Las verdaderas armas de destrucción masiva
Durante las próximas semanas jefes de estado y ministros de relaciones exteriores de los depredadores países imperialistas y de las naciones en desarrollo tratando de defender su soberanía hablarán en el podio en las Naciones Unidas al reunirse la Asamblea General.
Los medios corporativos están llenos de especulaciones sobre lo que dirán representantes de Washington e Israel sobre el plan anunciado por Estados Unidos y Rusia y que acordó en principio el gobierno sirio, de que supuestamente se va a aplacar la crisis de guerra al entregar las reservas de gas venenoso a una agencia internacional.
¿Qué condiciones impondrá Estados Unidos a Siria? ¿Washington estará de acuerdo en poner fin a su apoyo a la oposición armada que sigue asolando el país? ¿Cómo afectará esto a la actitud de Estados Unidos hacia Irán? Irán ha sufrido bajo severas sanciones económicas desde hace años, supuestamente por haber desarrollado la capacidad de fabricar armas nucleares, pero recientemente ha manifestado su voluntad de discutir su programa nuclear.
Las palabras “armas de destrucción masiva” serán escuchadas muchas veces, lanzadas indignadamente contra Siria, Irán y otros países. Pero la característica más impresionante de este bombardeo de los medios de comunicación es que el tema de las armas nucleares de Estados Unidos e Israel nunca aparece.
Sólo un país en el mundo ha utilizado armas nucleares. Sólo dos bombas de Estados Unidos arrasaron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki y a cientos de miles de personas en ellas al final de la Segunda Guerra Mundial.
Este acto horrendo, cuando Japón estaba preparándose para rendirse, es ampliamente visto por los/as historiadores/as como el comienzo de la Guerra Fría contra la Unión Soviética y los/as comunistas chinos/as, quienes se habían hecho fuertes al luchar contra los invasores japoneses imperialistas y los brutales terratenientes de China y sus colaboradores capitalistas.
La Institución Brookings estima que el gobierno de los Estados Unidos, entre 1940 y 1996, gastó al menos $8,52 billones de dólares (millones de millones, valor actualizado) para desarrollar, probar y construir unas 70.000 armas nucleares.
La horrible destrucción causada por sólo dos de estas bombas ha forzado desde entonces a países que sabían que podrían estar en la mira del imperialismo, a contemplar la construcción de sus propios arsenales defensivos, a pesar de los enormes gastos requeridos.
Aún después de la caída de la URSS en 1991 y un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia para desmantelar sus armas nucleares, Estados Unidos desde 2010 sigue manteniendo más de 5.000 ojivas nucleares y las instalaciones para su construcción y diseño.
Israel es el único estado en el Medio Oriente que se sabe que posee armas nucleares. Ese país no lo confirma ni lo niega, pero no ha firmado el tratado de no proliferación nuclear por lo que no está obligado a permitir inspecciones.
Según el profesor Avner Cohen, del Instituto de Estudios Internacionales de Monterey, California, quien ha escrito dos libros sobre el arsenal nuclear de Israel, el tratado fue ratificado por Estados Unidos en un acuerdo de 1969, que aún permanece secreto, entre la primera ministra israelí Golda Meir y el presidente Richard Nixon, cuando Washington estuvo seguro de que Israel poseía bombas nucleares.
Cuando el técnico nuclear israelí Mordechai Vanunu filtró información sobre el programa a los medios de comunicación en 1986, fue secuestrado por agentes israelíes en Italia, llevado de vuelta a Israel para un juicio secreto, fue condenado y cumplió 18 años en la cárcel en su mayoría en confinamiento solitario. (¿”Y las armas nucleares de Israel”?, Washington Post, 31 de agosto, 2012)
Irán, por el contrario, firmó el tratado de no proliferación y ha accedido a inspecciones periódicas de sus instalaciones. Pero esto no es suficiente para los imperialistas.
Siempre hablando de paz, tanto Estados Unidos como Israel muchas veces han utilizado su formidable aparato militar para atacar a otros países que obstaculizan su agresivo expansionismo capitalista.
Estos son los hechos acerca de las verdaderas “armas de destrucción masiva” que amenazan al mundo hoy.