Lucha de infra asalariadas/os y el nuevo movimiento obrero
Las huelgas a nivel nacional en Wendy’s, McDonald’s y Burger King son señal de que el movimiento obrero está pasando por el parto de una nueva fase de desarrollo.
Un cambio verdaderamente revolucionario en la composición social de la clase trabajadora a escala mundial incitará una transformación revolucionaria política e ideológica de las filas y el liderazgo de un nuevo movimiento de la clase trabajadora.
La nueva fase de la producción capitalista extraordinariamente globalizada y altamente avanzada tecnológicamente y su acompañante reorganización de la fuerza laboral mundial está empobreciendo a toda la clase trabajadora, eliminando los sectores mejor pagados de la clase obrera, y estableciendo las bases para que el liderazgo del movimiento obrero pase a las crecientes filas de las/os trabajadores oprimidos de bajos salarios — negras/os, otra gente de color, inmigrantes y mujeres.
El término “de salarios bajos” tiende a reducir el segmento más grande y sin duda el de mayor crecimiento de la clase trabajadora, a una categoría marginal. Esta noción errónea todavía satura algunos sectores del movimiento obrero, así como algunas fuerzas progresistas.
El movimiento de las/os trabajadores infra asalariados no ha alcanzado el nivel de ola de rebelión proletaria. El liderazgo del movimiento obrero organizado aún no ha asumido la necesidad de abrazar con entusiasmo a decenas de millones de trabajadoras/es súper-explotados y oprimidos.
Los cambios en el capitalismo están forzando a estos sindicatos a envolverse con capas cada vez más profundas de las/os trabajadoras/es de bajos salarios que consideraban prácticamente imposibles de organizar. De hecho, es sólo recientemente que los elementos más combativos del movimiento obrero, así como otras fuerzas progresistas, están empezando a tomar en serio el movimiento de las/os trabajadores de bajos salarios, y mucho menos ver en este desarrollo, el renacimiento de un movimiento más avanzado de la clase trabajadora.
Dada la desmoralización, el estancamiento y la parálisis que todavía tiene el movimiento obrero después de un largo período de derrotas que parecía interminable, el pesimismo de que nada puede revertir el declive del movimiento, está muy presente aún. La superación de ese pesimismo es uno de los grandes desafíos que enfrenta este nuevo proceso. El crecimiento del número de organizaciones obreras que no son sindicatos tradicionales es una señal del renacimiento del movimiento obrero.
Las huelgas de las/os trabajadoraes de bajos salarios están reintroduciendo a millones de trabajadores la posibilidad de la poderosa e infrautilizada arma que es la huelga general. Se podría concluir que el cambio más importante que la globalización capitalista y la tecnología han impuesto sobre la clase trabajadora, ha debilitado la capacidad de la clase obrera a organizarse y defenderse frente al capital.
Estos enormes cambios siguen devastando las condiciones sociales de toda la clase trabajadora. Pero estos cambios también han comenzado a romper todas las barreras que han ayudado a fomentar la ilusión de que los diferentes grupos de trabajadoras/es no sólo tienen diferentes intereses, sino intereses antagónicos dependiendo del país en que viven o su posición social basado en dónde trabajen.
Los cambios en el capitalismo, mientras empobrecen a secciones más amplias de la clase trabajadora mundial, especialmente en los EUA y Europa, han tendido a disminuir estas diferencias. Las crecientes crisis del capitalismo están empujando a la clase trabajadora en una dirección anti-capitalista y pro-socialista, y últimamente, revolucionaria.
En EUA, la idea de que el 99% necesita luchar contra el 1% — introducida por el movimiento Ocupar, aunque con defectos en algunos aspectos — ha señalado el comienzo de un cambio radical en la consciencia de las masas que no se veía en este país desde la década de los 30. El problema con la ecuación 99% es que oculta el racismo, la opresión nacional, la súper-opresión de las mujeres, inmigrantes, personas con discapacidades, jóvenes y la opresión experimentada por personas lgbt.
El concepto de 99% vs 1%, aunque imperfecto, es un llamado a la unidad de toda la clase contra el capitalismo en un país donde la ideología capitalista siempre se había declarado ganadora indiscutida y eterna en la lucha mundial entre el capitalismo y el socialismo.
Importancia de la solidaridad clasista
Una solidaridad de toda la clase significa que el movimiento obrero organizado, no solo el liderazgo, sino las/os miembros de base del sindicato deben hacer mucho más para ayudar a las/os trabajadores de bajos salarios a organizarse.
La mejor manera para los sindicatos defenderse de los ataques en su contra, de la eliminación de sus beneficios de salud, pensiones y todos los beneficios ganados por la clase trabajadora, es no ver sus luchas defensivas como separadas y aparte de la lucha de las/os trabajadores de comida rápida, de tienda, domésticas, jornaleros, taxistas, o trabajadoras/es de bajos ingresos por todas partes que están luchando para organizarse, sino más bien considerar sus luchas sindicales defensivas y la nueva lucha de las/os trabajadores de bajos salarios, como interdependientes.
Por ejemplo, las/os tres millones de miembros de América Trabaja de la AFL-CIO son llamados casi exclusivamente a votar o participar en la campaña electoral del Partido Demócrata. Imagínese si se movilizara sólo uno de cada 10 miembros para ayudar a las/os trabajadores de bajos salarios en sus campañas para organizarse.
Eso significaría más de 300.000 activistas piqueteando y participando en protestas en McDonald’s y en muchos otros lugares de trabajo en todo el país donde las/os trabajadores de bajos salarios se están organizando.
Dado el conservadurismo del liderazgo sindical actual esto no va a suceder pronto.
Entretanto, activistas y militantes progresistas y revolucionarias/os deben hacer lo posible para organizar solidaridad con las/os trabajadores de bajos salarios.
Cada vez que hay un acto consciente de solidaridad con estas/os trabajadores, una marcha por el derecho a un salario mínimo de $15/hora y un sindicato, se hace una gran diferencia.
Forjando un polo revolucionario
Ya se les llame moderadas, conservadoras, atadas al Partido Demócrata o sindicalismo de negocio, las fuerzas políticas que tienen influencia sobre el movimiento sindical en este momento desempeñan un papel contradictorio en el movimiento obrero. Trabajan por los derechos de las/os trabajadores que representan, pero su orientación política traiciona y des empodera a esas/os mismos trabajadores.
Más crucial es que, aunque lastime a las/os trabajadores a quienes han jurado representar, estas fuerzas moderadoras están comprometidas a asegurar que los sindicatos y la clase trabajadora se mantengan atados a los dos partidos capitalistas, en particular al Partido Demócrata.
Estas fuerzas creen que restringir el radicalismo, la militancia y la consciencia anti-capitalista de la clase trabajadora es una parte esencial de su trabajo, algo que les va a ser cada vez más difícil conseguir.
La mayor parte de las nuevas organizaciones que representan los intereses de las/os trabajadores — incluyendo los centros de trabajadores y varias campañas de organizar trabajadores de bajos salarios — no pueden ser verdaderamente independientes de las limitaciones ideológicas de la dirigencia sindical actual porque estas organizaciones dependen de los mismos líderes para su financiamiento.
El problema no es que los sindicatos estén financiando las nuevas organizaciones obreras. El problema es que los recursos vienen con las condiciones políticas restrictivas de las fuerzas moderadoras.
Estas limitaciones políticas sólo pueden ser reducidas con el crecimiento de la consciencia de clase revolucionaria y la ideología anticapitalista de la clase trabajadora, hecha definitivamente más poderosa con un polo revolucionario consciente e independiente en el movimiento de la clase trabajadora. Este polo existió una vez, hasta que las/os militantes socialistas y comunistas revolucionarios fueron expulsados del movimiento sindical durante la caza de brujas, obligados a ajustarse a las normas o a encubrir su política.
Al crecer la confianza y la militancia entre las/os trabajadores de bajos ingresos y se vuelva contagiosa, la base material para un polo revolucionario independiente se reforzará. ¿Tienen las/os revolucionarios la voluntad para hacer frente a las fuerzas moderadas y ayudar a forjar este polo?
Larry Holmes es primer secretario del Partido Mundo Obrero.