Sacudidas financieras señalan crisis capitalista más profunda
Trabajadores/as deben organizarse para luchar por trabajos
Por Fred Goldstein
El descenso de categoría del crédito del gobierno estadounidense y
los giros en la bolsa de valores auguran más recortes presupuestarios,
otra caída económica y más desempleo y sufrimiento, a menos que
haya una resistencia masiva.
Ahora es el momento de luchar por trabajos, de detener los despidos y las
ejecuciones hipotecarias, de defender el Seguro Social y otros derechos
sociales bajo ataque y de rechazar los intentos de los patronos por descargar
la profundización de la crisis del sistema de ganancias sobre las espaldas
de los/as trabajadores/as.
La degradación de los bonos del Tesoro de AAA a AA + por la agencia de
crédito Standard & Poor fue un mensaje de una sección de los
banqueros y tenedores de bonos diciendo que quieren profundos recortes en el
Seguro Social, Medicare y Medicaid.
La descalificación tenía muy poco que ver con la solvencia inmediata
del gobierno estadounidense. Se trataba de recortes presupuestarios. Fue un
mensaje a los partidos políticos de que Wall Street no está
satisfecho con el acuerdo del techo de la deuda que prometió sólo 2,1
billones (millón de millones) de dólares en recortes y en su
opinión, era muy débil respecto a los recortes de las ayudas
sociales. El mensaje era principalmente para el Partido Demócrata, pero
tal vez también para el Partido del Té por ser tan rígido
tácticamente, que no pudo aprovechar las concesiones de Obama sobre los
derechos sociales.
S&P descalifica todo sobre recortes de ayudas sociales
Todas las agencias de calificación dependen del pago de sus servicios por
los bancos. La agencia de calificación S&P anunció hace meses que
quería el recorte de al menos 4 billones de dólares en el
déficit, y que los recortes en los derechos sociales eran la clave para
lograr ese objetivo. El portavoz republicano de la Cámara de
Representantes John Boehner y el presidente Barack Obama precisamente estaban
trabajando en ese acuerdo que fue impedido por la ultra derecha y el Partido de
Té.
S&P dejó eso claro. En su declaración explicando su acción
al gobierno, escribió que el descenso de categoría fue debido a su
“pesimismo” sobre la perspectiva de reducciones más
profundas.
Dijeron que bajaban la calificación de la deuda de los EE.UU. a largo
plazo porque creen que la “prolongada controversia sobre la
ampliación del límite legal de la deuda” indica que “el
avance a corto plazo sobre la contención del crecimiento del gasto
público, especialmente sobre las ayudas sociales”, será
polémico. Dijo que lo que el Congreso y la administración acordaron
“no llega a la cantidad que creemos que es necesaria” para lograr
estabilidad financiera en la próxima década.
Más explícitamente, se quejaban de que “el plan prevé
sólo cambios de política menor en Medicare y pocos cambios en otros
derechos sociales”, cuya “contención” consideran
“clave para la sostenibilidad fiscal a largo plazo”.
Subrayando que el descenso de categoría fue un ataque político contra
los derechos sociales, la declaración decía que “consideramos
que los atributos del crédito monetario del gobierno federal ... , que
constituyen la base para la clasificación de la deuda soberana, quedan sin
cambios sustanciales”.
En otras palabras, los financieros detrás de S&P están
preocupados porque si el gobierno sigue financiando las necesidades del pueblo,
puede que no haya suficiente dinero en el futuro para pagar los intereses a los
millonarios y multimillonarios banqueros y tenedores de bonos.
Lucha del techo de la deuda — guerra política del ala derecha
La crisis del techo de la deuda era puramente de naturaleza política. Las
fuerzas ultraconservadoras del Partido del Té y las fuerzas conservadores
de derecha más tradicionales del Partido Republicano han conformado un
bloque que libra una guerra política tratando de reducir, si no destruir,
el Seguro Social, el Medicare y el Medicaid, y para socavar al presidente
Obama. Como en cualquier guerra, la derecha se apoderó de un punto de
ventaja, el requisito legislativo de que el Congreso tiene que aprobar el techo
de la deuda del gobierno. Mantuvieron los derechos sociales como rehenes,
amenazando con obligar al gobierno al incumplimiento del pago hasta la hora
cerca del límite.
El descenso de categoría por Standard & Poor fue un acto de pura
venganza porque el acuerdo sobre el techo de la deuda no cortó lo
suficientemente profundo. S&P incluyó una amenaza de degradación
futura si los políticos no cortan más.
Caída de bolsa de valores y miedo a “doble descenso”
La caída subsiguiente del mercado de valores, aunque afectada por la baja
de categoría, fue fundamentalmente una reacción a la amenaza de un
“doble descenso” o una nueva recesión en la economía
capitalista.
El crecimiento desacelerado de la economía estadounidense — una tasa
de crecimiento de sólo 0,8 por ciento en el primer semestre de este
año, significa que el desempleo ha aumentado, a pesar de las
estadísticas oficiales del Gobierno que declaran que el desempleo
disminuyó en el mes de julio de 9,2 por ciento a 9,1 por ciento.
Todo el mundo sabe que esto es una subestimación enorme del desempleo
real. Hay por lo menos 30 millones de trabajadores/as desempleados/as,
sub-empleados/as o que se han salido totalmente de la fuerza laboral.
El recorte del presupuesto del gobierno para los gastos de servicios, ayudas
sociales, proyectos públicos y otros, sólo promete agravar la crisis
económica en los EE.UU.
En Europa, el mismo proceso está cobrando impulso. Grecia, Portugal e
Irlanda ya han sido rescatadas por el Banco Central Europeo y el FMI. Ahora
Italia y España, economías mucho más grandes, están en
crisis. Los 90 bancos más grandes de Europa mantienen 425 mil millones de
dólares sólo en bonos del gobierno italiano. Bancos estadounidenses
tienen 14,3 mil millones de dólares.
Los banqueros de Europa exigen recortes presupuestarios gigantescos de los
países endeudados como precio del rescate. Esto arrastrará aún
más las ya desaceleradas economías de Europa.
Rescate de bancos, austeridad agrava crisis económica
Los capitalistas y sus políticos están en una contradicción que
no tiene ninguna salida. Debido a la crisis económica se han reducido los
ingresos del gobierno y el pago de los intereses a los banqueros peligra. Los
gobiernos están interviniendo para garantizar los pagos a los
banqueros.
Pero para garantizar los intereses de los banqueros, los gobiernos tienen que
cortar sus gastos. El recorte de gastos para el pueblo significa que los/as
trabajadores/as tienen menos dinero en sus bolsillos y esto profundiza la
crisis económica.
Para garantizar su botín a los bancos, la crisis económica debe
agravarse mediante medidas de austeridad. Eso es lo que estaba detrás de
la lucha del techo de la deuda. Eso es lo que está detrás de la
crisis de deuda europea. La única manera de salir de este círculo
vicioso es luchar contra los bancos y tenedores de bonos y anteponer los
puestos de trabajo y los intereses de los/as trabajadores/as.
Los nuevos despidos que pueden venir a raíz de una nueva crisis
capitalista podrían traer un colapso. Una crisis financiera en Europa que
se extienda a los Estados Unidos podría desencadenar una crisis mundial.
Todos estos cálculos fueron parte de la salvaje venta de acciones en las
bolsas de valores.
De estancamiento capitalista a recesión
La clase trabajadora debe tomar estas señales de advertencia
seriamente.
Durante los últimos dos años de la llamada
“recuperación”, el sistema capitalista ha permanecido en un
estado de estancamiento. Se ha sostenido por los rescates gubernamentales
masivos de los bancos y por los gastos del gobierno en general. Esa es la base
de la crisis de la deuda, no sólo en Estados Unidos sino en Europa y
Japón. Si bien no hubo mayor recesión, la economía capitalista
solo pudo crecer a velocidad de caracol. Mientras las corporaciones han ido
acumulando ganancias, no se hizo mella en el desempleo masivo.
Ahora el sistema de ganancias está en peligro de ir del estancamiento,
hacia una recesión. Los patronos/as han invertido en alta tecnología
eliminadora de trabajos. Han acelerado el ritmo del trabajo, obligando a
laborar cada segundo que se esté en el puesto de trabajo, han cortado sus
horas — haciéndoles trabajar a tiempo parcial o como trabajadores/as
temporeros/as. La producción sube, pero con menos trabajadores/as.
Ahora la economía se está acercando al mismo nivel del producto
interno bruto que había antes de la crisis, pero con 10 millones menos de
trabajadores/as. Esto significa que menos trabajadores/as están
produciendo más productos y servicios en menor tiempo por sueldos cada vez
más bajos. Todo eso para aumentar las ganancias. El sistema de ganancias
en sí está en crisis. Y a los/as trabajadores/as se les está
pidiendo sufrir. No hay forma de salir de esta contradicción basada en el
sistema capitalista de ganancias.
Pedir a los capitalistas crear empleos cuando no necesitan más
trabajadores/as, es una ilusión. La única manera de crear puestos de
trabajo ahora es que el gobierno lance un programa masivo de empleos. Lo cual
es exactamente lo que el gobierno rehúsa hacer, debido a la obsesión
del establecimiento capitalista por recortar gastos y déficits.
Necesidad de una lucha masiva por empleos
Los comentaristas capitalistas de todo tipo están horrorizados ante la
perspectiva de una nueva crisis que surge en una situación donde ya existe
un desempleo masivo de larga duración. La demanda por un programa de
empleos está empezando a cobrar ímpetu aún de voces burguesas
— desde el comentarista Paul Krugman en el NY Times hasta Chris Matthews,
el anfitrión del programa de noticias de MSNBC, y muchos más.
El presidente Obama ha estado virtualmente callado sobre un programa real de
empleos que pueda comenzar a poner a trabajar a millones de trabajadores/as. Y
ahora hay la amenaza de una mayor crisis de desempleo.
El liderazgo del AFL-CIO está empezando a moverse sobre esta cuestión
y ha convocado manifestaciones alrededor del país a comienzos de octubre.
Otras fuerzas están uniéndose al llamado.
Éste es un paso positivo, aunque retrasado. Sin embargo, la clase
trabajadora, la comunidad, los/as estudiantes y todos/as los/as que necesiten
empleos y estén afectados/as por el desempleo, directa o indirectamente,
necesitan montar un movimiento militante para luchar contra esta crisis
económica.
El mensaje de lucha debe ser llevado a los sitios de empleo, centros
comunitarios, viviendas públicas, iglesias y en las esquinas de las calles
en los barrios de la clase trabajadora, entre todas razas y nacionalidades,
para construir un movimiento de lucha. Las alcaldías, los gobiernos
estatales y el federal, así como también las corporaciones, deben
sentir la presión y la cólera del pueblo.
Los capitalistas están sentados sobre millones de millones de dólares
en moneda efectiva. Pero no abren puestos de trabajo, están bajando los
sueldos y se están preparando para despedir más trabajadores/as si la
desaceleración económica se convierte en contracción a gran
escala. Los bancos están recibiendo cientos de miles de millones de
dólares en pagos de intereses del gobierno a todos los niveles. El
Pentágono y las corporaciones militares están recibiendo billones de
dólares para pagar por tres guerras.
Esos fondos deberían ser usados para pagar programas de empleos y
necesidades sociales, no para enriquecer más a los que ya son
súper-ricos.
Los/as luchadores/as socialistas, militantes sindicalistas, activistas
comunitarios/as, organizadores/as progresistas y radicales deben unirse como
una cuestión de urgencia, para construir un movimiento nacional de lucha
para combatir la crisis.
En los años 30 los Consejos de Desempleo organizaron a trabajadores/as e
inquilinos/as bajo la consigna ¡”No mueran de hambre, luchen”!
Tenían un programa para empleos e ingresos. El movimiento actual necesita
una perspectiva semejante de lucha y la decisión de organizar a nivel
comunitario para luchar.
Es necesario que el movimiento gane victorias al nivel que sea posible. El
programa puede incluir la lucha por empleos, sobre todo en medio de la peor
crisis capitalista desde los años 30. Pero también puede incluir la
defensa de los sindicatos, la negociación colectiva y los derechos de
los/as trabajadores/as indocumentados/as; puede luchar por la
alimentación, por cupones de alimento y viviendas; puede oponerse a las
ejecuciones hipotecarias y desalojos, a los recortes presupuestarios y a los
cierres de escuelas. En otras palabras, puede defender los intereses de los/as
trabajadores/as y oprimidos/as dondequiera que estén bajo ataque.
(Copyright 2005-2012, Workers World. Todos los derechos reservados. Permiso para reimprimir
artículos dado si se cita la fuente. Para más información
escriba a: Mundo Obrero/Workers World, 55 W. 17 St., NY, NY 10011; por e-mail:
[email protected]. WWW: http://www.workers.org)
|