Contribución única de Ramsey Clark a los derechos humanos
Como subprocurador general de la División de Tierras en EE.UU., Ramsey Clark desempeñó un papel clave en la redacción de la Ley de los Derechos Civiles de 1964 y 1968 y la Ley sobre los Derechos Electorales de 1965.
En 1967, Clark fue ascendido a fiscal general, siendo el primero en pedir la abolición de la pena de muerte mientras estaba en ese puesto. Ordenó una moratoria de las ejecuciones federales.
En 1968, Clark rechazó otra solicitud por el director del FBI J. Edgar Hoover, para intervenir el teléfono del Dr. Martin Luther King Jr. Dos días más tarde, King fue asesinado. Durante los levantamientos que se produjeron, Clark amenazó con procesar al alcalde de Chicago, Richard Daley, si él utilizaba la orden de “disparar para matar” que había anunciado.
Clark facilitó un permiso para un campamento de 3.000 personas en la Plazoleta (Mall) de Washington, D.C., para protestar contra la pobreza. El proyecto había sido organizado por la Campaña del Pueblo Pobre del Dr. King y se llevó a cabo después de su asesinato.
Más tarde ese año, Clark se opuso a la detención preventiva en preparación de la Convención Demócrata de 1968 en Chicago. Calificó de “escandaloso” la acusación de Bobby Seale, líder del Partido Panteras Negras como parte del juicio de los Chicago 8.
Él y Roy Wilkins investigaron el ataque de la policía que mató a Fred Hampton, el vicepresidente del Partido Panteras Negras de Illinois.
Mientras era fiscal general, muchas personas instaron a Clark a dimitir en protesta por la guerra de Vietnam. Pero dice Clark, “creía en todas las causas en las que estuve involucrado, que [renunciar] habría defraudado a mucha gente”.
En 1972, varios años después de dejar el cargo, Clark viajó a la República Democrática de Vietnam. Antes de irse les dijo a los asistentes a una Convención del NAACP (Asociación Nacional de Personas de Color) que “Martin Luther King me dijo una vez que la guerra de Vietnam era una cuestión de derechos civiles. Entonces no podía aceptarlo, pero ahora sé que tenía razón”.
Como abogado civil, Clark representó a la población indígena de Alaska en sus reclamos de tierras contra el gobierno federal. Enseñó un curso en la Universidad Howard llamado “La ley como un instrumento efectivo de cambio social”.
El gobierno federal amenazó con procesar a Clark después de que él viajara a Irán en 1980 durante la crisis de los retenidos. También había estado en Irán durante el período previo a la revolución que derrocó el régimen brutal del Sha Mohammad Reza Pahlavi.
El 16 de abril de 1986, aviones de combate despegaron de Lockerbie, Escocia y atacaron Trípoli mientras que portaaviones bombardeaban Benghazi, en Libia. Clark presentó demandas contra los gobiernos estadounidense y británico. También se opuso al reciente derrocamiento asistido por los EE.UU. del gobierno libio.
Clark ha viajado a Cuba y ha exigido el fin del brutal bloqueo económico de los EE.UU. Lideró delegaciones a Cuba que llevaron medicamentos que escaseaban allí. Ha clamado por la liberación de los Cinco Cubanos, un grupo de hombres que vinieron a los Estados Unidos para detener las provocaciones contra la isla de los contrarrevolucionarios cubanos exiliados.
Clark fue parte del llamado de solidaridad con Cuba que resultó en una asamblea histórica organizada por el Centro de Acción Internacional (CAI) en 1992. Más de 5.000 personas asistieron al evento en la ciudad de Nueva York.
EE.UU. fuera del Medio Oriente
En 1990, Clark ayudó a formar la Coalición Nacional para Detener la Intervención de Estados Unidos en el Medio Oriente. Viajó a Irak en una delegación con el boxeador Muhammad Alí y otros, luego regresó a Irak en febrero de 1991, mientras EE.UU. llevaba a cabo 3.000 bombardeos al día contra ese país.
En 1992, Clark convocó la Comisión de Investigación para un Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra. El informe que resultó llamó a la formación de una organización para organizar contra las intervenciones estadounidenses. El resultado fue la fundación del Centro de Acción Internacional en 1992. En los años siguientes, Clark lideró tres grandes delegaciones a Irak para llevar medicamentos que se necesitaban allí urgentemente.
Clark ha liderado la campaña internacional del CAI para prohibir el uso de uranio disminuido, un arma tóxica radioactiva que ha sido implicada en el Síndrome de Guerra del Golfo y en el aumento de cánceres en Irak. El uranio disminuido es también un problema en Vieques, Puerto Rico, donde esas armas fueron ampliamente probadas.
Después de los ataques del 11 de septiembre del 2001, Clark lideró manifestaciones para detener la preparación para la guerra contra Afganistán. Jugó un papel decisivo en la conducción de las protestas masivas organizadas por la Coalición ANSWER, de la cual el CAI fue miembro fundador, en contra de la llamada “guerra contra el terror”.
Durante 30 años, Clark fue el abogado en los Estados Unidos de la Organización para la Liberación de Palestina. En 2011 lideró una delegación de solidaridad a Gaza.
Misiones de solidaridad
Una y otra vez, Clark ha subido a un avión para mostrar su solidaridad con los pueblos que han sido objetivo del Pentágono, ya sea Granada, Yugoslavia o Siria. Ha liderado delegaciones investigativas del CAI a Colombia; a Chiapas, México para reunirse con los/as Zapatistas; dos veces fue a Yugoslavia durante los bombardeos de EE.UU. /OTAN; y a Sudán después de que EE.UU. bombardeara una fábrica farmacéutica en ese país.
Durante la guerra de Ronald Reagan/CIA contra el gobierno sandinista, Clark encabezó una delegación a Nicaragua. Clark y Miguel d’Escoto Brockmann, el canciller nicaragüense durante los años 1979 a 1990, se hicieron colegas en la lucha para detener a los contras anticomunistas, un ejército proxy financiado por los EE.UU., y sus escuadrones de muerte.
Clark apoyó al Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) en la lucha de El Salvador por la independencia en contra de una junta militar respaldada por Washington. Ha viajado a Venezuela donde se reunió con el presidente Hugo Chávez y realizó visitas a Bolivia y Ecuador.
Clark ha apoyado la reunificación de Corea y ha estado involucrado en la defensa de José María Sisón, un líder en el exilio de la lucha filipina. Recientemente, Clark testificó en tres juicios contra las guerras de aviones teledirigidos cerca de las bases militares en los EE.UU. desde las cuales operan las misiones de aviones de guerra sin pilotos.
En 2008, a Clark le fue otorgado el Premio de las Naciones Unidas en el Campo de Derechos Humanos. n