El 23 de marzo marcó 600 días de la ocupación frente a la embajada estadounidense en Bogotá, Colombia, por un grupo de trabajadores de la industria automovilística que fueron despedidos. Los miembros de ASOTRECOL, la Asociación de Trabajadores y Ex Trabajadores de GM Colmotores, establecieron el campamento el 1 de agosto del 2011 para llamar la atención sobre los casos de más de 200 trabajadores que fueron despedidos después de haber sido lesionados en el trabajo.
Luego de que la General Motors clasificara sus condiciones como no relativas al trabajo, los trabajadores lesionados no pudieron cobrar la compensación debida. ASOTRECOL se enfocó en la Embajada por el papel jugado por el gobierno de Estados Unidos en el rescate financiero de la GM y su participación accionaria en el momento en que comenzó la ocupación.
Un año más tarde, un valiente grupo de trabajadores despedidos permanecía en las estructuras improvisadas, pero la gerencia de la planta colombiana de GM aún se negaba a reunirse con ellos. Trece trabajadores lanzaron una dramática huelga de hambre cosiéndose los labios. Esto hizo que la GM acordara reunirse. Se levantó la huelga de hambre, sólo para ser reanudada cuando la oferta final de la empresa no ofrecía el dinero suficiente ni para cubrir las cirugías que estos trabajadores necesitaban.
Poco tiempo después el presidente de ASOTRECOL, Jorge Parra, llegó a Detroit con la esperanza de reunirse con los ejecutivos corporativos de la GM. Para entonces los/as partidarios/as de los trabajadores en Detroit y Ann Arbor, Michigan, ya estaban protestando en las afueras de la sede mundial de la GM. Acciones en solidaridad con ASOTRECOL se estaban llevando a cabo en todo el país.
En octubre pasado, cuando parecía que [el sindicato de trabajadores automotrices de EE.UU.] el UAW trabajaría con la GM para llegar a un acuerdo, se suspendió la segunda huelga de hambre. Pero al no haber ningún adelanto, Parra reanudó la huelga de hambre el 22 de noviembre.
Los/as partidarios/as intensificaron los esfuerzos de solidaridad. En diciembre hicieron una vigilia frente a la casa de la vicepresidenta de Relaciones Laborales de la GM, Cathy Clegg. En enero, el horrible trato de la GM para con los trabajadores lesionados fue expuesto a los medios internacionales durante el Festival Internacional Norteamericano de Autos. Al estilo de Occupy Wall Street, hicieron uso del “mic check” dentro del auto show exigiendo que la GM negociase con Asotrecol. Estos esfuerzos se replicaron en los festivales de auto en Chicago y Portland, Oregón.
Después de 72 días, Parra terminó su tercera y heroica huelga de hambre.
Mientras estuvo en Detroit, Parra llegó a ser ampliamente reconocido y respetado. Habló a los/as miembros del UAW, estudiantes, organizaciones de derechos civiles, iglesias, activistas contra las retomas de viviendas y otros. Conmovió a los/as oyentes con su historia de los trabajadores que trabajan tan arduamente que quedan discapacitados antes de los 40 años y luego son despedidos sin ninguna fuente de ingreso porque no pueden producir ganancias para la GM.
El 2 de marzo, Parra regresó a Colombia para continuar la lucha allá. La resistencia en Bogotá y aquí ha tenido un impacto dentro de la planta. Finalmente, la GM está invirtiendo en nuevos equipos para reducir las lesiones ergonómicas. Los trabajadores lesionados han logrado mantener sus puestos de trabajo y están conduciendo a una campaña de organización para un nuevo sindicato dentro de la planta, que después de menos de un año cuenta con casi 200 miembros. Esto es en Colombia, el país más peligroso del mundo para los/as sindicalistas.
Trabajadores automotrices conectan las luchas
Un impulso agresivo para recaudar fondos en Detroit, que comenzó en diciembre con una colección fuera de la planta de Chrysler donde labora esta escritora, ha recaudado más de $7.000 para ayudar a las familias en los campamentos de Colombia y mantener ese símbolo de resistencia.
Muchos/as trabajadores/as automotrices asistieron a un evento de recaudación de fondos “Noche de Salsa” el 22 de marzo en la sala del UAW Seccional 909, que representa a los/as trabajadores/as de la planta de GM Powertrain. Los trabajadores/as automotrices de las seccionales 909, 140, 869, 412 y 600 del sindicato explicaron por qué la solidaridad con los trabajadores colombianos era importante para ellos/as. El presidente de la Seccional 909, Butch Barber, explicó por qué hizo la sala, que normalmente se alquila a un costo, disponible sin costo alguno para esta recaudación de fondos.
El Vicepresidente de los/as jubilados/as de la Seccional 909, que donó cientos de dólares a las familias en Bogotá, expresó cálidas palabras. El trabajador de la Chrysler y ex presidente de la Seccional 140, Melvin Thompson, describió su decisión de emprender una huelga de hambre de 23 días en solidaridad con Parra. El ex presidente de la Seccional 909, Frank Hammer condujo la plática. En una muestra de solidaridad entre comunidad y sindicatos, Debra Simmons del capítulo de la National Action Network, que está luchando contra la imposición de un director financiero de emergencia en Detroit, inició la recaudación de fondos.
Alex Wassell, un miembro de la Seccional 869 que fue despedido por la Chrysler después de organizar una protesta contra horarios de trabajo impopulares, hizo una conexión entre la lucha aquí y la lucha en Colombia. Wassell fue despedido después de haber sido citado en el periódico Detroit News sugiriendo que el horario conocido como “3-2-120” –bajo el cual los/as trabajadores/as laboran 10 horas diarias y fines de semana por un salario normal– podría afectar negativamente la moral y la calidad.
La empresa acusó a Wassell de haber violado un código de conducta por “participar en, alentar o aprobar la conducta que constituye o parece constituir un conflicto con los intereses de la empresa”. Las normas de la GM y Chrysler esencialmente prohíben la resistencia a las políticas que, en “el interés de la empresa”, ¡entren en conflicto con los intereses de los/as trabajadores/as!
Hay un gran disgusto generalizado por este escandaloso despido. Los/as partidarios/as de Wassell han llamado a la compañía en protesta. Los/as trabajadores/as de la planta están recaudando fondos y circulando peticiones para exigir que sea reintegrado. Los capítulos de Michigan de la Unión Americana de Libertades Civiles y el gremio nacional de abogados (National Lawyers Guild) han protestado contra la violación de la libertad de expresión.
Alrededor del mundo, sindicalistas enfrentan despedidos, encarcelamientos, torturas y hasta asesinato cuando se defienden contra sus patronos. La lucha global está uniendo a los/as trabajadores/as del mundo contra su común enemigo capitalista.
Grevatt es una trabajadora de Chrysler desde hace mucho tiempo y miembro de la United Auto Workers.
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