Dos importantes acontecimientos que involucran al movimiento guerrillero colombiano han ocurrido esta semana: el cese al fuego durante el período de elecciones presidenciales y el acuerdo parcial sobre el 3er punto en la agenda de negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP.
Tregua guerrillera durante elecciones
Desde las montañas de Colombia se recibió el jueves 15 de mayo, un comunicado conjunto de los comandantes Nicolás Rodríguez del Ejército de Liberación Nacional y de Timoleón Jiménez, del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC–EP, anunciando un cese al fuego bilateral desde el 20 hasta el 28 de mayo.
La acción, publicada el jueves 15 de mayo, ha respondido al pedido de varios sectores populares como se expone en el mensaje: “Hoy con ocasión del próximo certamen electoral a la Presidencia de la República, muchas voces se levantan, con diversidad de argumentos, solicitándonos una nueva declaración de cese el fuego, con el ánimo que el clima político electoral, se caracterice por la mayor ausencia de perturbaciones”. (eln-voces.com)
Este cese cubre las acciones ofensivas de la guerrilla contra las fuerzas del estado y los objetivos económicos, no queriendo decir que no usará la fuerza si es necesario para defenderse si es atacada.
Sucia campaña electoral
Lo que parece un simple comunicado, es realmente un oasis en medio de la asquerosa campaña electoral por la presidencia de la república. Aunque hay cinco contrincantes, Marta Lucía Ramirez del Partido Conservador; Clara López del Polo Democrático; Enrique Peñalosa de la Alianza Verde; Óscar Iván Zuluaga del Centro Democrático y el actual presidente, Juan Manuel Santos de Unidad Nacional, hasta la fecha y según los sondeos, se disputan el cargo los últimos dos.
Y es entre estas dos candidaturas donde la campaña se ha reducido a vejámenes, acusaciones de corrupción y colaboración con el crimen, etc., brillando por su ausencia un debate sobre las verdaderas e inmensas necesidades del pueblo y las soluciones que darían a ellas de ganar cualquiera de los dos candidatos.
Zuluaga es el candidato del ex presidente paramilitar Álvaro Uribe, de quien el actual Presidente Santos, fuera su Ministro de Defensa. Es preciso en este momento recordar que fue bajo la dirección de Santos que se dio el crimen en Sucumbíos, donde la Fuerza Aérea Colombiana, con ayuda de Estados Unidos, bombardeó el campamento de las FARC-EP asesinando al líder fariano Raúl Reyes.
Zuluaga y Uribe están militantemente en contra de las actuales negociaciones de paz entre la insurgencia y el gobierno. Esto ha llegado al extremo de espiar al equipo de las FARC-EP en la Habana y por lo cual la Fiscalía ha sometido un caso en contra de un cercano colaborador de Zuluaga que también admitió el papel ilegal del Comando Sur de EUA en la escucha de las comunicaciones de las FARC.
Sin embargo, Santos, más interesado ahora como presidente en salvaguardar los intereses comerciales con las compañías transnacionales, se ha comprometido con las Negociaciones de Paz entre las FARC-EP y el gobierno. No porque realmente quiera una paz con justicia social, sino porque le interesa la “paz de los sepulcros” para que puedan operar sin problemas las compañías extranjeras. Su interés real ha sido silenciar para siempre la guerrilla y desmovilizarla.
Sin embargo, a pesar de que el presidente Santos habla de paz mientras arremete militarmente contra las fuerzas guerrilleras, el proceso de las negociaciones ha tomado una vida propia y ha forzado temas de interés nacional que nunca se habían debatido amplia y públicamente.
Acuerdo parcial del 3er punto en la agenda
Al celebrarse el 50º aniversario de las FARC-EP, se podría decir que este acuerdo parcial llega para celebrar su lucha de medio siglo. Aunque bajo las condiciones de las negociaciones que establecen que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”, este logro parcial es realmente una batalla ganada en la guerra por la paz.
Hay que recordar que las sugerencias y propuestas en estas negociaciones vienen no solo de las partes que se sientan en la mesa de la Habana, sino de las miles de personas que se comunican a través de asambleas celebradas en Colombia, por correos y a través de la página que las FARC-EP crearon para este propósito.
Este punto es sobre la “Solución al problema de las drogas ilícitas” que tanto ha afectado a ese país, pero cuyas repercusiones van más allá de sus fronteras. Como un “elefante en medio del salón” está el papel de los EUA, como promotor del narcotráfico por ser, entre otras cuestiones, el país con el mayor número de consumidores y donde se encuentra gran cantidad de los bancos que “blanquean” el dinero del narcotráfico.
Los 3 sub puntos son:
1. Programas de sustitución de cultivos de uso ilícito. Planes integrales de desarrollo con participación de las comunidades en el diseño, ejecución y evaluación de los programas de sustitución y recuperación ambiental de las áreas afectadas por dichos cultivos. 2. Programas de prevención del consumo y salud pública; y 3. Solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos.
Esto que al parecer son solo unos titulares, tienen un significado e impacto enormes. Directa e indirectamente involucra el desarrollo y propiedad de la tierra, lo que llega a la raíz misma de una de las causas principales del conflicto.
Implica la mejora de las condiciones de vida del campesinado, su capacidad de producir e intercambiar legalmente sus productos bajo condiciones seguras, con métodos sanitarios, por vías transitables. Su derecho a la vida. De conseguir los insumos necesarios. De librarse de los tóxicos como el glifosato de la Monsanto, usado para erradicar las plantas de coca. Significa la no penalización del uso tradicional y cultural de la coca para las comunidades indígenas.
También están envueltos en este punto los servicios de salud, la educación y prevención del uso de drogas y la penalización del paramilitarismo como principal narcotraficante, entre otros.
Ninguna de estas exigencias se hubieran acordado de no haberse comenzado estas negociaciones.
Ahora lo importante es que la comunidad internacional refuerce su apoyo y acompañamiento para que se continúen las negociaciones, se sigan incluyendo, sin penalidades por el estado, las voces populares y se exija la liberación de Simón Trinidad para que se incorpore a la mesa negociadora.
Trinidad se ha destacado en el pasado como un inteligente y diestro negociador y desde el principio sus camaradas han pedido que se le incorpore a la mesa. Este se encuentra desde hace 10 años en la prisión de Florence en el estado de Colorado en EUA. Su “juicio” celebrado en Washington, DC, estuvo repleto de falsedades, siendo condenado por la retención de 3 estadounidenses con los cuales nunca ni siquiera tuvo contacto; fue condenado simplemente por su conexión con las FARC. Simón Trinidad es, junto a Mumia Abu Jamal, Oscar López Rivera, Leonard Peltier, los Cinco Cubanos, Rusell Shoatz y las/os 9 de MOVE, otro de las muchas y muchos prisioneros políticos de los Estados Unidos de América.
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