Lucha interior del Partido en China
El modelo Chongqing vs. Guangdong
PART 3
Por Fred Goldstein
La expulsión de Bo Xilai como Secretario del Partido Comunista de Chongqing llega en un momento de intensificación de las contradicciones, las presiones y los antagonismos en China. Refleja tres décadas de un avance constante del modo de producción capitalista y una peligrosa erosión del marco socialista establecido por la gran Revolución China de 1949.
El liderazgo del partido comunista chino está colmado de conflictos. Por un lado están las presiones de las crecientes clases capitalista y media en China, así como de los bancos imperialistas, representados por el Banco Mundial. Por otro lado está el creciente descontento de millones de obreros/as y campesinos/as.
Además, a medida que crece el sector estatal de la economía, se expande también el lado capitalista. El capital se expande automáticamente a través de la acumulación de ganancias. El sector estatal, sin embargo, se expande como un asunto de política consciente y el crecimiento absoluto de la economía. Su crecimiento refleja la magnitud de las tareas que los bancos estatales y las empresas están llamadas a realizar.
La lucha por controlar el desarrollo planificado de la sociedad manteniendo soberanía sobre la economía China inevitablemente choca con el crecimiento de las contradicciones internas del desarrollo capitalista y la influencia infecciosa del capital financiero global.
Los líderes del PCC están intentando planificar ferrocarriles de alta velocidad, comunicaciones avanzadas, hospitales, centros de salud y ayuda para el desarrollo rural a fin de cerrar la brecha entre el altamente desarrollado este y el subdesarrollado oeste. Están introduciendo tecnología más ecológica y otras industrias estratégicas a la vez que mejoran el sistema de seguridad social para las 1.300 millones de personas. Al mismo tiempo, tienen que preocuparse por el desarrollo de la inflación, las burbujas inmobiliarias, la crisis económica capitalista mundial, el aumento de la desigualdad en las riquezas y el clamor de los elementos burgueses para que se hagan reformas “democráticas”, lo que sería un canal para la organización política abierta de la clase capitalista y sus partidarios de la clase media.
Al madurar estas contradicciones y antagonismos, la cuestión de cuál será la manera de avanzar en China se torna cada vez más apremiante.
Chongqing versus Guangdong
En el período reciente, han surgido diferencias en el liderazgo en la controversia sobre el llamado modelo de Chongqing versus el modelo de Guangdong. Bo Xilai ha sido identificado con el modelo de Chongqing, que ha estado bajo intenso fuego desde su derrocamiento.
Chongqing es el municipio más grande de China y quizás del mundo. Tiene una población de 33 millones de habitantes y se encuentra en el interior occidental de China. Es uno de los cuatro municipios gobernados centralmente en China; los otros son Beijing, Shanghai y Tianjin. Tiene un área rural de 23 millones de campesinos/as y una población urbana de 10 millones de habitantes. Millones de agricultores/as son empleados/as como trabajadores/as migrantes en la ciudad.
Guangdong es la provincia más grande de China, con 104 millones de personas. Un tercio de la población, 36 millones, son trabajadores/as migrantes. Está en la costa oriental y es el sitio del delta del río Perla, donde el giro hacia las reformas de mercado y la “apertura” permitieron por vez primera el establecimiento de zonas económicas especiales. Capitalistas extranjeros de los países imperialistas, así como de Hong Kong, Taiwán y Corea del sur invierten fuertemente allí y han creado una gran industria de manufactura con bajos salarios orientada hacia las exportaciones.
Bo Xilai se convirtió en secretario del partido de Chongqing en 2007. Inició una política de acentuar el papel dominante del Estado en la economía junto con el mercado capitalista. Bajo su régimen, la mitad del presupuesto de Chongqing se gastaba en la atención de salud, vivienda, pensiones, educación y otros servicios públicos. (¿”Uno o dos modelos chinos”? Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Centro de Asia, noviembre de 2011) Alrededor del 87 por ciento de su reciente crecimiento fue en el sector estatal.
El Gobierno se ha comprometido construir 800.000 unidades de viviendas a bajo costo con alquileres en un 40 por ciento por debajo de las tasas del mercado y un límite de bajos ingresos para la elegibilidad. (Bloomberg Businessweek, 22 de marzo) Los apartamentos pueden pasar a ser propiedad después de cinco años, pero no se pueden poner en el mercado. Las unidades se construyen en el centro de la ciudad, cerca de las viviendas de ingresos más altos para evitar la formación de guetos.
El Gobierno de Chongqing también dedica 300 millones de yuanes (47,6 millones de dólares) para educación, salud y vivienda en la zona rural. Además, ha desarrollado una política para permitir y alentar a la población rural emigrar a la ciudad, pero al mismo tiempo equilibra con una política para desarrollar nuevas áreas agrícolas. En el sistema de China llamado “hukou” de permisos de residencia, todo el mundo tiene un hukou rural o un hukou urbano. Los/as residentes urbanos/as tienen derecho a prestaciones sociales como salud y educación a precios subsidiados por el Gobierno.
Chongqing fue la primera ciudad en China en desarrollar este programa de transición de rural a urbano. Su objetivo era permitir a 10 millones de agricultores/as obtener permisos urbanos. (“Bo Xilai y el modelo Chongqing”, Instituto del Asia oriental, Vol. 1, Nº 3)
’Cultura roja’ frente a más ‘apertura’
Políticamente, Bo inició lo que él llamó “cultura roja”. Esto incluía alentar y organizar el canto de canciones de la época de Mao e interpretaciones de óperas de la época de la Revolución Cultural. Puso fin a los anuncios comerciales en las estaciones locales de televisión, remplazándolos con lecturas maoístas y otras lecturas e interpretaciones. Enviaba consignas de Mao a los/as usuarios/as de teléfonos celulares en la ciudad. Y llevó a un grupo de 1.000 cantantes a Beijing para cantar canciones maoístas.
Bo recomendaba que estudiantes y trabajadores/as del Gobierno pasaran tiempo en las zonas rurales para que adquirieran experiencia sobre la vida de las masas.
Bo inició una ofensiva contra los mafiosos y los funcionarios corruptos del partido y del gobierno. E inició esto con un llamado a las masas para que enviaran “cartas de denuncia”.
El modelo de Guangdong por otro lado, enfatiza el mercado capitalista como la fuerza dominante en el desarrollo. Shenzhen es la ciudad que Deng Xiaoping visitó en 1992 cuando declaró la “apertura” de China a la inversión extranjera. Fue la primera zona económica especial. Desde entonces la provincia ha sido conocida como el área donde el mercado capitalista prevalece sobre la planificación y las empresas del Estado.
El actual secretario del partido en Guangdong, Wang Yang, fue nombrado en 2007. Había estado en Chongqing, pero Bo Xilai tomó su lugar. Wang ha defendido abiertamente la superioridad del mercado capitalista al asignar recursos. Ha seguido una política de “gobierno pequeño”. (Wall Street Journal, 14 de marzo) La política de Wang es de más “apertura” y “reformas”.
Guangdong ha sido el sitio de numerosas huelgas y rebeliones de trabajadores/as. Más de 200 huelgas tuvieron lugar en el delta del Río Perla el año pasado, comenzando en mayo con los/as trabajadores/as de la Honda cerca de Guangzhou. (The Economist, 26 de noviembre de 2011)
Wang predica democracia, pero la orientación de clase de su democracia fue ilustrada por una elección local experimental que autorizó en la ciudad de Dudan en septiembre del año pasado. Según The Economist, menos de 7.000 habitantes locales les fue permitido votar, mientras que fueron privados de su derecho a votar 60.000 trabajadores/as súper explotados/as que habían llegado desde otras provincias.
’PIB rojo’
Antes de que Bo fuera expulsado, él y Wang eran candidatos al Comité Permanente de nueve miembros del buró político del PCC. Hubo una lucha abierta entre ellos. Bo planteaba un “PIB rojo”, es decir, que el desarrollo económico debía estar subordinado al bienestar de las masas. Sus diferencias surgieron públicamente en una famosa polémica encerrada en una analogía llamada “cortando el pastel”. El “pastel” era una metáfora para el PIB, la producción total de bienes y servicios del país.
El 10 de julio del año pasado, Bo dijo que una “partición mejor del pastel” tiene prioridad sobre “hacer el pastel más grande”. Al día siguiente Wang respondió que “para hacer el pastel más grande, todavía debemos concentrarnos en el desarrollo económico”. En otras palabras, que superar la desigualdad tiene menor prioridad que la producción y las ganancias. (“Bo Xilai y Wang Yang: ¿líderes futuros de China?” Jeffrey Hays, factsanddetails.com, actualizado en marzo de 2012)
La izquierda política en China ha apoyado la causa de Bo y tenía grandes esperanzas para su ascenso al Comité Permanente. A raíz de su destitución, muchos sitios de izquierda en el Internet fueron cerrados durante un mes. La lucha está envuelta en secreto, y es muy difícil para las masas o revolucionarios/as y progresistas dentro de China, así como de fuera, obtener cualquier tipo de imagen precisa.
Pero está claro que las fuerzas de Bo que favorecen al modelo de Chongqing están orientadas a obstaculizar más incursiones del capitalismo en China e invertirlo, si es posible. Las fuerzas que apoyan a Wang y al modelo de Guangdong quieren ampliar el camino capitalista.
Bloque de centro-derecha contra Bo
La tarea inmediata en la lucha actual es hacer retroceder la derecha y la contrarrevolución. Sin embargo, al alinease contra Bo, el centro del partido está en un bloque con la derecha. El centro está temeroso de la reactivación maoísta y una atmósfera izquierdista. El temor es que esto podría fusionarse con las masas descontentas y tomar la forma de no solo una lucha económica contra la desigualdad, sino una lucha política en contra del camino capitalista. (El año pasado China reportó 180.000 “incidentes”: protestas, huelgas y rebeliones.) Pero el ala derecha es contrarrevolucionaria y quiere llevar al poder a la clase capitalista.
La verdad es que el modelo de Chongqing, aunque sin duda es preferible al capitalismo del libre mercado y lo reaccionario del modelo de Guangdong, es solo una medida provisional en el mejor de los casos. Todavía conserva al mercado capitalista como fuerza significativa. Y el capital crece a través de la acumulación de ganancias. Además, 93 de las corporaciones globales de Fortune 500 están operando en Chongqing.
Revivir la cultura maoísta es un paso en la dirección correcta. La lucha contra la desigualdad también es un paso en la dirección correcta. Pero lo que es más importante es revivir el espíritu de lucha de los/as trabajadores/as que fue propugnado y dirigido por Mao.
El modelo de la Revolución Cultural
Antes de que Bo fuera expulsado, el primer ministro Wen Jiabao atacó a Bo y advirtió sobre los “horrores de la Revolución Cultural”. ¿Cuáles fueron precisamente estos “horrores”? La esencia de la Revolución Cultural era movilizar y capacitar a los/as trabajadores/as para que pudieran dirigir la sociedad socialista, en el espíritu de la Comuna de París. El objetivo era expulsar a los funcionarios privilegiados de sus cómodas posiciones de autoridad y establecer una dictadura revolucionaria bajo la autoridad directa del proletariado. Desde luego, se cometieron excesos durante ese período. Pero los excesos no fueron la esencia del proyecto. La esencia era el intento de “asaltar los cielos” como Marx se refirió a la meta de los comuneros de París. La esencia era que los/as trabajadores/as chinos/as gobernaran directamente y tomaran su destino en sus propias manos. Ninguna difamación de la Revolución Cultural puede borrar estos buenos propósitos.
Nadie puede suponer por un momento que esto sea lo que esté sucediendo ahora. Pero todo el mundo en China que apoya a la clase trabajadora y el marxismo debe estar preguntándose: ¿cuál es el camino para recuperar el proyecto del pasado? ¿Cómo pueden los/as trabajadores/as y el campesinado chino volver al modelo socialista que una vez tuvieron?
Deng Xiaoping y sus descendientes políticos en China justificaron su programa llamado “socialismo de mercado” basándose en que China necesitaba del mercado capitalista y la tecnología capitalista para desarrollarse. Dejando a un lado la validez de esa aseveración, el hecho es que China se ha desarrollado enormemente. Ahora es la segunda economía más grande del mundo. La clase obrera ha pasado de 30 millones a más de 450 millones. China está compitiendo con el imperialismo en el campo de la tecnología de vanguardia.
Toda justificación de la necesidad del capitalismo para seguir desarrollándose se ha visto socavada por los avances económicos de China. Los intereses de los/as trabajadores/as han sido sacrificados/as despiadadamente al contraponerlos a la necesidad del desarrollo. La tarea ahora es encontrar el camino de regreso. Cuando se buscan modelos para retornar China al camino socialista, el camino de la Revolución Cultural es un camino glorioso. No es necesario conservar el mismo nombre o hacer una copia del original. Lo más importante es revivir su esencia revolucionaria.
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