Abogado defensor de Abu Ghraib enfrenta cargos por asesinato
Por Dolores Cox
Se les ha pedido a enfurecidos/as activistas anti guerra que llenen la sala del Tribunal el 11 de octubre en apoyo a Paul Bergrin, un abogado que ha intentado responsabilizar a militares y funcionarios gubernamentales por la tortura en la prisión de Abu Ghraib en Irak.
El ex presidente George Bush y el secretario de defensa Donald Rumsfeld son ciertamente culpables de crímenes de guerra, junto al ex vicepresidente Dick Cheney, el subsecretario de defensa Paul Wolfowitz y el asesor de la Casa Blanca Alberto Gonzales (quien más tarde se convirtió en fiscal general de Estados Unidos). Estos criminales de alto nivel mintieron deliberada e intencionalmente, negando todo conocimiento de las técnicas de tortura en Abu Ghraib. La tortura es ilegal y viola la Convención de Ginebra y las leyes sobre los reglamentos para combates e interrogatorio del mismo Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Bergrin, un renombrado abogado defensor de personas pobres y de color, ex militar y ex fiscal, ha estado luchando agresivamente para enjuiciar a Bush y a Rumsfeld por los abusos en Irak. Bergrin fue uno de los primeros en sacar a la luz los documentos que autorizaban las prácticas de encapuchar, desnudar y utilizar perros en Abu Ghraib.
En 2004 y 2005 Bergrin trató de hacer que Bush y Rumsfeld rindieran cuentas. Cuando Bush anunció en 2004 que quería que se destruyera Abu Ghraib, Bergrin obtuvo una orden judicial para detener las acciones de Bush, declarando a la prisión como una escena de crimen.
Bergrin también ha sido el único fiscal en la historia militar de Estados Unidos en ganar el derecho de poner a un alto funcionario militar, el coronel Michael Steele, en la silla de los acusados. En el 2006 Steele comandó una unidad de la División Aerotransportada 101 en Irak. Bajo su mando, civiles iraquíes fueron detenidos varias veces y pueblos regularmente atacados por soldados estadounidenses. Una de estas redadas, la llamada Operación Triángulo de Hierro, implicó el asesinato de cuatro iraquíes desarmados en una isla en la provincia norteña de Salahuddin. Los soldados, uno de los cuales representa Bergrin, recibieron órdenes de disparar a cualquier iraquí hombre de edad militar que se viera. Por cierto, la película “Black Hawk Down” se basa en las acciones del coronel Steele en Somalia.
A Steele se le confirió inmunidad a cambio de su testimonio pero todavía no ha subido al estrado. En enero 2007, una semana antes de que el caso fuera presentado en corte, Bergrin fue detenido por cargos infundados. Como resultado, el caso de la Operación Triángulo de Hierro nunca fue enjuiciado. El soldado que Bergrin defendía, Corey Clagett, como consecuencia aceptó un acuerdo con el fiscal. Él y otros dos soldados fueron llevados a un tribunal militar, encarcelados y sentenciados de 10 a 18 años de prisión.
En abril 2009, Bergrin anunció públicamente en el Star Ledger de Newark su intención de reabrir uno de los casos de Abu Ghraib después de que la administración Obama circulara documentos que implicaban a la Casa Blanca en la autorización de tortura en Abu Ghraib. Bergrin trató de exonerar a Clagett de nuevo y además exigió que Clagett fuera procesado en EE.UU., no en Irak, para que el público estadounidense supiera más de lo que estaba pasando.
El mes siguiente Bergrin fue detenido por segunda vez bajo una serie de cargos. En la audiencia de fianza en Newark, N.J., los fiscales entablaron una petición de detención por un agente especial de la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (DEA por sus siglas en inglés), aseverando que Bergrin no debía ser puesto en libertad bajo fianza porque tenía bienes en el extranjero, cuatro pasaportes falsos y había mandado a un informante del FBI a asesinar a un testigo. Los medios corporativos también han estado difamándolo injustamente.
Aunque ninguna de las declaraciones del fiscal fue corroborada, la juez Madeline Arleo negó la petición de fianza e incluyó una multa de $50.000. Bergrin fue inmediatamente llevado a confinamiento solitario por nueve meses — y permanece en prisión hoy en día.
El 11 de octubre el juicio de Bergrin está pautado para empezar en la corte federal en Newark. La juez ha decidido que él puede defenderse, pero tendrá que llevar puesto un brazalete de choque eléctrico mientras que esté en la corte para que los mariscales federales le puedan dar choques si se acerca demasiado al lugar del jurado o si camina más allá de su estrado designado.
Mientras tanto, la prisión de la Bahía de Guantánamo sigue abierta. Y la tortura y los asesinatos de civiles del Cercano Oriente por el gobierno estadounidense se han hecho algo “aceptable bajo ciertas condiciones” — todo bajo el pretexto de la llamada “guerra contra el terrorismo”.
Por más información vea www.paulbergrin.org.
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