Los activistas laborales condenan las redadas del FBI
El Comité para Poner un Alto a la Represión del FBI
convocó a una reunión nacional en la ciudad de Nueva York el 6 de
noviembre. Todo el mundo que esté interesado en forjar el movimiento en
contra de las redadas del FBI y el intento de un gran jurado para criminalizar
a los activistas en contra de la guerra y activistas de solidaridad
internacional fue invitado a asistir. Para más información, consulte
www.StopFBI.net.
La siguiente carta ha sido escrita y publicada en stopFBI.net. Firmantes
iniciales incluían Richard Berg, ex presidente, los Teamsters Local 743,
Phyllis Walker, presidenta de AFSCME Local 3800; Cherrene Horazuk, líder
del AFSCME Local 3800, Peter Rachleff, historiador del movimiento laboral,
Macalester College, Gladys McKenzie, representante de área, AFSCME Consejo
5 ; Joe Burns, abogado laboral / negociador, y Dave Riehle, ex presidente del
local, de United Transportation Union Local 650.
Hermanas y hermanos:
El 24 de septiembre, el FBI llevó a cabo redadas coordinadas en los
domicilios y oficinas de 14 activistas contra la guerra en Minnesota, Illinois
y Michigan. Durante los allanamientos el FBI confiscó todo, desde
computadoras y listas de correo hasta dibujos de niños y fotos de Martin
Luther King.
Diez de las 14 víctimas del ataque son miembros de sindicatos, entre ellos
tres miembros de la Federación Americana de Empleados de Estado, Condado y
Municipalidad (AFSCME) Local 3800, la Universidad de Minnesota, un miembro de
Teamsters Local 320 (U. de Minnesota); un miembro del grupo Educación de
Minnesota, y un líder principal de la Unión de Empleados de Servicio
73, de la Universidad de Illinois-Chicago.
Todos son activistas conocidos y respetados que, según voceros del FBI,
fueron atacados por su papel en la búsqueda de justicia para los
trabajadores y otros pueblos oprimidos a través de todo el mundo.
Además de haber tenido invadido sus hogares, ellos fueron citados a
comparecer ante un gran jurado. No han sido arrestados o acusados de
ningún delito.
Cómo es intrínsecamente, el gran jurado de acusación es una
expedición de pesca disfrazada. Ellos/as que están llamados/as para
testificar no están permitidos/as a tener representación de
abogados/as durante sus testimonios. Si ellos/as se niegan de cooperar,
están amenazados/as con encarcelamiento, poniendo en riesgo sus empleos,
casas y familias. Si están de acuerdo de dar testimonio, ellos/as dan
crédito a una expedición de pesca ilegítima.
Cada persona estadounidense tiene el derecho constitucional de abogar y
organizar por cambio a la política extranjera de los Estados Unidos.
Estos/as activistas tienen derecho a la presunción de inocencia bajo la
Constitución Estadounidense. Ninguna justificación aceptable o
evidencia ha sido presentada por estas redadas y citaciones, y no hay
razón a creer que se vayan a anunciar alguna razón.
Cuatro días antes de las redadas del 24 de septiembre, la Oficina del
Inspector General de los Estados Unidos divulgó que la Agencia Federal de
Investigación (la FBI por las siglas en inglés) había
sistemática e ilegalmente espiado en activistas políticas, que el
Director Robert Mueller había mentido al Congreso sobre los detalles de
vigilancia; y que los agentes frecuentemente se confundieron la desobediencia
civil con “el terrorismo nacional”.
Desde la lucha por la libertad de expresión de los Obreros Industriales
del Mundo (IWW) en los años 1910 a las decisiones mayores de la corte de
los años 30, inspiradas por el movimiento sindicalista de esos años,
el movimiento sindicalista ha sido frecuentemente en la vanguardia de ellos/as
que han defendido el derecho de hablar y protestar. Los/as sindicalistas
comprendieron que sin poder de hablar, los esfuerzos sindicalistas hubieron
sido aplastados.
Por necesidad la lucha por libertades civiles anduvo mano a mano con la lucha
por los derechos de trabajadores/as. Lo que vemos ahora en estas redadas y las
citaciones del gran jurado es recordativo de las Redadas de Palmer en los
años 20, y el COINTELPRO de J. Edgar Hoover en los años 60. La FBI y
el Departamento de Justicia tienen historias largas de explotar los miedos del
público para romper los esfuerzos a organizar de sindicatos, movimientos
anti-guerra y de derechos civiles.
Por todo el país hay organizaciones e individuos que están
levantándose juntos/as para protestar el intento del gobierno
estadounidense a silenciar y criminalizar el activismo. Enfrentarse a poder y
al privilegio nunca han sido actividades populares en los Estados Unidos.
Cualquier persona que haya vivido una huelga amarga sabe demasiado cómo
las cortes, los medios de difusión y el gobierno se organicen contra
los/as trabajadores/as en huelga. Es por eso que el movimiento sindicalista
deba estar en la vanguardia de defender los derechos de disentir, como ha sido
históricamente.
Escribimos para pedir que tú te juntes con nosotros/as para unirse en
apoyo de nuestras/os hermanas y hermanos que se enfrentan ahora con esta caza
de brujos/as. Sindicatos por todo el país están pasando resoluciones
que denuncian las redadas de la FBI, y que están llamando para poner un
fin a la investigación del gran jurado. Una resolución de muestra
está en http://stopfbi.net/resources/trade-unionists, y también hay
una carta para firmar por miembros/as individuos/as de sindicatos. Favor de
presentar la carta en sus reuniones venideras de sindicato.
Para firmar la carta, envíe su nombre, títulos y si es por
propósitos de solamente de identificación, a:
[email protected]. Si quiere que alguien hable sobre las redadas en su
reunión, comuníquese con Cherrene, número de teléfono
612-940-0660 o [email protected]. Para más información, ve a
http://www.stopfbi.net.
También estamos pidiendo donaciones para ayudar con los costos de la
defensa legal. Se puede mandar cheques al Commitee to Stop FBI Repression, P.O.
Box 14183, Minneapolis, MN 55414.
¡Una lesión en uno es un daño a todos los!
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escriba a: Mundo Obrero/Workers World, 55 W. 17 St., NY, NY 10011; por e-mail:
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