Lansing, Michigan, 11 de diciembre – Mientras la Policía Estatal rociaba con gas-pimienta a los/as trabajadores/as que protestaban, el gobernador Rick Snyder de Michigan no perdió tiempo hoy en convertir en ley dos proyectos de ley que los sindicatos llaman “leyes de derecho a trabajar por menos”.
En un estado que históricamente ha sido un bastión del movimiento obrero organizado, la legislación saliente fue una declaración de guerra por el multimillonario gobernador y por una legislatura republicana de derecha no sólo en contra de los sindicatos de este Estado, sino contra toda la clase trabajadora estadounidense.
Los proyectos de ley se aprobaron a pesar de la protesta por más de 17.000 trabajadores/as y personas de la comunidad. La consigna “Trabajadores unidos jamás serán vencidos”, se hizo eco en la Rotonda del Capitolio aún cuando la policía dispersaba a los/as trabajadores/as que protestaban, muchos/as de ellos/as desempleados/as. Una pancarta que decía “Huelga General para hacer retroceder el right-to-work’” atrajo mucho interés, al igual que miles de volantes titulados:
“Derroquemos el “right-to-work’: Sí, podemos”. El Rev. Jesse Jackson convocó a un paro de un día y una marcha en Washington, DC. [N.T.: ‘right-to-work’, en español ‘derecho al trabajo’ son legislaciones que están diseñadas para destruir los sindicatos al prohibir las cuotas a éstos.]
Snyder es odiado por muchos/as trabajadores/as y comunidades oprimidas alrededor de Michigan. El 6 de diciembre, cuando la legislatura votó por primera vez, cientos de trabajadores/as irrumpieron en las salas de audiencias gritando “Right-to-work has got to go!” (El derecho al trabajo se tiene que terminar) y se negaron a salir.
Agentes de la policía cerraron las entradas a la sala. Cuando más trabajadores/as y sus partidarios/as intentaron entrar, la policía los/as roció con gas-pimienta y arrestó a algunos/as. La acción de la policía alimentó la ira en todo el estado, por lo que miles se movilizaron para una manifestación de fuerza aún mayor.
En el marco de la legislación “derecho al trabajo”, los/as empleados/as ya no estarían obligados/as a afiliarse a un sindicato cuando uno exista, ni a pagar las cuotas automáticamente a una unidad de negociación colectiva. La incapacidad de los sindicatos de reunir las cuotas por servicio de todos los salarios de los/as trabajadores/as hace que sea mucho más difícil luchar por los derechos, beneficios y proyectos sociales que todos/as los/as trabajadores/as del lugar del trabajo tendrían, ya paguen o no.
Uno de los sindicatos más grandes de la industria automotriz, Sección 600 del Sindicato de Trabajadores Automovilísticos Unidos en Dearborn, Michigan, llevó a cabo una capacitación de desobediencia civil el 8 de diciembre. La Asociación de Enfermeras/os de Michigan también asistió a estas sesiones, y obtuvo el apoyo de la Unión de Empleados/as de Servicios, la Federación Americana de Empleados/as Estatales, del Condado y Municipales (AFSCME), y otras organizaciones de trabajadores/as.
Dawn Kettinger de la Asociación de Enfermeras/os de Michigan dijo: “Vamos a estar allí [el 11 de diciembre] por todos/as los/as trabajadores/as y todas las personas que se preocupan por Michigan”. Algunos/as trabajadores/as se colocarán cinta adhesiva sobre la boca como símbolo del impacto de la legislación. “Eso es lo que la ley del derecho al trabajo hará si pasa — va a silenciar a los/as trabajadores/as”, dijo Kettinger. (Detroit News, 9 de diciembre)
En los días previos a la manifestación del 11 de diciembre en el Capitolio, otras manifestaciones tuvieron lugar en varias partes del estado. El 9 de diciembre el sindicato SEIU dirigió acciones fuera de Oakland Mall, un centro comercial de lujo justo al norte de Detroit en Troy, Michigan.
Ilana Alazzeh, miembro de una coalición estatal llamada Somos Michigan, dijo: “Nuestros políticos están siendo influenciados por los grupos de presión corporativos y están debilitando nuestras familias y están suprimiendo nuestras voces al dividirnos”. El grupo cantó parodias de canciones navideñas. (Detroit News, 10 de diciembre)
El verdadero impacto del “derecho al trabajo”
Al firmar la legislación, el gobernador Snyder hizo que Michigan se hiciera el 24to estado en los EE.UU. en tener leyes de “derecho al trabajo”. Aunque Snyder le ha dicho varias veces a los medios corporativos que la legislación creará puestos de trabajo en uno de los estados más afectados por la crisis económica, los hechos dicen lo contrario.
En general los/as trabajadores/as en los estados de derecho al trabajo tienen salarios más bajos y muchos menos beneficios. Las tasas de pobreza son más altas en estos estados, mientras que el desempleo y el subempleo siguen siendo significativos. (Economic Policy Institute, febrero de 2011)
En un artículo el 6 de febrero en American Prospect, Abby Rapoport cita una investigación de Gordon Lafer y Sylvia Allegretto del Economic Policy Institute (Instituto de Políticas Económicas). “No hay evidencia de que las leyes de derecho al trabajo tengan algún impacto positivo sobre el empleo o la recuperación de empleos industriales”, escribe Rapoport. “Mientras que 23 estados tienen leyes de derecho al trabajo, Lafer dice que para juzgar de manera adecuada el impacto de la ley en la economía actual, hay que mirar a los estados que aprobaron la ley después de que los EE.UU. adoptara el Trato de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN) y el libre comercio en general. “Solo dos estados, Oklahoma e Indiana, han pasado legislaciones del derecho al trabajo desde 2001”.
Rapoport continúa: “En lugar de aumentar las oportunidades de empleo, el estado vio el traslado de empresas fuera de Oklahoma. En industrias de alta tecnología y en aquellos sectores de servicios que “dependen del gasto del consumidor en la economía local” parece que las leyes de hecho han dañado el crecimiento. Al fin de la década, 50.000 residentes menos de Oklahoma tenían empleos en la manufactura. Y aún peor, Lafer y Allegretto no pudieron encontrar ninguna evidencia de que la legislación tuviera algún impacto positivo sobre las tasas de empleo”.
Parte de un programa económico más amplio
El intento de imponer la legislación del derecho al trabajo en Michigan es parte de una estrategia más amplia cuya meta es destruir los sindicatos y reducir los salarios y beneficios de los/as trabajadores/as. A nivel nacional, las negociaciones en torno al llamado “abismo fiscal” están realmente diseñadas para recortar los programas sociales y reducir aún más los fondos federales para proyectos del sector público.
Durante la sesión del Congreso en Michigan, otras legislaciones pendientes incluían restricciones en el cuidado de salud de las mujeres, esfuerzos para fragmentar los distritos de las escuelas públicas por todo el estado y aumentar el número de escuelas “charter” a través de una Autoridad de Logro Educacional. [N.T.: Escuelas charter son escuelas subcontratadas por el Departamento de Educación Pública]
Bajo el pretexto de que impulsará la inversión y creará puestos de trabajo, otro proyecto de ley eliminaría los impuestos sobre la propiedad que pagan las empresas. Estos ingresos son necesarios para que las comunidades locales puedan mantener los servicios públicos básicos como el transporte, la luz y la educación.
Una ley de manejo de emergencias está pautada para reorganizarse después de que la Ley Pública 4, conocida popularmente como “la ley del dictador”, fuera rechazada en las elecciones del 6 de noviembre. Esta ley quitaría toda la autoridad de los gobiernos y distritos locales para acelerar el pago del servicio de deudas a las instituciones financieras. La ley, implementada ahora por la renovada Ley Pública 72, es mayormente usada en las municipalidades mayormente afro-americanas.
Esos ataques contra la clase trabajadora y los/as oprimidos/as nacionalmente, están siendo implementados por todo el país y de hecho por todo el mundo. La crisis capitalista mundial está llevando a las clases dominantes a hacer recortes aún más grandes en los salarios reales y los beneficios sociales de los/as trabajadores en sus vanos intentos por mantener un sistema moribundo de explotación y represión.
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