¿Se está forjando otro Egipto en México?
Por Teresa Gutiérrez
La gran mayoría de la cobertura sobre México en los medios
estadounidense de comunicación trata de la brutal violencia de las drogas.
Esa violencia es real.
La lucha en ambos lados de la frontera por el botín de la enormemente
lucrativa industria de la droga conlleva como resultado una terrible violencia.
Más de 35.000 mexicanos/as han muerto en los últimos cuatro años
como resultado de la narco industria.
Pero eso no es toda la historia.
Las noticias sobre la violencia del narco es una maniobra orquestada por las
clases gobernantes de los EEUU y México para desviar la atención de
la verdadera historia: una ampliación de la vibrante y diversa lucha de
masas en México, que es tan profunda y dinámica, que lenta pero
constantemente está desafiando el estatus quo en forma histórica sin
precedentes.
El desempleo masivo, las condiciones sociales insoportables, la falta de los
derechos democráticos burgueses y la represión brutal de las masas
también están creando una situación insostenible para las clases
dominantes de los EEUU y de México.
Tarde o temprano, las condiciones en México darán lugar a una
sublevación como la de Egipto. Una vez más se hará historia
trascendental en la frontera de EEUU. Más pronto que tarde, la marea
revolucionaria del cambio que está barriendo las Américas
llegará a la frontera del imperialismo de EEUU. Incluso podría ser
correcto decir que en un futuro no muy lejano existirá doble poder en
México.
Los/as mexicanos/as se están organizando como nunca antes.
El 31 de enero por ejemplo, una gran manifestación de más de 200.000
personas tuvo lugar en el Zócalo de Ciudad de México, la plaza Tahrir
de México. Se organizó en respuesta a los ataques contra los
sindicatos y el aumento de los precios. Reunió una concentración de
fuerzas de muchos sectores de la clase obrera, sindicatos, agricultores y
movimientos progresistas. El evento fue convocado por una nueva coalición,
el Movimiento Nacional por la Soberanía Alimentaria y Energética, los
Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas, y es un
ejemplo de la creciente unidad en el movimiento de los/as trabajadores/as.
Esta gran manifestación es tan solo uno de los miles de ejemplos de la
creciente lucha en México.
Es importante que el movimiento progresista y de los/as trabajadores/as en EEUU
y alrededor del mundo tomen nota de la lucha en México. Debemos estar
listos/as para organizar una solidaridad masiva con el pueblo mexicano. Al
igual que en Egipto, donde el imperialismo estadounidense desesperadamente
depende de un gobierno títere para someter el Oriente Medio, en
México Washington cuenta con un gobierno títere para promover sus
intereses. La solidaridad mundial y la condena de la intervención de EEUU
en México serán decisivas para que las masas mexicanas salgan
victoriosas en su consecución del cambio.
Un acontecimiento revolucionario en las puertas del imperialismo de EEUU
podría cambiar el curso de la historia de luchas de las clases sociales.
Estados Unidos no se detendrá ante nada para impedirlo.
Es por ello que la industria de la droga es tan exitosa en México y el
porqué la violencia del narcotráfico ha dado lugar a un
increíble y arraigado clima de impunidad en ambos lados de la
frontera.
Detrás de la guerra contra las drogas
En 2006 incrementó la intervención de EEUU en México
después de una tumultuosa elección presidencial. Para todos los
efectos, el actual presidente Felipe Calderón se robó la
elección del candidato popular, Andrés Manuel López Obrador,
comúnmente llamado AMLO por sus partidarios/as.
Millones de mexicanos/as se manifestaron no sólo una vez sino varias veces
en la plaza del Zócalo y en las ciudades de todo el país para exigir
el lugar que le corresponde a AMLO en Los Pinos, la Casa Blanca de México.
Sin embargo, Felipe Calderón asumió el poder con el apoyo de los
EEUU. La situación era tan tensa que el ejército mexicano tuvo que
escoltar a Calderón hasta Los Pinos. Ni siquiera pudo dar un discurso
público, tan precaria era su seguridad.
Para hacer frente a este período tumultuoso, Felipe Calderón y EEUU
intensificaron la llamada “guerra contra las drogas”, no sólo
para desviar la atención de la elección robada, sino para sofocar la
resistencia.
Al igual que en Colombia, EEUU está luchando contra las drogas con las
fuerzas especiales militares, los equipos de Operaciones Tácticas (SWAT) y
con armas proporcionadas por el Pentágono. En lugar de abrir centros de
rehabilitación de drogas o elevar los salarios, el imperialismo
estadounidense militarizó aun más a México. Su objetivo es
detener la resistencia a la dominación imperialista e infundir miedo y
terror.
La muerte y la destrucción en el México de hoy es un subproducto
directo de la guerra de EEUU contra las drogas y de la industria de las drogas.
(Copyright 2005-2012, Workers World. Todos los derechos reservados. Permiso para reimprimir
artículos dado si se cita la fuente. Para más información
escriba a: Mundo Obrero/Workers World, 55 W. 17 St., NY, NY 10011; por e-mail:
[email protected]. WWW: http://www.workers.org)
|