Mundo Obrero
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SEGUNDA PARTE

Las contradicciones en el capitalismo

A continuación se presentan extractos de una charla dada por Richard Kossally, miembro de Workers World Party/Partido Mundo Obrero durante un foro del mismo en Nueva York el 3 de febrero.

Anarquía está incorporada en la producción capitalista

Es necesario que los capitalistas rebajen el precio del producto con el fin de socavar a sus competidores. Pero al bajar los precios, tienen que producirse y venderse muchos artículos más para que el capitalista pueda mantener o aumentar sus ganancias. Pronto la producción supera el consumo, ya que la competencia eventualmente conlleva a que haya más productos en el mercado que lo que se puede vender obteniendo ganancias.

Si el capitalista tiene más artículos que lo que puede venderse de manera rentable, entonces, las fábricas se cierran y los trabajadores son despedidos dejándoles inactivos y sin ingresos. No pueden comprar los productos que han producido. Entonces hay un estancamiento prolongado hasta que baja la saturación del mercado, el exceso de los productos es finalmente vendido, y la producción se recupera. Este estado de sobreproducción es el resultado de lo que nosotros, los comunistas, nos referimos cuando decimos que hay anarquía en la producción.

El capitalista calcula de forma muy precisa la cantidad de materia prima y la maquinaria que son necesarias y cuántos trabajadores hay que explotar con el fin de tener una cantidad dada de producto final; pero no tienen un plan general para satisfacer las necesidades de la sociedad. Sus únicos objetivos son el lucro y la supervivencia.

La competencia que acabó con el modo de producción feudal se ha convertido en competencia entre capitalistas. Esta competencia se intensifica y los más débiles siempre están bajo amenaza de ruina. Ésta, sin embargo, no es el tipo de ruina que los trabajadores enfrentan. Una empresa capitalista puede ser absorbida por una empresa más fuerte o tiene que cerrar e invertir su capital en otro lugar. En cualquier caso, la ruina del capitalista no merece ni una lágrima del trabajador.

El sistema en sí es inestable. Estos capitalistas que compiten entre sí, están impulsados por una ley fundamental del capitalismo — expandir o morir. En un momento de estancamiento prolongado los capitalistas más fuertes absorben a los más débiles. El sufrimiento de los trabajadores se intensifica. Como dice Engels, “A la masa de los trabajadores les falta los medios de subsistencia, ya que han producido demasiado medios de subsistencia”.

La guerra no es uno de los inventos del capitalismo, pero bajo el capitalismo, los instrumentos de guerra se han revolucionado a tal grado que no se hubiera imaginado antes de que la producción fuera socializada. Hoy, un solo dispositivo puede matar a más personas que las que murieron en guerras enteras en los períodos anteriores. Los gobiernos capitalistas no son tímidos a la hora de emplear sus armas. Ellos están en pie de guerra permanentemente.

Capitalismo engendra monopolio

Los capitalistas que sobreviven estas crisis cíclicas y emergen vencedores son menos en número pero más grandes y más fuertes — monstruos que explotan más aún la fuerza de trabajo de los obreros. Así es como la anarquía de la producción en la sociedad capitalista conduce al monopolio. Hoy en día, la clase capitalista, a través de unos cientos de bancos, corporaciones y otras instituciones, controla el comercio a nivel mundial.

En búsqueda de mercados y recursos, los capitalistas han demostrado que harían cualquier cosa. Como en las palabras de un famoso Señor Dunning citado por Marx, “Asegúresele un 10 por 100 y acudirá a donde sea; un 20 por 100, y se sentirá ya animado; con un 50 por 100, positivamente temerario; al 100 por 100, es capaz de saltar por encima de todas las leyes humanas; el 300 por 100, y no hay crimen a que no se arriesgue, aunque arrostre el patíbulo”.

En estos días, sin embargo, la horca o cualquier otro castigo es poco probable para el capitalista. Después de todo, es su sistema y, como tal, está diseñado para servirles. El rápido avance de la capacidad productiva del mundo con los medios de producción principalmente en las manos de la clase capitalista ha concentrado tanta riqueza en manos de los capitalistas que ya es una obscenidad.

El capitalismo era una dialéctica inevitable en la evolución de la sociedad humana. Los anteriores sistemas sociales se desarrollaron lentamente. El capitalismo ha desarrollado los medios de producción muy rápidamente, pero en un tiempo relativamente corto ha sobrepasado la utilidad que algún día tuvo. El capitalismo no puede absorber las masas desempleadas de trabajadores. Ha llegado a un punto donde ahora hay una nueva situación: Vivimos en la era de la recuperación sin empleos.

Las contradicciones fundamentales de la producción capitalista dan lugar a otras graves contradicciones. Estas contradicciones del capitalismo son inherentes al propio sistema: La competencia capitalista conduce inevitablemente a la crisis. Estas contradicciones no pueden ser eliminadas dentro de los límites del sistema capitalista. Se presentan de forma independiente, fuera de la voluntad y el control de los propios capitalistas.

Sistema irracional crea sus propios sepultureros

El capitalismo no es un sistema racional. Los capitalistas no tienen ninguna función necesaria en la sociedad actual y son responsables de casi todos los problemas de la sociedad. Las atrocidades cometidas contra el planeta en su búsqueda desenfrenada de riquezas son alucinantes. La búsqueda de petróleo y gas natural, sin un estudio previo o medidas de precaución contra los posibles riesgos es una de las más perjudiciales. El mismo aire que respiramos y el agua que bebemos, dos de los elementos esenciales que sustentan la vida, han sido envenenados por los capitalistas. Es una contradicción increíble que la competencia capitalista los haga tan temerarios que puedan causar una reducción en la calidad del agua que bebemos y el aire que respiramos.

Mi contradicción favorita de este terrible sistema es la siguiente: Al revolucionar incesantemente los medios de producción, la comunicación y el comercio, los capitalistas han creado un proletariado mundial masivo. Esta clase, nuestra clase, será su perdición. Ellos han creado sus propios sepultureros. La tarea histórica del proletariado es la abolición del capitalismo y la construcción del socialismo.

Si pensamos racionalmente, el aumento en la productividad del trabajo no debería crear miseria para los productores, ni la productividad debería conducir a la escasez. La abundancia no debería ser fuente de angustia y de miseria. Sin embargo, mientras el producto social de la clase obrera sea robado por la clase capitalista, la sociedad no podrá avanzar de manera significativa.

Ningún país hasta ahora ha logrado aún el objetivo del socialismo, pero los que lo han intentado, y los que aspiran a la construcción socialista de la sociedad tienen más que comprobado que una economía planificada es lo que los pueblos del mundo necesitan. Una importante lección aprendida por el intento de tomar el poder del estado por la Comuna de París en 1871, es que el capitalista debe ser erradicado. Tiene que haber un cambio revolucionario y no ha habido una revolución sin un partido revolucionario. ¡Bienvenidos a Workers World/Mundo Obrero! n


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