El cambio de gobierno en Honduras trae más represión
Por Berta Joubert-Ceci
El 27 de enero José “Pepe” Lobo fue inaugurado como el nuevo
presidente de Honduras. Su inauguración fue producto de unas elecciones
ilegítimas sostenidas bajo un golpe de estado, con una persistente
represión de las fuerzas de oposición y con la participación de
tan solo el 30 por ciento de los/as votantes.
La ceremonia de inauguración tuvo lugar en un estadio que aloja hasta
35.000 personas, pero que ese día estuvo casi vacío. Solo tres
presidentes asistieron: Ricardo Martinelli de Panamá, Leonel
Fernández de la República Dominicana y Ma Ying-jeou de Taiwán.
Colombia, Perú, Malta, Japón y Estados Unidos enviaron
representantes.
La resistencia, liderada por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP),
llenó las calles con más de 300.000 personas que marcharon
manifestando su oposición y su no reconocimiento del nuevo gobierno.
También despidieron a su querido y legítimo líder, el
ex-Presidente José Manuel Zelaya. Después de cuatro meses de estar
encerrado en la embajada brasileña, Zelaya viajaría a la
República Dominicana acompañado por el presidente de ese
país.
En una conmovedora ceremonia, el líder de la resistencia Juan Barahona
recibió la legítima banda presidencial de Zelaya. En su discurso
“Honduras ha cambiado para siempre”, Barahona formuló las
nuevas tareas para la resistencia: “organización, movilización
y formación”, “para poder fortalecerse como instrumento de
poder popular, para la conquista del poder”. Esto, dijo Barahona, se debe
hacer de una manera unificada e inclusiva “de todos los sectores
explotados, oprimidos y marginados de nuestra nación, sin excepción
alguna”. (www.radaccionpopular.com)
El nuevo gobierno de Lobo ha comenzado como un régimen furiosamente
represivo, similar al del fascista Álvaro Uribe en Colombia. De hecho,
Uribe fue el primer presidente en visitar a Lobo después de su
inauguración para poder firmar acuerdos de cooperación en materias de
seguridad. Otros tratados han sido firmados desde entonces entre éstos dos
países en cuestiones de defensa, vigilancia, terrorismo, secuestros,
trafico de drogas, etc. Los paramilitares colombianos han estado operando en
Honduras en coordinación con el ejército y la policía del
país. Ellos fueron invitados por el previo y fraudulento gobierno de
Micheletti, del cual el régimen de Lobo es solo su continuación.
Ilustrando el carácter represivo del nuevo régimen y su
declaración de guerra contra la resistencia, varios campesinos
pertenecientes al Movimiento Unificado de Campesinos del Aguán fueron
heridos por disparos del ejército y la policía el mismo día de
la inauguración de Lobo.
El 2 de febrero, dos camarógrafos que cubrían la resistencia fueron
temporalmente secuestrados y torturados. Al día siguiente, el cuerpo de la
líder sindical de 29 años de edad, Vanessa Zepeda, fue encontrado
después de haber desaparecido y sido torturada. El 10 de febrero, Edgar
Martínez, su esposa, dos hermanos y una amiga, fueron temporalmente
secuestrados/as y torturados/as. Dos mujeres fueron violadas.
El 11 de febrero, dos hombres allanaron el hogar de Porfirio Ponce, líder
de la resistencia y vicepresidente del STYBIS, el sindicato de trabajadores/as
de la industria de bebidas, cuyo edificio sirve de cuartel general de la
resistencia en Tegucigalpa. Los hombres se llevaron la computadora de Ponce y
mancharon de sangre su cama como una advertencia. Ponce fue anfitrión de
una delegación solidaria del Centro de Acción Internacional de los
Estados Unidos que visitó Honduras en octubre.
Hermes Reyes, miembro del Movimiento de Artistas en Resistencia, fue
temporalmente desaparecido y torturado el 12 de febrero. Tres días
después, Julio Fúnez Benítez, miembro activo de la resistencia y
del Sindicato de Trabajadores del Servicio Autónomo Nacional de
Acueductos, Alcantarillados y Similares, fue asesinado por dos paramilitares en
una motocicleta.
Este es el gobierno que Estados Unidos reconoce como “el camino a la
democracia” en Honduras, al igual que hace con el presidente paramilitar
Uribe en Colombia.
A pesar de la represión, la resistencia está decidida a prevalecer.
Su lema es ¡Resistimos y Venceremos! Es la tarea de toda persona
progresista del mundo entero continuar con la petición directa de la
resistencia: Exponer a estos criminales y rehusar reconocer al gobierno de Pepe
Lobo.
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