El Partido WW/MO se regocija con el pueblo egipcio
11 de febrero — El Partido Workers World/Mundo Obrero se regocija por el
histórico logro del pueblo egipcio.
Después de 18 días de lucha, ellos/as han logrado el objetivo que
unió al país — un objetivo que era impensable hace 19
días. Han expulsado del palacio presidencial al dictador Hosni Mubarak que
desde hace mucho estuvo arraigado gracias al respaldo de Estados Unidos. El
pueblo, a través del sacrificio y la determinación inquebrantable de
millones, obligó al alto mando del corrupto ejército egipcio a enviar
su protector a su casa en Sharm el-Sheij.
En 18 días el pueblo egipcio subió al escenario de la historia con
pasos de gigante que han sacudido los cimientos de todo el edificio
imperialista construido por el gobierno de los EEUU en Egipto y en Medio
Oriente durante los últimos 30 años.
La salida ignominiosa de Mubarak, expulsado humillantemente por el glorioso
levantamiento egipcio, repercutirá en los palacios y agitará los
tronos de todos los títeres de Wall Street en toda la región -
incluyendo al régimen Sionista de Tel Aviv.
Esta victoria política reforzará la lucha del pueblo palestino, de
los/as oprimidos/as y explotados/as del Oriente Medio y del mundo entero.
La escena de millones exigiendo sus derechos nacionales y democracia popular es
vista con gran inquietud en los salones de las juntas de los monopolios
petroleros, los banqueros y las corporaciones transnacionales de Wall Street
que han robado la riqueza, saqueado los recursos y explotado al pueblo de
Egipto y del Medio Oriente desde los tiempos del colonialismo.
La revolución ha obligado a los arquitectos mismos de la dictadura de
Mubarak — la Casa Blanca, el Pentágono, el Departamento de Estado y
la CIA — a apresurarse para cubrir sus huellas sangrientas y congraciarse
con el pueblo egipcio, después de hablar vacilantemente y con doble
discurso a lo largo de los 18 días. El presidente Barack Obama, la
secretaria de Estado, Hillary Clinton, el secretario de Defensa Robert Gates y
el director de la CIA, Leon Panetta, se vieron finalmente obligados a aceptar
el levantamiento y a distanciarse de su viejo cliente, Mubarak.
El gobierno estadounidense quiere distraer a las masas del hecho de que
Washington dio $50 mil millones en ayuda militar a los odiados opresores de los
millones de egipcios que ahora están en las calles.
Washington ha ido de la declaración de Hillary Clinton el 25 de enero,
primer día del levantamiento, diciendo que el régimen de Mubarak
“es estable”, hasta finalmente tratar de empujarlo fuera del cargo.
Esto es por una sola razón — las masas estaban firmes en su
determinación de no aceptar nada menos. El pueblo acampó en la plaza
por decenas de miles, sin saber si la represión vendría sobre
ellos/as.
Las masas respondieron con una gran resistencia a todos los desafíos a su
lucha. En los primeros dos días del levantamiento expulsaron a la
policía de las calles. Cuando el régimen respondió a la Marcha
de un Millón de Personas desplegando matones y agentes de la policía
para retomar la plaza a través de la violencia, los matones
contrarrevolucionarios fueron rechazados en dos días de intensos
combates.
Saludamos a los/as heroicos combatientes de la Plaza de la Liberación, que
mantuvo a raya a los matones y mantuvo la plaza para el pueblo. Este fue un
momento decisivo para la revolución. Su victoria abrió el camino para
las manifestaciones masivas del Día de la Salida y todo lo que
siguió.
Un gran impulso fue añadido al levantamiento cuando decenas de miles de
trabajadores se declararon en huelga exigiendo demandas económicas y
políticas en la fase final de la lucha.
Lamentamos y celebramos las vidas de los cientos de mártires que fueron
asesinados durante el levantamiento; la gran victoria demuestra que no
perdieron la vida en vano.
Rendimos homenaje y damos continuo apoyo al heroico pueblo de Túnez que
encendió primero la lucha que se extendió a Egipto y se está
propagando por todo el Medio Oriente.
Por supuesto, el objetivo último de Washington es encontrar una manera de
socavar la revolución tras bastidores. El imperialismo estadounidense
tiene mucho en juego en Egipto, y hará todo lo posible para mantener su
posición allí.
El papel del movimiento en este país es prevenir que el imperialismo
estadounidense intervenga abierta o clandestinamente, económica,
política o militarmente para subvertir o descarrilar la revolución
egipcia.
En sus declaraciones, el pueblo egipcio ha dejado en claro sus objetivos.
Quieren el fin del estado policial/militar y la revocación de la ley de
emergencia. Quieren dar al traste con la vieja constitución y escribir una
nueva que inscriba una democracia popular. Quieren disolver el viejo
parlamento. Quieren terminar con la corrupción y quieren el regreso de los
miles de millones de dólares robados por Mubarak y sus compinches. Quieren
un gobierno representativo de unidad nacional, libertad para los partidos
políticos y libertades democráticas generales, libertad para miles de
presos políticos y una elección realmente democrática. Quieren
un salario mínimo establecido y el derecho de los/as trabajadores/as a
organizarse; un fin a la pobreza y al desempleo masivo, y el derecho a un
futuro para los/as jóvenes del país.
En resumen, están exigiendo una revolución democrática
nacional.
La siguiente fase de la lucha traerá todas estas cuestiones a la agenda. Y
el pueblo egipcio hará frente a estas cuestiones, incluyendo cuestiones de
suma importancia como el papel del ejército, las cuestiones de liderazgo
popular, la organización de masas, etc. Se ocupará de estas y otras
cuestiones luego de que hayan saboreado este primer, indispensable e
histórico paso de haber expulsado al dictador del palacio y tengan tiempo
para evaluar la situación.
Pero hoy es el momento de unirse al pueblo de Egipto y regocijarse en su
trascendental victoria.
¡Victoria a la Revolución Egipcia!
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