Mundo Obrero
PÁGINA PRINCIPAL : :  ARCHIVO : 2012 : 2011 : 2010 : 2009 : 2008 : 2007 : 2006 : 2005
Correspondencia sobre artículos en Workers World/Mundo Obrero pueden ser enviadas a:
[email protected]

Inundaciones en Pakistán no son ‘naturales’

El papel del militarismo de EEUU en el desastre

Por Sara Flounders

Ni siquiera en esta época de cambio climático global, el inmenso sufrimiento del pueblo paquistaní debido a las tremendas inundaciones no tenía por qué suceder. Una inversión en la infraestructura y un programa adecuado de respuesta ante emergencias podrían haber minimizado lo que se ha convertido en uno de los peores desastres mundiales. Pero décadas de intervención estadounidense para mantener en el poder regímenes militares corruptos y reaccionarios contra la voluntad del pueblo han dejado a este país como uno de los más pobres y menos desarrollados de la región.

15 de agosto — La Organización de Naciones Unidas hace una semana denominó las inundaciones en Pakistán como la mayor crisis humanitaria en la historia reciente, con más personas afectadas que por el tsunami del sudeste asiático y los recientes terremotos en Cachemira y Haití combinados.

Desde el cálculo de ese 9 de agosto, el número de personas afectadas se ha duplicado a más de 20 millones que han quedado sin hogar y completamente desamparadas.

Las inundaciones aumentarán en la próxima semana debido a que niveles récord de agua se mueven corriente abajo hacia los centros más poblados al sur de Pakistán.

El coordinador de asistencia de emergencias de la ONU, John Holmes, dijo que las cifras llegarían a 40 o 50 millones de personas que necesitarán ayuda inmediata, de una población de 170 millones de habitantes.

Millones de personas han quedado aisladas, sin acceso a agua potable, alimentación básica o albergue. Millones de personas buscan un terreno más alto o se trepan en los techos de los edificios o en las pequeñas colinas de las llanuras inundadas por los ríos Swat e Indo.

Las inundaciones cubren toda la tierra cultivada en Pakistán. Todos los principales cultivos se han perdido. El corazón de la agricultura, la fuente de alimentación de Pakistán, está destruido.

Las inundaciones han dejado sin luz y comunicación a muchas partes del país.

Aunque este año hubo lluvias récord del monzón, estas inundaciones masivas no son un desastre natural. Comentaristas airados en Pakistán lo están llamando “una catástrofe hecha por el hombre”.

Las inundaciones no son sólo un accidente de la naturaleza. Semanas antes, cuando fuertes lluvias inusualmente golpearon la parte alta del río Swat y los altiplanos en el norte a finales de julio, se pronosticaron advertencias nefastas sobre el alcance masivo de estas inundaciones. Fueron las lluvias más torrenciales en 35 años.

Meses antes habían sido pronosticadas inundaciones y fuertes lluvias monzónicas. Pero aún después de 10 días de que las inundaciones habían afectado a 5 millones de personas en una amplia zona del norte, después de que los medios de comunicación habían informado diariamente sobre familias que se aferraban a las ramas de los árboles, campos inundados y casas derrumbadas, ninguna organización gubernamental había comenzado a prepararse para atender emergencias o para evacuar grandes cantidades de personas.

Esto incluye al ejército pakistaní, la fuerza dominante en Pakistán.

Un terremoto, ya sea en Haití, China, Chile o Cachemira, por lo general golpea con muy poco aviso de antemano. La predicción de un tsunami después de un terremoto submarino da a la gente sólo un par de horas de advertencia. Puede ser que sólo haya una advertencia apenas unos días antes de que se esté gestando un huracán o un tifón de gran magnitud.

Pero el hecho de que los desbordamientos masivos inundarían extensas áreas bajas en Pakistán se sabía con suficiente anticipación. Sin embargo, los funcionarios paquistaníes no tomaron medidas para notificar a la población en peligro o para llevar equipos de emergencia a la región, desde barcos hasta puentes portátiles, agua potable, tiendas de campañas y medicamentos.

Todas las palabras de preocupación de las agencias humanitarias están empezando a ser enunciadas. Pero hasta ahora el importe de la ayuda para Pakistán proveniente de los EEUU, países de la OTAN y los organismos de las Naciones Unidas está entre los más pequeños en la historia de asistencias para víctimas de desastres.

Washington ha prometido $55 millones para ayuda de emergencia y el uso de seis helicópteros. ¡Qué insulto! Sólo este año, el Congreso asignó al Pentágono más de 1.000 veces esta mísera cantidad para seguir combatiendo sus guerras en la región.

La asociación con EEUU

Las desastrosas inundaciones que han afectado amplias zonas de Pakistán son un ejemplo gráfico de cómo la desigual y dependiente relación de Pakistán con EEUU ha dejado al país atrasado, distorsionado, sin ninguna preparación para poder responder a las lluvias inusualmente intensas en un momento de cambio climático global.

La alianza con EEUU no ha sido de ninguna ayuda en la hora de mayor necesidad del país. Los corruptos funcionarios feudales y los militares aún más corruptos y represivos, todos mantenidos en el poder por enormes cantidades de ayuda militar estadounidense, han demostrado que son totalmente incapaces de por lo menos avisar a las millones de personas que estaban claramente en peligro o de movilizar el equipo de emergencia más básico.

Washington está más que dispuesto para vender a Pakistán aviones F-16, cientos de misiles tierra-aire y aviones de vigilancia. Esto es enormemente rentable para los contratistas militares estadounidenses pero Pakistán termina aumentando su deuda.

Mientras tanto, Pakistán carece del sistema de control de inundaciones más básico. Hay una falta total de fondos de inversión o ayuda internacional para el control de inundaciones. Un sistema básico de represas, embalses, cuencas de contención, terraplenes y diques podrían haber contenido el agua e impedir inundaciones incontroladas en la región vulnerable.

Los principales ríos en EEUU, Europa, Japón y ahora China tienen control de inundaciones bien organizado.

La falta de control de inundaciones en Pakistán ha destruido cientos de kilómetros de carreteras y líneas ferroviarias, puentes, escuelas, hospitales y generadores eléctricos. Más de 6.000 pueblos han sido arrasados. Pueblos y ahora incluso ciudades, están sumergidas.

Durante décadas, Washington ha dispuesto generosos fondos para Pakistán para la policía y las agencias de inteligencia, pero los fondos para el desarrollo de infraestructura, educación, salud y otras necesidades sociales han sido ignorados. Pakistán tiene una deuda de $40 mil millones, en gran parte por la maquinaria militar vendida por EEUU.

Según las cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), incluso antes de la devastación por la inundación, un 30 por ciento de los/as niños/as paquistaníes sufrían de malnutrición crónica; sólo la mitad de los 19 millones de niños/as de edad escolar estaban matriculados/as en la escuela, y dos tercios de las mujeres son analfabetas.

Ha habido una fuerte presencia del ejército paquistaní en la región del Swat y en la Provincia de la Frontera del Noroeste donde las inundaciones comenzaron. Sin embargo, su papel se centró exclusivamente en una represión brutal, no en la ayuda de emergencia.

El verano pasado, bajo una enorme presión política de EEUU, el ejército de Pakistán lanzó campañas intensamente destructivas de contrainsurgencia contra los talibanes en el norte de Pakistán, Bajaur, el Valle del Swat y en Waziristán del Sur.

En el Valle del Swat, que tiene muchas ciudades, el ejército pakistaní enfrentó la resistencia de una población urbana de 4 millones de personas. Dos millones de refugiados se vieron obligados a huir de sus hogares durante las batallas. Millones corrieron para protegerse del intenso bombardeo, pero el gobierno no tenía planes de ayuda para estos desesperados refugiados de guerra.

Ninguno de los equipos pesados suplidos por EEUU en la región se utilizó para construir un puente o una represa. Sólo fueron utilizados para arrasar la región.

Las mismas organizaciones islámicas que han sido capaces de proporcionar ayuda de emergencia para los/as refugiados/as, tanto entonces como ahora durante la inundación, son las que EEUU y el ejército pakistaní están tratando de destruir.

Mientras el agua rugía el 14 de agosto, aviones estadounidenses sin piloto atacaron de nuevo, matando al menos 13 personas en el distrito de Waziristán al norte de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán.

Las fuerzas de EEUU y de la OTAN tienen una abrumadora presencia en Afganistán, justo al otro lado de la frontera. Su tecnología es tan sofisticada que el Pentágono puede maniobrar un avión no tripulado desde el otro lado del planeta y hacer que lance un misil en Afganistán o en Pakistán.

Pero ni siquiera se requiere tecnología complicada para medir las precipitaciones o comunicar las amenazas climáticas a millones de personas. El equipo para hacer esto ha existido por décadas.

Sin embargo, esta simple tarea parece imposible porque EEUU, el más poderoso de los países explotadores capitalistas, subvierte gobiernos populares mientras promociona aquellos que colaboran con su sistema basado en la maximización de ganancias, donde la tecnología está al servicio de la opresión militar imperialista.

Para responder a las emergencias naturales y a las provocadas por el hombre, lo que se necesita es la destrucción de este sistema capitalista de explotación y opresión nacional para que cada país pueda establecer una planificación que satisfaga las necesidades de su pueblo.


: :  MUNDO OBRERO : :  NOTICIAS EN INGLES  : :