¿Por qué los sindicatos apoyan al movimiento OWS?
Por G. Dunkel Nueva York
Casi todos los principales sindicatos nacionales - excepto en la industria de la construcción - y la AFL-CIO han respaldado Ocupar Wall Street. Pero lo más importante es que en las grandes ciudades han ofrecido un importante apoyo organizativo, financiero y político a este movimiento.
Nueva York, donde OWS se inició hace más de un mes, no sólo es la capital financiera del poder económico dominante del mundo, sino que también es la ciudad de los EE.UU. con el mayor porcentaje de trabajadores/as sindicalizados/as. Por la respuesta de los/as miembros de los sindicatos, está claro que este llamado tiene un amplio apoyo.
El apoyo sindical más grande fue el 5 de octubre cuando más de 30.000 personas – trabajadores/as del transporte y la comunicación, maestros/as y profesores/as con sus estudiantes, trabajadores/as de la salud y organizaciones de la comunidad - marcharon desde Foley Square, justo al norte de la Alcaldía, hasta el Parque Zuccotti/Plaza de la Libertad.
Incluso el sindicato de maestros/as del estado de NY, el New York State United Teachers (NYSUT) trajo dos autobuses desde Albany, en un viaje de más de tres horas. Las delegaciones de la Unión de Trabajadores de la Comunicación, (CWA), que está en una lucha amarga contra Verizon, marchó con OWS en Nueva York y San Francisco. Verizon ha acumulado más de $20 mil millones en ganancias en los últimos cinco años.
El CWA suspendió sus dos semanas de huelga en contra de las operaciones de línea fija y FiOS de Verizon a mitad de agosto, cuando la empresa accedió a volver a la mesa de negociaciones. Desde entonces ha habido un poco de progreso pero la compañía sigue insistiendo en grandes recortes de los beneficios, en jubilación y en atención médica para obtener así aún mayores ganancias.
La noche del 13 al 14 octubre mostró la profundidad del apoyo del movimiento sindical para el OWS. La ciudad estaba amenazando con usar la excusa de que era necesario “limpiar” Zuccotti Park para proteger la salud pública y la seguridad. Esta “limpieza” hubiera significado el desalojo de los/as manifestantes.
Tan pronto se conoció la noticia, la AFL-CIO hizo un llamado, junto con muchos otros sindicatos y organizaciones progresistas, para acudir y mostrar su solidaridad con los/as manifestantes.
Este fue un acto rápido sin precedente por parte de la AFL-CIO, poniéndose en una situación que no podía controlar y que contenía un elemento de confrontación con el poder del Estado. El llamado de la AFL-CIO dio un espacio para que los sindicatos locales de Nueva York le pidieran a sus miembros que si era posible, se presentaran inmediatamente en la Plaza de la Libertad para estar con los/as manifestantes.
La movilización fue un éxito y la ciudad pospuso el desalojo.
Leyendo los endosos de los sindicatos extraído del Occupied Wall Street Journal, (8 de octubre), y algunos publicados en el internet como los de la United Auto Workers y la Unión de Empleados de Servicios, el amplio acuerdo político entre los sindicatos y el movimiento OWS se vuelve más claro. Ambos se oponen a la codicia y las manipulaciones políticas que los banqueros de Wall Street y los administradores de fondos de inversión libre (hedge funds) utilizan para crear auges económicos - con las resultantes caídas.
Estos colapsos crean enormes pérdidas para los/as trabajadores/as que los sindicatos representan; se destruyen puestos de trabajo, viviendas, atención médica, educación y transporte público. Las ganancias y el poder de Wall Street sin embargo, fueron y siguen siendo sostenidas y mantenidas con miles de millones de dólares en rescates del gobierno. ¡“Los bancos consiguieron rescates! ¡Nosotros fuimos traicionados”! es una consigna frecuente en las marchas del OWS.
Algunas corrientes del movimiento OWS se están moviendo en una dirección anticapitalista que muchos sindicatos quizás no compartan todavía, pero aún hay un acuerdo político general.
El UAW envió muchos miembros a la marcha del 5 de octubre y tuvo un contingente de 50 a 100 miembros en la protesta del 15 de octubre contra los bancos llamada por el Comité Enfoque Sindical del OWS de Nueva York. Su respaldo no fue sólo una formalidad.
Mientras la fuerte lucha del CWA con Verizon ha influido claramente en el apoyo del sindicato para OWS, la importancia del conflicto entre el estado de Nueva York y sus sindicatos de servicios públicos ha sido amortiguada.
El gobernador Andrew Cuomo, un demócrata, ha alegado que para mantener a los ricos en el estado de Nueva York, tiene que dejar que expire un recargo de impuestos que de lo contrario traería 5 mil millones de dólares el año próximo. Dado el mandato constitucional de Nueva York para equilibrar el presupuesto del estado, él decidió llenar ese vacío con recortes de servicio y exigencias en los contratos impuestos a los/as trabajadores/as estatales.
El sindicato mayor del estado es la Asociación de Empleados de Servicio Civil (CSEA por las siglas en inglés), Local 1000 de la Federación Americana de Empleados del Estado, Condado y Municipio (AFSCME). Es uno de los endosantes del OWS. CSEA, bajo la amenaza de despidos masivos, acordó un contrato de cinco años que dicta tres años de cero aumentos salariales y luego dos años con aumentos de sólo un 2 por ciento, además de 13 días sin trabajo ni sueldo y mayores costos por atención médica pagados por los/as trabajadores/as. Los/as trabajadores/as representados/as por el CSEA que ahora viven bajo el nuevo contrato están viendo sus sueldos más reducidos a cambio de un frágil acuerdo de cero despidos.
El segundo sindicato más grande del estado de Nueva York, la Federación de Empleados Públicos (PEF), que forma parte del NYSUT, rechazó un contrato similar a finales de septiembre. Un día después, salieron avisos de despido por correo electrónico y el estado comenzó a ajustar su contrato junto al liderazgo del PEF. Un acuerdo tentativo de un contrato de cuatro años ligeramente modificado fue alcanzado el 16 de octubre y debe ir pronto para un voto entre la membrecía.
En un blog abierto del periódico en línea Albany Times-Union, parece haber un fuerte sentimiento en el PEF para otro voto de “no”, con muchas entradas refiriéndose al OWS. El rechazo en septiembre fue el primer voto de “no” en 34 años.
Cientos de miles de trabajadores/as estatales tienen contratos que ya han expirado o van a expirar pronto. Lo que está alimentando su enojo y desasosiego es que el estado y la ciudad utilizarán estos contratos draconianos y retrógrados con CSEA y PEF como estándares.
La lucha continúa, ahora con nuevos aliados/as mientras los/as trabajadores/as luchan contra los patronos.
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