América Latina opone al golpe de estado en Paraguay
Por Berta Joubert-Ceci
Otro golpe de estado derechista ha derrocado a un Presidente elegido democráticamente en Latinoamérica. Tres años después del golpe de estado en Honduras que depuso al presidente Manuel Zelaya en junio del 2009, las mismas fuerzas han derrocado al presidente Fernando Lugo en Paraguay.
Estas fuerzas reaccionarias incluyen a la oligarquía en Paraguay, junto a las empresas transnacionales mayoritariamente las basadas en Estados Unidos y a la embajada de Estados Unidos, que existe para servir a estas corporaciones.
En un increíblemente rápido ritmo de acontecimientos, la legislatura paraguaya, compuesta mayoritariamente de opositores derechistas de Lugo, votó el 21 de junio para realizar un juicio político contra Lugo en el Senado. El Presidente tuvo sólo dos horas para preparar su defensa.
Al día siguiente el Senado destituyó a Lugo. Su vicepresidente, Federico Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico, quien se había vuelto contra Lugo, fue juramentado como Presidente.
¿Que provocó que este rápido procedimiento?
Las fuerzas opositoras a la Presidencia de Lugo han trabajado incesantemente para sacarlo desde que asumió el poder el 15 de agosto de 2008. Finalmente, encontraron un momento oportuno para proceder. Muchos analistas en Paraguay y de afuera afirman que los reaccionarios perpetraron un incidente con el fin de eliminarlo.
El 15 de junio, once campesinos y seis policías fueron asesinados y muchos otros campesinos quedaron heridos cuando la policía intervino en su contra mientras ocupaban una finca administrada por el hombre más rico de Paraguay, Blas N. Riquelme. Los/as campesinos/as habían ocupado la tierra durante casi tres semanas, protestando por la falta de tierras cultivables para pequeños agricultores.
Paraguay tiene una población de poco más de 6 millones de personas.
El comercio de carnes y la agricultura son los motores de su economía. Según OXFAM.org, el 2,6 por ciento de la población es dueña del 85,5 por ciento de las tierras cultivables, mientras que más de 250.000 campesinos/as no tienen acceso a la tierra.
Paraguay también es un paraíso para las corporaciones transnacionales y los ricos por sus leyes de bajos impuestos que les benefician.
Riquelme es propietario de tierras que le fueron cedidas ilegalmente durante la violenta dictadura de Alfredo Stroessner, durante los años 1954-1989. Riquelme era parte del entonces gobernante Partido Colorado. Desde el 2010 el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y Tierras ha reclamado esa misma tierra con el fin de incluirla en el Plan de Reforma Agraria.
Es una práctica común de los terratenientes ricos en Latinoamérica el contratar mercenarios armados. Los campesinos dicen que Riquelme contrató a matones fuertemente armados para disparar contra ellos y disparar también a la policía. Curiosamente, uno de los policías muertos era el hermano del jefe de la seguridad de Lugo.
La policía afirma que los campesinos estaban armados con fuertes armas y le tendió una emboscada a la policía. Esto queda descartado, especialmente porque sólo fueron encontrados en el sitio machetes y escopetas rústicas pertenecientes a los campesinos.
Lugo, con el apoyo de la OEA, estaba preparando una investigación del terrible incidente. Despidió al ministro del Interior Carlos Filizzola y al jefe de la policía Paulino Rojas. Esto sin embargo, no fue suficiente para la oposición, quien acusó a Lugo de ser responsable de la masacre.
Los otros tres cargos contra Lugo exponen el carácter político de la destitución: Lugo fue acusado de permitir un evento socialista con banderas con la imagen del Che Guevara en un cuartel militar; alentar ocupaciones de tierras contra los terratenientes y poner en peligro la seguridad de los/as ciudadanos/as por no luchar contra la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo.
Contradicciones de la administración de Lugo
Lugo ganó con el 41 por ciento de los votos en el 2008 con una alianza de diferentes organizaciones y partidos que en general representan fuerzas de centro-izquierda, en su mayoría socialdemócratas. Estaban agrupadas bajo la bandera de la Alianza Patriótica Para el Cambio. Incluso el partido del presidente Franco, el Partido Liberal Radical Auténtico inicialmente formaba parte de esta alianza.
En un país con una fuerte oligarquía vinculada a los agronegocios transnacionales y con una historia de dictadura fascista, el movimiento progresista tenía enormes dificultades. Cientos de progresistas habían estado en el exilio durante muchos años debido a la represión política. Y las fuerzas que apoyaban a Lugo estaban divididas.
Los defensores más fuertes de Lugo no están en Asunción la capital, sino en las zonas rurales. El Congreso está dominado por la oposición de derecha. La oligarquía era y sigue siendo, el poder real tanto en el poder judicial como en la mayoría de las otras instituciones del Gobierno, y por supuesto, controla la economía.
El único poder real con el que Lugo podía contar era el pueblo, especialmente el campesinado. Sin embargo, en su empeño de apaciguar a la derecha, Lugo hizo demasiadas concesiones, lo que hizo disminuir su apoyo entre las masas y entre algunos partidos, incluyendo el Partido Comunista de Paraguay.
El que Lugo hiciera estas concesiones fue un error fundamental que ha demostrado ser desastroso. Él incluso aprobó una ley antiterrorista promovida por Estados Unidos después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. Pero el ala derecha y el imperialismo nunca están satisfechos con meras concesiones. Como dijo el Che, “Al imperialismo, ni un tantito así”.
A pesar de las concesiones, Lugo fue capaz de hacer algunas reformas positivas. Estas incluían la medicina gratuita para el pueblo, las subvenciones para 20.000 familias que viven en extrema pobreza y desayuno y almuerzo en el sistema escolar público.
Según un informe de Wikileaks, la Embajada de Estados Unidos sabía de las posibilidades de un golpe de Estado contra Lugo ya en 2009. El informe muestra que el entonces vicepresidente Franco hablaba con el embajador de Estados Unidos sobre la posibilidad de un golpe de estado y de su desacuerdo con Lugo. (elintransigente.com, 25 de junio)
En otra concesión a la derecha, Lugo nombró a Rubén Candia, del Partido Colorado para substituir a Filizzola como Ministro del Interior después de la masacre del 15 de junio. Candia fue ministro de justicia bajo el presidente derechista Nicanor Duarte (2003-2008).
En el artículo “Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo” publicado en rebelión.org, el periodista político paraguayo y autor del libro “Los Herederos de Stroessner” Idilio Méndez Grimaldi, escribió que “Candia es acusado de haber promovido la represión a dirigentes de organizaciones campesinas y de movimientos populares. Su nominación a Fiscal General del Estado en el 2005 fue aprobada por el entonces embajador de los Estados Unidos, John F. Keen. Candia fue responsable de un mayor control por parte de USAID del Ministerio Público y fue acusado en los inicios de su gobierno por Fernando Lugo de conspirar en su contra para quitarlo del gobierno”.
La gigante transnacional Monsanto de EE.UU. está implicada en los acontecimientos de Paraguay. Monsanto quería introducir una semilla transgénica para uso comercial en el país. Pero bajo la administración de Lugo, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE) se negó a aprobar su uso.
Los oligarcas derechistas favorecen la diseminación de las semillas de Monsanto, mientras que el campesinado se ha manifestado en su contra. La Unión de Gremios de Producción, un grupo de terratenientes vinculado a Monsanto, estaba preparando una manifestación para el 25 de junio contra Lugo en beneficio del gigante transnacional y la “liberalización” de sus semillas transgénicas. Obviamente, no necesitan esa protesta ahora.
Diplomacia internacional en ambos lados
El Departamento de Estado de EE.UU. exhortó al pueblo paraguayo a mantener la calma. La Alemania imperialista y el Papa enviaron representantes para saludar a Franco en su primer día en la Presidencia.
Pero países latinoamericanos como los regímenes pro-EE.UU. de Chile, México, Panamá y Colombia han expresado su preocupación sobre la ilegalidad de la rapidez del juicio contra Lugo.
Los países de la ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas) han lanzado fuertes condenas y no reconocen al nuevo gobierno.
Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador y muchos otros países han retirado a sus embajadores. A partir del 25 de junio, Venezuela dijo que recortaría la exportación de petróleo a Paraguay. Los/as Cancilleres que asistían a la conferencia de Río + 20 en Brasil fueron a Paraguay en un esfuerzo por negociar con el Senado paraguayo durante la audiencia, pero no fueron bien recibidos.
El secretario general de la OEA José Miguel Insulza, también fue a Paraguay, pero los golpistas descartaron sus esfuerzos de mediación. El Senado paraguayo ha sido la única oposición a la entrada de Venezuela al Mercosur desde que se propuso por primera vez. Y ahora el Mercosur ha prohibido que el nuevo gobierno paraguayo asista a su próxima reunión cumbre en Argentina.
La UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas), una entidad regional de comercio y coordinación aún más amplia, cuya actual presidencia pro témpore la tenía Paraguay, no reconoce al nuevo gobierno. Esta asociación internacional transferirá la presidencia a Perú, donde se reunirán el 27 de junio. El 26 de junio, también se reunirán los Cancilleres de la OEA.
Los países de la UNASUR y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), en una alianza que promueve la integración independientemente de sus diferentes corrientes políticas, han estado trabajando duramente para depender más en sus asociaciones y menos en los Estados Unidos.
El impacto de su respuesta crea problemas para Franco. El comercio y las relaciones con sus vecinos son importantes para la economía y la salud de Paraguay.
Resistencia del pueblo paraguayo
A pesar del fracaso de la administración de Lugo en implementar programas cruciales, especialmente una fuerte reforma agraria, que le había costado apoyo entre las masas, el campesinado está defendiendo el proceso por el que votó en 2008.
Éste es un signo de estos tiempos. Aunque un individuo pueda ser importante, no es la persona en la oficina presidencial la fuerza principal detrás de los cambios progresistas. Los movimientos populares, su resistencia y su decisión por cambiar su destino frente a la opresión imperialista es lo que marca este nuevo siglo en Latinoamérica.
Las fuerzas paraguayas se están reagrupando y formando el Frente Nacional por la Defensa de la Democracia, el cual se reunió el 25 de junio para planificar un rumbo de acción. Celebró una conferencia de prensa con Lugo después de la reunión para anunciar sus acciones: iniciar movilizaciones el 26 de junio a nivel nacional con la intención de eventualmente converger en Asunción; distribuir volantes informativos; tener una presencia en las calles y plazas; organizar eventos, etc. También creó una página en el internet: www.paraguayresiste.com.
Ya en varias partes de Paraguay se han levantado barricadas o han tomado otras acciones. Los/as trabajadores/as de la Televisión Pública Nacional, que fue invadida por las fuerzas del nuevo gobierno que cerró la producción, han creado un “Micrófono Abierto” en la calle donde el pueblo puede hablar sobre la situación del país.
El sitio de internet www.desdeparaguay.com/tvpublica puede ser visto directamente, donde se dan testimonios conmovedores, incluyendo el de Lugo. Recuerda los primeros días del golpe de estado hondureño contra el presidente Zelaya. Hasta una de las consignas populares de Honduras se repite aquí: “Si éste no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está?”.
El pueblo de Paraguay tiene la inmensa solidaridad de movimientos progresistas del mundo. Las declaraciones de solidaridad se reciben constantemente a través del internet.
¡El pueblo vencerá!
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