Amenaza de guerra imperialista:
¿Cómo debe reaccionar el movimiento de Ocupación?
Extractos de una charla que la miembro del Secretariado del Partido Workers World –Mundo Obrero, Sara Flounders dio en la Conferencia Nacional de WWP/PMO el 8-9 octubre en la ciudad de Nueva York.
Hay momentos únicos en la historia cuando la conciencia del pueblo se convierte en una fuerza material, una fuerza explosiva y hasta revolucionaria. Lo que por mucho tiempo se aceptaba, de repente se vuelve intolerable.
Es por eso que nuestro partido obrero revolucionario existe en los EE.UU. Siempre consideramos cómo impulsar y ayudar a crecer un movimiento emergente en la dirección del cambio revolucionario. Nos centramos en cómo involucrar a los sectores más oprimidos. Estos serán la fuerza más determinante, porque son quienes tienen más que ganar en el cambio.
Después de años de pasividad frente al implacable ataque contra la vida de los/as trabajadores/as estadounidenses, sus trabajos, hogares y su futuro, ahora hay el comienzo de una respuesta. Millones de personas están tomando conciencia de que el capitalismo no tiene soluciones ni empleos, y no se ve recuperación en el horizonte.
La guerra imperialista es un peligro para el nuevo movimiento Ocupación de Wall Street. El racismo y la derecha reaccionaria que acompañan a todas las guerras imperialistas son la mayor amenaza para todos los movimientos progresistas y todos los logros que los y las trabajadoras han obtenido en sus luchas. La guerra es el arma que la burguesía utiliza para destruir la conciencia de clase y permitir que la reacción y el miedo se afiancen.
Las guerras imperialistas desde el 11 de septiembre reforzaron las fuerzas de la reacción política y la represión. La coordinación de la Seguridad Nacional, el FBI, la CIA y de Inmigración y Aduanas junto con el cuerpo policial, ha resultado en entrampas, intimidación, redadas y deportaciones. Ello pondrá en peligro al movimiento OWS (Ocupación de Wall Street) como ya ha amenazado a la gente de color, especialmente a los/as inmigrantes, musulmanes/as y a los/as activistas políticos/as y anti-guerra.
En este nuevo movimiento, la política y las demandas adquieren una gran importancia. Hemos contribuido elevando la campaña “Alto a la ejecución racista de Troy Davis” y moviendo las manifestaciones contra la guerra a Wall Street con consignas como “Wall Street = War Street (calle de guerra)” y “Necesitamos empleos, no guerra ni racismo”. El racismo y la guerra son la esencia del capitalismo.
La clase dominante — la burguesía, los dueños del capital — tiene siglos de experiencia en la destrucción de la conciencia de clase y cambiando de ruta las demandas de los/as trabajadores/as hacia canales que no desafían su propiedad total en la sociedad. Su objetivo es conducir los movimientos hacia canales electorales seguros; y son muy sofisticados en el uso del racismo y la reacción para dividir y desorientar a un sector de la población.
Las guerras imperialistas son una daga apuntando al movimiento aquí. Las guerras tienen la intención — y han tenido éxito en el pasado —de dividir e incluso provocar un colapso de los movimientos de los/as trabajadores/as.
Las recientes guerras imperialistas de EE.UU. han resultado en fracasos espectaculares y no han reposicionado el poder estadounidense. Después de 10 años en Afganistán, la posición de EE.UU. se está agravando. Las armas más poderosas en la historia no han prevalecido contra uno de los países más pobres y menos desarrollados del mundo.
La guerra de EE.UU./OTAN en Libia fue un desesperado intento de hacer retroceder a las revoluciones de Egipto y Túnez y moverse agresivamente en África. El colapso inmediato se predijo para Libia, pero la heroica resistencia duró siete meses enfrentando el bombardeo y la destrucción inimaginable por EE.UU./OTAN dirigidos contra la infraestructura civil.
El imperialismo estadounidense impulsa la guerra, y no se puede prescindir de ésta, a pesar de que los imperialistas son menos capaces de prevalecer. Su incapacidad para revertir el deterioro de su posición global impulsará a estos depredadores hacia aventuras más amplias. No sabemos si la próxima guerra será contra Siria, Irán, Sudán, Corea, Venezuela o China.
En el centro de este imperio que tiene tentáculos en todo el mundo, tenemos que ayudar a este nuevo movimiento para que desarrolle un reflejo automático a la propaganda de guerra imperialista, y no creer en la satanización racista que se utiliza para justificar una guerra o la mención de la democracia o la “intervención humanitaria”.
Educar al movimiento
Hay muchos/as activistas políticos que creen, se confunden y se desorientan, repitiendo lo que dicen los medios corporativos. Debemos educar a este movimiento para que se centre en el atroz crimen cometido por la gigante máquina de muerte del Pentágono y se niegue a aceptar cualquier justificación para el ataque.
Los/as activistas deben rechazar cualquier ataque racista, ya sea en respuesta a una guerra imperialista de agresión o de un linchamiento, un ataque de la policía en una comunidad oprimida o el ataque empresarial contra un sindicato. Nadie debe unirse a una campaña de difamación orquestada que culpa a las víctimas.
Hay que estar firmes en la solidaridad con todos los pueblos oprimidos que están bajo ataque. Ese debe ser el ABC.
Si los medios corporativos estadounidenses, la Casa Blanca o el Departamento de Estado alaban una lucha, un líder o un movimiento como fuerza libertadora y afirman que es una lucha por la democracia, hay que sospechar. Estos sólo quieren la dominación corporativa.
Incluso cuando estemos en desacuerdo con algunas políticas de un régimen al que EE.UU. tiene como objetivo, debemos rechazar las falsas justificaciones de su participación.
El mundo entero está observando lo que está pasando en Wall Street y en otras ciudades de los EE.UU. Nuestro partido puede contribuir mucho basado en nuestra experiencia obtenidas en las luchas pasadas y en nuestro conocimiento del sistema capitalista internacional.
Hagamos todo lo posible para construir y defender este nuevo movimiento.
(Copyright 2005-2012, Workers World. Todos los derechos reservados. Permiso para reimprimir
artículos dado si se cita la fuente. Para más información
escriba a: Mundo Obrero/Workers World, 55 W. 17 St., NY, NY 10011; por e-mail:
[email protected]. WWW: http://www.workers.org)
|