¿Cuánto vale la vida de los/as trabajadores/as bajo el capitalismo global? Una vez más, trabajadores/as bangladesís de prendas de vestir han sido sacrificados/as en el altar de las ganancias capitalistas.
Un infierno de llamas se extendió por la fábrica Tazrin Fashion en Ashulia Savar en las afueras de Dhaka, la capital, el 24 de noviembre en lo que posiblemente fue el peor incendio industrial en la historia del país. Los medios de comunicación locales informaron que al menos 120 personas murieron, en su mayoría mujeres. Cientos resultaron heridos/as.
Dos días más tarde, miles de indignados/as trabajadores/as bangladesís y sus partidarios/as exigían justicia mientras marchaban a través de Savar. Bloquearon calles, lanzaron piedras a las fábricas, rompieron vehículos y bloquearon una carretera principal. Más de 500 fábricas se vieron obligadas a cerrar cuando las protestas aumentaron y se hicieron más militantes.
Esta terrible tragedia podría haber sido evitada si se hubieran aplicado medidas de seguridad. La mayoría de los/as que perecieron quedó atrapada dentro de la planta de varios pisos, donde no había escaleras o salidas de emergencia hacia fuera. Las salidas y las puertas estaban bloqueadas. Los gerentes impidieron que los/as trabajadores/as abandonaran sus puestos de trabajo. Al menos 12 personas murieron cuando saltaron para escapar de las llamas.
Las plantas de fabricación de ropa son lugares de trabajo notoriamente peligrosos. Desde 2006, más de 500 trabajadores/as bangladesís han muerto y miles más han resultado heridos/as en numerosos incendios en fábricas de ropa, dice el grupo Campaña por Ropa Limpia (Clean Clothes Campaign) que aboga contra la explotación de trabajadores/as en fábricas de ropa.
Hay más de 4.000 fábricas de ropa en el país, con 3.5 millones de trabajadores/as. Muchos lugares de trabajo no se ajustan a las normas básicas de seguridad las cuáles han sido promulgadas sólo debido a las demandas de los sindicatos laborales.
La Federación Nacional de Trabajadores/as de la Ropa, la cual lucha por estos/as trabajadores/as y trata de impedir estas catástrofes, dice que los propietarios de las fábricas rutinariamente ignoran las normas de seguridad en la industria de la ropa. Así también lo hacen muchos funcionarios del gobierno, porque un gran número tiene inversiones en estos negocios.
La confección de prendas de vestir es la mayor industria del país, que es el segundo exportador más grande de ropa en el mundo. La economía de Bangladesh obtiene $20 miles de millones al año por la venta de ropa en el exterior, principalmente a empresas estadounidenses y europeas, incluyendo a Walmart, JC Penney y H & M. La Tazrin Fashion es propiedad del Grupo Tuba que exporta mercancías a IKEA, Walmart y Carrefour. Li & Fung de Hong Kong compra prendas de Tazrin para Walmart.
Los ejecutivos de Walmart son evasivos al hablar sobre si Tazrin producía mercancías para ellos. Sin embargo, los principales medios de comunicación — con pruebas fotográficas — informan que “documentos y logos” encontrados en los restos del fuego mostraron que prendas fabricadas en la planta llevaban la marca “Faded Glory” de Walmart.
Walmart es el mayor comprador de prendas de vestir de Bangladesh porque ese país ofrece los menores costos en mano de obra. Es el empleador privado más grande del mundo, notoriamente antisindical, que niega a sus trabajadores/as en todas partes salarios dignos, buenas condiciones de trabajo y derecho a organizarse.
Los capitalistas globales lloran lágrimas de cocodrilo
¿Quién es el culpable de este desastre? Los propietarios de la empresa son directamente responsables, al buscar maximizar sus ganancias mientras desvaloran la vida de su propia fuerza de trabajo. Sin embargo, las empresas transnacionales que compran mercancías a Tazrin y a otras fábricas no pueden ser desprovistas de responsabilidad. Los sindicatos y los/as trabajadores/as de Bangladesh las critican severamente por hacer caso omiso de las medidas básicas de seguridad en las plantas que suministran sus tiendas.
Aunque los capitalistas a nivel global lloran lágrimas de cocodrilo cuando ocurre un desastre y mueren trabajadores/as, no insisten en que los propietarios de las empresas de ropa o que la entidad de los fabricantes, la Asociación de Exportadores de Prendas de Vestir de Bangladesh tomen medidas preventivas cruciales. De hecho, los imperialistas ven a los/as trabajadores/as sólo como un medio para lograr súper-ganancias al pagarles salarios bajos y negarse a financiar las mejoras en las condiciones de trabajo, incluyendo aquellas que podrían resultar en salvar vidas. Si un/a trabajador/a muere, puede ser remplazado/a, dicen los patronos corporativos.
Son sólo los/as trabajadores/as, sus sindicatos y sus aliados quienes luchan por las condiciones seguras de trabajo. Este año, 350 fábricas de ropa cerca de Dhaka cerraron por una semana cuando los/as trabajadores/as exigieron mejores y seguras condiciones de trabajo y aumentos de salario.
Sin embargo, son los capitalistas quienes son los responsables por estas muertes innecesarias de trabajadores/as, otra poderosa razón por la cual este sistema brutal debe ser remplazado por el socialismo, el cual antepone la vida humana y tira el motivo de ganancias al cesto de basura inservible de la historia.
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