de Merkel para ganarse la simpatía de otras capitales europeas. Varoufakis inmediatamente fue a París para exponer el caso. El ministro de finanzas de Francia dijo que simpatizaba con Grecia sobre la cuestión de aflojar las condiciones de pago de préstamos – pero descartó cualquier alivio de la deuda.
Varoufakis piensa hacer lo mismo en Roma y Londres.
Luchar en las calles para cancelar la deuda
Mientras esta lucha se mantenga dentro de los límites financieros de los banqueros, tratando de negociar para aflojar las cadenas sobre el cuello del pueblo, los banqueros tendrán ventaja abrumadora.
Esto debe convertirse en una lucha política de masas contra la deuda. Para que Syriza tenga alguna influencia en la mesa de negociaciones, la cancelación de la deuda debe convertirse en un grito de guerra en las calles y los lugares de trabajo. Todas las fuerzas en Grecia que han se han manifestado contra la austeridad y sufrido bajo sus duras condiciones, deben movilizarse para salir a las calles y enviar un mensaje claro a los banqueros. Los financieros necesitan saber que a menos que cancelen la deuda, estarán tratando no sólo con argumentos acerca de las cuestiones contables y financieras, sino con una amenaza a su propio sistema.
Nadie debe abstenerse de participar activamente en esta lucha, independientemente de las diferencias históricas o actuales. Las masas deben estar imbuidas con la idea de que la deuda es ilegítima. Por ejemplo, del rescate original recibido de la Troika por €227 mil millones en 2010, sólo €27 mil millones fueron al gobierno griego para cubrir sus gastos. El resto, €200 millones, fueron a los bancos en repago de préstamos, rescates, pagos de intereses, etc. Mientras tanto, las/os trabajadores griegos perdían sus puestos de trabajo y servicios, y se hundía en una pobreza a nivel de depresión como condición de los préstamos.
El capital financiero es siempre agresivo y voraz cuando se trata de extraer el dinero del pueblo. El capital financiero alemán es notoriamente agresivo e intransigente. De hecho, el capital financiero alemán es el poder aventurero que provocó dos guerras mundiales. Ahora, en lugar de enviar tanques al sur de Europa, ellos y sus colegas banqueros están enviando cobradores de deudas para aplastar al pueblo.
Esta lucha no se debe perder. Nadie puede darse el lujo de hacerse a un lado. Fascistas como el Amanecer Dorado, están esperando para ver si las masas quedan abandonadas. Entonces Amanecer Dorado y la derecha pueden moverse para sacar provecho del sufrimiento y movilizar las fuerzas del fascismo y pogromos antiinmigrantes.
Apertura para la izquierda revolucionaria
Razones más que suficientes para que la izquierda, especialmente la revolucionaria, deba estar en la vanguardia de la lucha y ganar a las masas. Si Syriza falla o sucumbe a la presión imperialista para aplicar austeridad, entonces la izquierda debe estar preparada para intervenir y dar liderazgo.
Syriza, para obtener una mayoría parlamentaria, ha hecho una desagradable alianza con el antiinmigrante y homofóbico Partido derechista de la Independencia Griega. A este partido se le ha dado la dirección del Ministerio de Defensa, lo que es extremadamente peligroso. El ejército griego históricamente tiene simpatías fascistas. Esta posición da a los militares un puesto de escucha en las reuniones del gabinete Syriza.
Sería mucho mejor, si sin unirse al gobierno, el Partido Comunista de Grecia y otros partidos de izquierda pudieran conjurar un frente unido para votar por auténticas medidas contra la austeridad en el Parlamento, así como la unidad en las calles. Entonces Syriza se aseguraría de una mayoría parlamentaria en su programa anti-austeridad, aunque gobierne como minoritario. Entonces no tendría que confiar en el Partido de la Independencia.
Por otro lado, es muy alentador que el nuevo partido anti-austeridad Podemos en España, fuera capaz de reunir a varios cientos de miles de personas en Madrid a raíz de la victoria electoral de Syriza. Esto apunta hacia la necesidad de ampliar la lucha por todo el sur de Europa, así como Irlanda—en todas partes donde la clase obrera y la población estén viviendo en un estado de esclavitud de deuda a los bancos.
Los banqueros han estado amenazando al pueblo griego con quitarles de la eurozona si el gobierno incumple o viola los acuerdos. Tienen la esperanza de que la amenaza de un caos financiero y ruina económica obligue a todos a ponerse de nuevo en línea.
Pero si Grecia tiene que salir de la zona euro—si los banqueros tratan de sumir al país en un estado de desarticulación y estrangulación económica — sería la señal para que la clase obrera combata la crisis tomando control de la economía y reorganizarla sobre bases socialistas.
A la larga, una lucha internacional para derrocar totalmente al capital es la única forma permanente de salir de la crisis actual.
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