Entrevista con Cacica panameña
Pueblo indígena en Panamá defiende sus recursos
Por Berta Joubert-Ceci
Aunque ausente en los medios de comunicación de Estados Unidos, en Centroamérica se está gestando una lucha en contra de los intereses de empresas estadounidenses. Una mujer indígena, la Cacica Silvia Carrera, está liderando esta lucha.
El 11 de septiembre pasado, Carrera fue elegida por voto popular como cacica de la Comarca Ngäbe-Buglé, la nación indígena más grande de Panamá, ubicada en la costa noroeste, cerca de Costa Rica. La comarca Ngäbe-Buglé es la más extensa de las cinco comarcas indígenas de Panamá.
Antecedentes del conflicto
La lucha actual es el resultado del último de una serie de ataques contra los pueblos indígenas de Panamá. Se trata de los planes del gobierno para explotar minas de cobre y establecer plantas de energía hidroeléctrica para beneficiar sobre todo a las empresas transnacionales a expensas del medioambiente, la tierra y la supervivencia de las 200.000 personas Ngäbe-Buglé que habitan en la región.
En el 2010, el derechista presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, un aliado de EE.UU., aprobó una “reforma” que modificó más de 60 artículos de la Carta Orgánica Administrativa del Congreso General Ngäbe-Buglé, para efectivamente aniquilar la autonomía política de este pueblo.
Y hace un año, Martinelli propuso a la Asamblea Nacional una reforma de la Ley de Minas con el fin de arrendar a intereses extranjeros, una extensa mina de cobre, Cerro Colorado, que se encuentra en territorio Ngäbe. El pueblo Ngäbe-Buglé, con el apoyo de la mayoría de los movimientos sociales de Panamá, defendió su autonomía en febrero del 2011 bloqueando la carretera Panamericana. Desafiando una terrible represión por el Estado que costó varias vidas, la nación Ngäbe-Buglé prevaleció, obligando al gobierno a un acuerdo que prohíbe la explotación minera y los proyectos hidroeléctricos en la Comarca.
Pero esta victoria fue efímera. Como es habitual, el gobierno rompió su palabra y una vez más el pueblo Ngäbe-Buglé se levantó. Durante seis días bloquearon la carretera Panamericana para obligar al gobierno a sentarse a la mesa y negociar, pero el 5 de febrero Martinelli ordenó de nuevo violencia policial en contra de miles de residentes que estaban bloqueando la carretera, matando a dos personas, hiriendo a decenas y deteniendo a muchas.
Esta lucha es crucial no sólo para los pueblos indígenas de Panamá, sino para todo el pueblo pobre y trabajador. Esta lucha por la autodeterminación y en contra de la opresión nacional es también una lucha contra el capitalismo y el imperialismo con todos sus crímenes.
Entrevista con la Cacica Silvia Carrera
Tarde en la noche del sábado, Workers World/Mundo Obrero tuvo el privilegio de conversar durante una hora con la Cacica Carrera. La Cacica se mostró muy interesada en la difusión de la lucha de su pueblo a la comunidad internacional, a pesar de haber tenido un día con reuniones continuas y lo avanzado de la hora.
Carrera había salido de una reunión en la Oficina de las Naciones Unidas en la Ciudad de Panamá, donde dijo que el intento de restablecer las negociaciones con el Gobierno a través de la mediación de la ONU y otros, al parecer comenzó fructíferamente. Dos días antes, a través de una conferencia de prensa, ella hizo dos demandas centrales al Gobierno: celebrar reuniones en un lugar neutral y que el mismo presidente Martinelli, con un equipo nuevo, sea parte del diálogo.
Esta mujer, dignidad personificada, ha enfrentado constantes humillaciones por el Gobierno y sus medios corporativos de comunicación. Habla claramente y sin ambigüedades, mostrando una persistencia a través de todas sus acciones, de su visión de justicia e igualdad para su pueblo y por ende, para todos/as los/as panameños/as.
Al preguntarle sobre el propósito de la reunión, ella dijo: “Tuvimos que llamar al mediador y a la relatora de la ONU, porque el gobierno no se había pronunciado. Nada más que salió [el gobierno] con que el diálogo es importante, y tenía que hacerse pero no dijo más nada. Estábamos preocupados y tuve que llamar al mediador y la observadora de la mesa, y entonces les solicitamos qué mensaje tenía el gobierno y ellos dijeron que tampoco sabían. Le planteamos esa solicitud y dijeron que podían apoyar que el diálogo fuera en la ONU, en su oficina en Ciudad de Panamá. Llamaron al gobierno y aceptó. Fue hoy y por eso nos trasladamos allá”.
“… Lo único que se pudo hacer fue ponerse de acuerdo en formar dos mesas [de diálogo]“. “Una donde se va a discutir sobre el Artículo 5, que se trajo a la mesa de diálogo porque el pueblo se tuvo que manifestar para que se eliminara….el pueblo solicitaba no explotación minera dentro de la comarca y áreas anexas y comunidades adyacentes”. “La otra es sobre la hidroeléctrica que está en construcción”.
Martinelli rehúsa cancelar la planta hidroeléctrica, afirmando que beneficiará al pueblo de Panamá. Sobre esto Carrera comentó: “es porque hay interés del gobierno en este recurso, entonces el gobierno decía que cancelar la hidroeléctrica sería condenar al país. Y no es así. Mira, ahorita mismo la generación eléctrica que sabemos que hay 1.700 mega watts, y ¿tú sabes qué es lo que se usa? Solamente 1.200. Y los 500 que quedan en reserva, entonces, eso lo venden a otros países. Por eso el gobierno tiene interés, y hay un sinnúmero de hidroeléctricas en construcción. En Panamá, tan chiquito, está lleno de hidroeléctricas”.
“Igualmente la minería; así que no es necesario para el país. Para estas empresas, la vida del ser humano no tiene protección, el día 5 [de febrero] hubo 2 muertos y muchos heridos graves que todavía están en el hospital, que el gobierno no ha dado cuenta. Y el gobierno se mantiene firme, porque tiene interés en esos recursos”.
WW/MO preguntó a la Cacica sobre un mapa que ella había puesto en su cuenta de Twitter que refleja los tres proyectos de energía hidroeléctrica cuya cancelación exige el pueblo Ngäbe-Buglé. “Muchos de los empresarios vienen de afuera, de EE.UU., hondureños, canadienses, de diferentes países. Y con el gobierno de aquí, son un grupito, como 10 personas”.
Una de las plantas está operada por la empresa AES Changuinola S.A. Su sitio en el Internet muestra que es parte de “las operaciones en Latinoamérica de la Corporación AES, una de las empresas de energía global más grande en el mundo”, y se jacta de que “La Corporación AES es una compañía global de energía con el negocio de generación y distribución” que utiliza “nuestra amplia gama de fuentes de combustible renovable y térmico” para proveer energía a 27 países a través de la fuerza laboral de 27.000 personas. (www.aes.com)
El gobierno de EE.UU. dice que “Panamá es una de las economías que está creciendo más rápidamente en Latinoamérica, expandiéndose un 6,2 por ciento en 2010, con semejante crecimiento anual pronosticado hasta el 2015.” (www.ustr.gov)
La expansión de esta economía, sin embargo, no está beneficiando a la mayoría de la población, y mucho menos a los pueblos indígenas. Las cifras del gobierno muestran que un 84,2 por ciento de la población indígena en Panamá vive debajo del nivel de pobreza. Para los Ngäbe-Buglé, el pueblo más pobre, la tasa de pobreza es aún más alta.
Pobreza, educación, y cuidado de salud
La Cacica Carrera habló sobre las condiciones sociales: “El gobierno le dice a otros países que aquí anda bien pero no es así. Los millones [de dólares] que entran son sólo para unos cuantos grupitos”. “Todo ha subido, es caro, la canasta básica ha subido, …. Ahora estamos confrontando graves problemas aquí en Panamá”.
“La educación, el gobierno la ha privatizado. No hay libertad para las instituciones, todo está condicionado. Aquí se habla de billones y billones, pero la población Ngäbe-Buglé no se ha beneficiado directamente”. “A los niños Ngäbe-Buglé se les tiene discriminados, no saben hablar en el idioma castellano, y por ello no tiene oportunidades. Porque si los niños no saben hablar bien el español, no aprenden nada, y por tanto no tienen derecho a nada. Aunque se les de beca universal, diferentes becas. Pero si los niños no saben hablar, no las pueden aprovechar. Y es por la distancia, por la falta de escuelas en la comarca; los niños tienen que caminar 4 ó 5 horas, y si tienen que cruzar el río, y el río está hondo, entonces ellos no pueden. Así que los que no pueden completar [estudios], no tienen derecho a nada”.
“Hay índices de mortalidad infantil y por parto muy altos. Aquí en la comarca no tenemos centros de salud. Hay que caminar 3, 4 ó 5 días si se está enfermo, para llegar a un centro de salud. En el centro de salud no hay ni siquiera una pastilla para un dolor de cabeza, aquí en Panamá se usa mucho el acetaminofén, y ni eso hay. No hay nada”.
Cuando WW/MO preguntó sobre el papel de la mujer, ella contestó: “La mujer está en todo. Si hay una reunión de la escuela, de la educación, los que llegan son más mujeres. Igual en la manifestación, pura mujeres. En todas las luchas siempre está la mujer junto con el hombre. El papel de la mujer es estar constantemente en la lucha”.
Nota: Para la entrevista entera, visite Mundo Obrero en MundoObrero.org ó escriba a [email protected]
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