¿Qué recuperación?

El reporte más reciente sobre los empleos y las cifras de crecimiento económico confirman que no habrá una recuperación para la clase trabajadora. Al contrario, el desempleo masivo probablemente va a empeorar, no a mejorar. La “recuperación sin empleos” está en decadencia después de menos de un año, y luego de un declive económico por 19 meses.

Los/as líderes de la clase trabajadora deben enfrentarse con esta verdad y formular un programa de lucha. No hay otro camino para aliviar la calamidad del desempleo y las penurias crecientes que han resultado de la crisis económica.

En julio, el último mes de la llamada “recuperación”, las cifras oficiales del gobierno mostraron una pérdida neta de 131.000 empleos. El sector privado, según el gobierno, creó 91.000 empleos. Pero esto quedó opacado por la pérdida de 202.000 empleos gubernamentales a nivel federal, estatal y local.

El desempleo total oficial es 9,5 por ciento. La situación es peor para los/as trabajadores/as oprimidos/as. El desempleo de los/as trabajadores/as negros/as y latinos/as es de 15,6 por ciento y 12,1 por ciento, respectivamente.

El desempleo total oficialmente, incluyendo a los/as trabajadores/as forzados/as a trabajar a tiempo parcial y los/as trabajadores/as que han dejado de buscar trabajo, es de 16,5 por ciento, o 25,8 millones. Esta cifra es mínima. ¡Hay que recordar que toma entre 150.000 a 200.000 empleos, solamente para detener el crecimiento del desempleo!

Además, la tendencia de la economía está en declive. La economía aumentó solamente un 2,1 por ciento en el último trimestre. Éste es un descenso de su máximo punto a finales de 2009, que fue 5,5 por ciento. El crecimiento económico ha estado en constante caída desde entonces. El capitalismo es un sistema inestable. Debe expandirse o contraerse. La escasa fase expansionista está por terminar.

El paquete de estímulo de $787 mil millones, los miles de millones entregados a la industria automotriz, el programa de efectivo por carros viejos, las exenciones especiales de impuestos para compradores de casas, sin mencionar los  billones (millones de millones) de dólares entregados a los bancos, todas estas medidas han fracasado en estimular el capitalismo estadounidense. Y los patrones están en huelga de no emplear. Están sentados sobre $1,8 billones en efectivo. Han arrebatado $1,2 trillones en ganancias basadas en el recorte brutal de la fuerza laboral.

Como Workers World/Mundo Obrero escribió el 17 de junio: “Ésta es una recuperación insólita, estimulada por los gastos del gobierno capitalista que a la suma, equivale a imprimir dinero. Pero aún en esta etapa temprana de recuperación, ya está mostrando debilidad e inestabilidad. Si los enormes problemas que ya existen de desempleo y recortes presupuestarios no son lo suficiente para alertar a los/as líderes de la clase trabajadora, estas recientes cifras económicas lo deberían hacer”.

Este es hoy aún más cierto.

Los/as trabajadores/as no pueden permitirse el lujo de no reconocer esto. Hay una necesidad urgente de movilización masiva para empezar las luchas para empleos, terminar los despidos, reabrir los lugares de trabajo y sobre todo, para conseguir un programa del gobierno al estilo de la Administración de Progreso del Trabajo para proveer empleos a sueldos sostenibles con beneficios para las millones de personas que no tienen trabajo o que están subempleadas.

Esperar a que los patrones den trabajo, o reducir sus impuestos con la esperanza de que vayan a abrir puestos de trabajo, es un callejón sin salida. Lo único que va a llamar la atención de los patrones y banqueros y su gobierno en Washington, es combatiendo el racismo y movilizando para lograr acciones unidas, para luchar y sacudir este sistema y no permitir que todo siga como siempre, hasta que los/as trabajadores/as recuperen sus empleos, la gente tenga otra vez sus casas, y estén restaurados todos los servicios.

El tiempo para esa lucha es ahora.