Primero de Mayo en Colombia: La represiĆ³n no detiene masiva marcha
Por Berta Joubert-Ceci
Mientras el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia está
siendo empujado por la administración del presidente Barack Obama, el
gobierno colombiano continúa violando los derechos humanos de
sindicalistas y activistas sociales. Sin embargo, esta vez no es por el
presidente paramilitar Álvaro Uribe, sino por el nuevo presidente
“democrático” Juan Manuel Santos, ex ministro de defensa de
Uribe.
El Primero de Mayo, cientos de miles de personas marcharon en Colombia en honor
de los mártires de Chicago que se manifestaron en 1886 por los derechos de
los trabajadores: Ellos inspiraron a generaciones de trabajadores/as por todo
el mundo a defender la bandera de la lucha internacional de la clase obrera y
la solidaridad. Los/as colombianos/as también marcharon en oposición
al presidente Santos. Su mensaje era urgente: No al Plan Nacional de Desarrollo
y a la firma del TLC con EE.UU.
Santos está impulsando leyes para reformar la educación y la salud
dirigidas a la privatización de estos esenciales servicios, lo que
hará peligrar aún más el acceso a la educación y la salud
para la gran mayoría de los/as colombianos/as. Ya las corporaciones
transnacionales de EE.UU. mantienen bajo su control gran parte de las riquezas
naturales, riquezas que pertenecen al pueblo colombiano. Un TLC destruirá
completamente la economía tal como lo hizo en México.
Marchas masivas se realizaron en muchas ciudades. La mayor manifestación
fue en Bogotá, donde más de 200.000 personas convergieron
pacíficamente en la central Plaza Bolívar. La marcha fue denominada
“Primero de Mayo Unitario”, para resaltar la unidad entre los
diversos grupos sociales, estudiantiles, juveniles y organizaciones
sindicales.
Las fuerzas del gobierno, la Policía Nacional y el ESMAD (policía
antimotines) atacaron furiosamente a los/as manifestantes con una gran cantidad
de gases lacrimógenos, granadas de choque y ladrillos. Activistas
señalaron que agentes del Estado se habían infiltrado en la
manifestación para provocar el ataque. La Coordinadora de Organizaciones y
Movimientos Sociales de Colombia emitió una declaración pública
al final del día diciendo que 65 personas fueron detenidas y 17 heridas en
Bogotá. (www.polodemocratico.net)
Esta violencia se repitió en las ciudades colombianas de Cali,
Medellín y Facatativá donde incluso fueron atacados jóvenes y
personas con discapacidades físicas.
Solidaridad internacional mantiene vivos al movimiento obrero y
activistas sociales
Colombia sufre el mayor número de asesinatos de sindicalistas al año.
Si no fuera por la atención y la solidaridad del movimiento sindical y las
fuerzas progresistas a nivel internacional, el número sería aún
mayor.
Esta ha sido la situación durante muchos años. Sin embargo, ahora es
aún más importante el mostrar solidaridad con nuestras hermanas y
hermanos en Colombia, ya que la imagen pública de la nueva
administración colombiana se pinta como “justa” y
“amigable” con el fin de obtener la aprobación del TLC.
Sin embargo, el hecho brutal es que las mismas fuerzas que operaban bajo Uribe
son las que están llevando a cabo la represión. Simplemente
están escogiendo a las víctimas de manera más selectiva. El
Primero de Mayo por ejemplo, dirigentes de SINALTRAINAL, el sindicato de
trabajadores de Coca-Cola, fueron golpeados y arrestados. El padre de un joven
asesinado en mayo de 2005 fue detenido por defender a los/as jóvenes en la
marcha, y la policía disparó una granada de gas lacrimógeno a un
representante de la oposición del gobierno de Bogotá.
Santos está decidido a terminar con “el conflicto”, la lucha
que por décadas tiene la insurgencia armada, no a través de una
solución política negociada, sino por la vía militar. En el
proceso, está criminalizando toda oposición a sus políticas
neoliberales, desde la oposición electoral y las luchas obreras hasta
los/as estudiantes que protestan la privatización de la educación.
Días antes de la marcha del Primero de Mayo, los medios de
comunicación anunciaron que “agentes del terrorismo”
estarían participando en las marchas. Con este enfoque, Santos está
incrementando la represión y la estigmatización de la protesta
social, haciendo extremadamente difícil al pueblo el expresar su
oposición.
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