Editorial: El verdadero escándalo del IRS
Los políticos republicanos y los medios de comunicación reaccionarios se han unido a los ultraderechistas del Partido del Té en un ataque a gran escala contra el Servicio de Impuestos Internas (IRS por las siglas en inglés) y, por extensión, contra la administración de Barack Obama. En lugar de confrontar este ataque injustificado y sin fundamento directamente como se merece, los demócratas han cedido, forzando al IRS a pedir disculpas a los ricos ultraderechistas.
Esta es una lección que no debe perderse la clase obrera y las comunidades oprimidas aquí en los Estados Unidos que necesitan destruir la ofensiva de la derecha: con los demócratas no se puede contar para esa lucha.
En resumen, lo que consiste es que muchos grupos vinculados ideológicamente y en muchos casos organizacionalmente, a los fanáticos del Partido del Té, han solicitado exención de impuestos bajo la provisión dentro del código tributario conocida como “501(c)(4)”. La aceptación de la aplicación permite deducciones para contribuciones a estos grupos. Según la regla fiscal, el grupo exento de impuestos debe centrarse principalmente en el bienestar social. Éste, “no debe estar organizado con fines de lucro y deberá utilizarse exclusivamente para promover el bienestar social”.
Los grupos conectados al Partido de Té son todo lo contrario. Hacen todo lo posible por destruir y eliminar el bienestar social. Por ejemplo, atacan el Seguro Social y el Medicare, también los programas como cupones para alimentos y Medicaid. También intentan romper los sindicatos.
El Partido del Té entró en prominencia nacional a través de sus ataques desde la derecha al programa de cuidado médico de la administración de Obama en 2009-2010. Con importante apoyo financiero de los multimillonarios y pro-fascistas hermanos Koch y otros financiadores súper ricos, el Partido del Té y sus grupos aliados condujeron una campaña contra demócratas e incluso algunos republicanos que estos grupos consideraban demasiados “liberales”.
Estos reaccionarios súper ricos ahora quieren deducciones fiscales, mientras presionan y abogan por eliminar todos sus impuestos. Ni siquiera quieren pagar una cuota por el poder del estado que protege su propiedad privada.
Así que era perfectamente razonable y eficiente que la agencia de IRS que tenía la tarea de investigar la legitimidad de las solicitudes de 501(c)(4) seleccionara para investigar las que llevaban “Tea Party” o “Patriot” por nombres. Estos grupos que odian el “bienestar social” suelen ser impostores de acuerdo a las normas de los impuestos.
Como parte del aparato del gobierno, el IRS estaba haciendo su trabajo legal. En este caso trataba de evitar que un pequeño grupo de personas muy adineradas abusaran de una exención tributaria– abusándola para promover políticas ultra derechistas y cabildear en el Congreso.
Debemos señalar aquí que no son solamente las organizaciones más pequeñas del tipo Partido del Té que cometen fraude impunemente al no pagar impuestos por interferencia política abierta, sino también grupos gigantescos como el de Karl Rove, el Crossroads GPA, que recauda más de quinientos millones de dólares y empuja cada elección nacional hacia la derecha con su propaganda reaccionaria.
Si bien este reciente conflicto es entre facciones rivales de la clase gobernante, tiene un impacto en la clase trabajadora. Ni el Partido del Té, ni los Republicanos, ni los Demócratas representan los intereses de la clase trabajadora, pero está en el interés de la clase trabajadora el destrozar la ofensiva de la ultra derecha. La lección aquí es que en lugar de entrar en conflicto con los derechistas, la administración Obama y el Partido Demócrata en general han abandonado a los/as trabajadores/as del IRS dejándoles a merced del viento. Los demócratas también se han retirado de conflictos con la jerarquía militar sobre Afganistán, y han incumplido las promesas electorales de aumentar los derechos de los/as trabajadores/as a sindicalizarse.
Los/as trabajadores/as y las comunidades oprimidas deben organizarse independientemente del Partido Demócrata. No pueden confiarse en los funcionarios y representantes del Partido Demócrata para llevar a cabo una lucha contra la extrema derecha y los súper ricos. Esto debe hacerse en los lugares de trabajo, en las comunidades y en las calles.