Editorial 8 de julio de 2014
El Partido Workers World/Mundo Obrero, sin vacilación exige, junto a muchas/os otros, la libertad que desde hace mucho tiempo se le debe a Jamil Abdullah Al-Amin (antes conocido como H. Rap Brown), quien se encuentra actualmente en la Penitenciaría Federal, Facilidad Administrativa Máxima en Florence, Colorado.
Conocida como ADX, esta prisión federal ha sido calificada como una de las 10 peores prisiones no sólo en EUA, sino en el mundo. Se trata de una instalación de seguridad súper-máxima, donde Al-Amin ha estado 23 horas al día en aislamiento desde su traslado en 2007 de la prisión estatal de Reidsville en Georgia.
Hay creciente preocupación por el deterioro de la salud de Al-Amin, de 70 años de edad, quien ha sido pre-diagnosticado con mieloma múltiple – un cáncer de las células plasmáticas — y múltiples padecimientos, homo hinchazón de piernas, pies, tobillos y mandíbula, junto a una pérdida significativa de peso.
Según su esposa, la abogada Karima Al-Amin, sólo una biopsia de médula ósea puede dar una confirmación de este diagnóstico, el cual fue hecho por un médico forense en la cárcel. Tanto Karima Al-Amin como el ex fiscal general de EUA y activista pro derechos humanos Ramsey Clark quien visitó al enfermo Al-Amin el 22 de junio, están llamando al movimiento para que exijan a los funcionarios de la prisión en Colorado y a nivel federal que trasladen inmediatamente a Al-Amin a un centro médico, ya sea en Butner, Carolina de Norte o a Rochester, Minnesota, para que pueda obtener el tratamiento necesario que tan desesperadamente merece y necesita.
Tortura intencional
Jamil Al-Amin no debía haber pasado ni un día en la cárcel, y mucho menos los 12 años que le han sido robados desde que fue declarado culpable de matar a un diputado blanco de Georgia en 2002. Al igual que Mumia Abu-Jamal, Leonard Peltier, los 5 Cubanos, los 9 de MOVE, Óscar López y cientos más, Al-Amin es un preso político y prisionero de guerra.
Esta guerra estaba en su apogeo en 1967, en el apogeo del movimiento de Liberación Negra en EUA y en todo el mundo, cuando H. Rap Brown sucedió a Kwame Turé (antes conocido como Stokely Carmichael) luego de su muerte, como presidente del militante Comité Coordinador Estudiantil No Violento (SNCC por sus siglas en inglés). El SNCC, al igual que otras formaciones, estaba luchando contra la represión racista del estado por parte del gobierno de EUA, especialmente contra el programa de “contrainteligencia” conocido como COINTELPRO.
En 1968, Brown se convirtió en ministro de justicia para el Partido de las Panteras Negras para la Auto-Defensa, destinado a la extinción por el COINTELPRO. Como defensor del Poder Negro y el derecho a la autodeterminación para el pueblo afroamericano y otros pueblos oprimidos, Brown fue falsamente arrestado y acosado en numerosas ocasiones. Se convirtió al Islam en 1971 mientras estuvo encarcelado en Rikers Island, en Nueva York, y eventualmente se convirtió en el Imán Jamil Abdullah Al-Amin. Después de su liberación en 1976, se trasladó a Atlanta, y ayudó a formar una comunidad musulmana en 1977, donde predicó la autosuficiencia.
Al-Amin ha continuado siendo un objetivo del gobierno debido a sus creencias radicales, sobre todo en los años 60 y 70.
Al-Amin fue incriminado por el asesinato de un diputado en 2000, a pesar de que no se ajustara a la descripción dada por un supuesto testigo ocular durante la farsa de juicio que recuerda mucho a lo que le pasó a Mumia en su juicio de 1982 en Filadelfia.
El gobierno de EUA tiene un consistente y vergonzoso record de castigar a las/os luchadores veteranos por la libertad como Al-Amin que se atrevieron exponer y desafiar el status quo racista. Si no los ejecuta directamente como a George Jackson o a Malcolm X, el gobierno y su aparato represivo los fuerza al exilio como Assata Shakur, o les encarcela falsamente por vida, como Al-Amin.
El ataque contra Al-Amin debe ser visto como un ataque político a todas/os los activistas progresistas y revolucionarios que están luchando para librar a la humanidad del sistema podrido del capitalismo e imperialismo. Imán Jamil Abdulla Al-Amin no sólo merece la atención humanitaria de su salud, sino que debe ser liberado inmediatamente para que sea abrazado por su familia y por el movimiento que continúa siendo inspirado por su valor. Para exigir que tenga atención médica adecuada, debe comunicarse con ADX, 719-784-9464 y el Director Médico Newton E. Kendig, MD, Oficina de Prisiones, en nkendig@bop.gov.
¡Libertad para Jamil Al-Amin y todos los presos políticos!
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